Es tarea de la militancia popular tomar nota, formarse y construir una firme disciplina en temas de seguridad informática
En 2013 el agente Edward Snowden comenzó a correr el velo que cubría el sistema de espionaje en las redes que ha tejido el gobierno de los Estados Unidos. Primero se conoció la existencia del programa PRISM, a través del cual la National Security Agency accede a varias de las principales empresas de internet -Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, YouTube, Skype, AOL y Apple- para llegar a datos de sus usuarios. Luego se supo de la existencia de XKeyscore, una base de datos donde se recolecta casi todo lo que se hace en internet. XKeyscore filtra y analiza la enorme cantidad de datos que reúne la agencia de Inteligencia. El sistema actúa como interfaz central para buscar con total facilidad en una base de datos, sin necesidad de aprobación judicial o de algún superior del centro de inteligencia.
Lo que escribimos en nuestras redes (aun lo que nos arrepentimos de escribir), nuestros “me gusta”, nuestras locaciones (almacenadas en el celular que llevamos), lo que buscamos, lo que hablamos cerca de nuestro celular y aun los mensajes que creemos encriptados son objeto de monitoreo constante. Sobre esta base se realizan perfiles de personalidad y evaluación del estado de ánimo masivo en tiempo real a los fines de manipular nuestras conductas.
Una enorme es la cantidad de métodos y programas de recolección y análisis de información constituyen la red de espionaje denominada los Cinco Ojos, como se conoce a la colaboración de inteligencia entre EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Sin embargo, esta telaraña empieza a desgarrarse con el avance del 5G de tecnología China en países como Francia, Alemania y Japón. En Francia, cerca de la frontera con Alemania, Huawei construye su primera planta de redes móviles fuera de territorio chino. Va a fabricar estaciones base y para 2023 estaría en condiciones de producir su primera estación móvil de 5G. Por cierto que las presiones de EE.UU. y Reino Unido son grandes pero no pueden evitar el demoledor avance de Huawei con su imbatible relación costo – beneficio, en un marco geopolítico de pérdida de iniciativa por parte del imperialismo anglosajón.
Sin penetrar en los oscuros arcanos de la vigilancia cibernética, el público usuario se vio conmocionado a principios de este año con el ultimátum que la red de mensajería instantánea WhatsApp dio a sus usuarios: quien no acepte que sus datos sean compartidos con Facebook deberá buscarse otro programa de mensajería. El dato no es menor: WhatsApp es hoy propiedad de Facebook. Lo que logró WhatsApp con esta bravuconada fue un aluvión de clientes que comenzaron a usar Telegram, la versión rusa de programa de mensajería. Lo mismo sucedió con Signal. En términos de seguridad, no obstante, Telegram no tiene cifrado predeterminado, sino solo en los chats secretos. Signal, hasta ahora aplicación de culto, tiene sus mensajes cifrados de extremo a extremo por defecto, aun los chats grupales. Pável Dúrov es el multimillonario ruso dueño de Telegram, empresa que opera desde ubicaciones no reveladas. Signal fue fundada por un investigador de seguridad que usa el nombre Moxie Marlinspike para su perfil público. Más tarde, Brian Acton, uno de los fundadores de WhatsApp, se retiró de esa empresa e invirtió 50 millones de dólares en Signal para ayudarla a generalizarse.
Es tarea de la militancia popular tomar nota, formarse y construir una firme disciplina en temas de seguridad informática, sabiendo que estamos sometidos a una férrea vigilancia que incluye la confección de nuestros perfiles de personalidad.
Autor
Comenzó a militar en 1982, en la Federación Juvenil Comunista, cuando Argentina aún era gobernada por la dictadura cívico - militar.
En 1986/87 es enviado a la República Democrática Alemana a estudiar en la Escuela Superior de la Juventud "Wielhem Pieck" durante 10 meses.
Psicólogo desde 1990 se focalizó en el trabajo con adicciones.
Autor de "El hombre nuevo, la mujer nueva: ensayo sobre la transformación revolucionaria de la personalidad" (2002) y "Marxismo, caos y complejidad" (2008), "Psicología y Marxismo" (2017).
En el año 2013 realizó conversatorios en Venezuela, sobre todo en el Estado Aragua donde se trabajaron los temas antemencionados. Desde febrero de 2014 y durante 6 meses desarrolló tareas de formación en todo el territorio venezolano convocado por la Escuela de Formación Argimiro Gabaldón. En ese marco asiste a las reuniones de formación de cuadros revolucionarios junto al diputado Jesús Faría.
En 2018 funda la Escuela Latinoamericana de Formación Hombre Nuevo Mujer Nueva.
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