
Plaza de Toros de Badajoz, las ruinas tras la barbarie.
Badajoz Fantasma. Poema homenaje de Alejandro Caldito.
Agosto de 1936: en la madrugada del 14 al 15 se produce uno de los episodios más dramáticos y sangrientos de la guerra. El coronel golpista Juan Yagüe ordena el fusilamiento de 4000 personas en la plaza de toros de Badajoz (Extremadura). Lo que suponía erradicar al 10% de la población que tenía la ciudad en aquellas fechas. Esta brutalidad también sería llevada a cabo en otras ciudades extremeñas como Zafra o Mérida.
La venganza contra el pueblo campesino y trabajador de Extremadura, que en marzo de ese mismo 1936, se había organizado y ocupado las tierras expoliadas por los caciques, estaba en marcha.
Aquí os dejamos el homenaje que nuestro compañero Alejandro Caldito rinde a las víctimas de este cruel acontecimiento.
Badajoz Fantasma.
En Badajoz agosto tiene treinta días. Hace ochenta años que le robaron un día. Le quitaron el número catorce.
Sembraron huesos y los regaron de sangre para que les brotrara olvido. Y brotó.
A Badajoz le sobran fantasmas. Los tiene de todos los tamaños y edades. Vinieron a ocupar el vacío de memoria.
La ciudad levantada sobre muertos resistió lo que un corazón dio de sí. La muerte fue entrando con la puerta cerrada pero rota.
En la capilla de la catedral cincuenta hombres se fueron con Cristo a su misma manera, por los que se decían ser sus hijos más fieles
Vinieron a merendar los buitres, sin avisar. A los muertos les quitaron los testículos y a los cuerpos de las mujeres les sembraron odio.
Ese día Badajoz tuvo dos ríos. Uno que en un cruel milagro atravesó sus murallas y que bajó por sus calles convertido en sangre, y otro que cruzaron a nado los que lograron sobrevivir.
La gran celebración no se hizo esperar. Menuda capea. Señoritos extremeños y andaluces, vengan a la plaza de toros de Badajoz. De la mano de la ganadería republicana se toreará novillos hasta que la sed sea satisfecha.
Se tiñeron los estoques de rojo para limpiar la ciudad de rojos.
Enseñaron a los niños a saber no saber y a olvidar fuerte. Como hacer de vientre con la memoria y limpiarse con tierra de sepultura.
Agosto sigue teniendo treinta días. Hace ochenta años que le robaron el día catorce.
A la memoria de los que les quitaron la vida, sus supervivientes, a los que obligaron a olvidar y a los que nacieron con el olvido.
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