Albita Neira reflexiona tras la entrevista concedida a la cantante y activista Cristina del Valle para la Fundación Iberoamericana Mujer Mariposa

    ” Durante más de ocho años la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Genero hemos viajado a Palestina para denunciar con la palabra, la música y la poesía la ocupación y la violación de los derechos humanos de todo un pueblo”. Cristina del Valle cantante de Amistades Peligrosas

    El pasado 30 de marzo una vez más la causa palestina se conmemoró con un mensaje de libertad ante el silencio de la comunidad internacional en la permanente violación de derechos humanos de que ha sido víctima este pueblo por el régimen de Tel Aviv.

    Cristina del Valle cantante del famoso dúo español Amistades Peligrosas me concedió una entrevista para la Fundación Iberoamericana Mujer Mariposa, además de ser artista ha sido columnista de la Revista Cambio 16 de España y defensora de los derechos de las mujeres, de los derechos humanos y de la causa palestina.

    El 2023 ha sido un año muy difícil para el pueblo palestino por la ocupación de los colonos de Israel, la cual ha sido rechazada incluso por el consejo de seguridad de las Naciones Unidas, la voz de Cristina del Valle es valiente, trasciende los escenarios artísticos donde convoca miles de personas que crecieron con su música en tres generaciones, su voz tiene la fuerza de sus alas, los colores de la bandera palestina se reflejan en sus ojos que con una mirada de esperanza anhelan la libertad de un pueblo agredido y vulnerado.

    La primera pregunta que le hice a Cristina por supuesto la enfoqué en el significado de ser mujer mariposa, para Cristina del Valle “una mujer mariposa es aquella mujer que vuela libremente y como el águila puede ver el mundo desde las alturas volando en libertad con grandeza, tener una mirada de lo social, de la ética del cuidado, de la ternura y comprensión, las mujeres siempre han sido las grandes negociadoras y conciliadoras, que transforman el mundo con su luz, desde la reflexión y el amor”.

    En medio de la entrevista me impactó cuando Cristina se refirió a la liberación de la mujer con relación a la sexualización de los cuerpos, manifestó que “Nuestros jóvenes la única manera que tienen de educarse sexualmente es a través de la pornografía”, este mensaje me impactó porque merece un profundo análisis, frente a la educación para la igualdad, el rescate de valores y la incidencia de la música en los espacios de socialización, para que los artistas no sigan instrumentalizando a las mujeres: “el arte conjugado en música es un instrumento transformador que emana mensajes sociales muy claros”.

    En este punto quiero referirme a la música como herramienta de transformación frente a la violencia de género y la igualdad, por supuesto también frente a la Paz y protección del pueblo palestino. Los acordes en el mundo son un lenguaje universal que es capaz de despertar miles de emociones, sensaciones y recuerdos únicos, puede ser de cualquier cultura o país y en cualquier idioma; pero aun así tiene la capacidad de producir alegría o tristeza, la puedes tararear o bailar, sus mensajes entran en la mente y atraviesan el corazón. La música hace esta magia en los seres humanos desde tiempos inmemorables, desde las civilizaciones más antiguas ha existido esta forma de expresión tan rica en estilos y géneros.

    La música representa un importante poder divulgativo y formativo, es un sistema de transmisión de información sumamente eficiente por su extraordinaria capacidad para quedar grabada en la memoria, el activismo con poesía para proteger la vida de las mujeres y en general de todos los palestinos es un acto altruista de Cristina del Valle.

    En las canciones, la música nos aporta el sentimiento y la emoción, mientras que el texto aporta el aspecto cognitivo, así se comprende los mecanismos que dotan de significado el lenguaje musical de una sociedad, porque estos mensajes van cargados de valores sociales.

    Según estudios la influencia de la música en nuestra mente es muy poderosa ya que las notas musicales generan energía, nos relajan, como también en la actualidad se emplea en salas donde se llevan a cabo radioterapias o tratamientos médicos, es decir no es que la música sea mala; son sus versos que en algunos géneros rompen la línea del respeto, sus letras con un alto contenido misógino de humillación y racismo sin duda normalizan actos violentos y en una sociedad de prácticas sociales sexistas históricamente desigual y androcentrista sin duda estos lenguajes quedaran reflejados para bien o para mal en sus formas artísticas y es lo por décadas escuchan, tararean y bailan nuestros niños, niñas y adolescentes. 

    La música abre una ventana a través de la cual podemos percibir el mundo que nos rodea, comunicando ideas que facilitan la creación de valores sociales compartidos; por eso son tan eficaces para educar y sensibilizar a la sociedad sobre determinados problemas.

    En nuestra sociedad es habitual escuchar canciones de música popular, reggaetón, donde los roles de hombre y la mujer quedan muy delimitados en torno a estereotipos culturalmente aprendidos y donde sus líneas son una apología de la violencia hacia las mujeres refiriéndose a ellas como un objeto sexual, generando una banalización de la imagen femenina.

    Cada género musical no es un producto muerto atado a un tiempo y un lugar concreto, sino que son organismos cambiantes que toman forma con cada alma bajo este cielo que escucha. Sus letras van mucho más allá de las modas y convenciones, siempre estarán en permanente circulación en el imaginario colectivo 

    Las composiciones que contienen letras que versan sobre la violencia de género, tanto las que fomentan este tipo de violencia como las que critican dichos comportamientos, quedarán grabadas en la memoria sonora de nuestra sociedad y se utilizarán en cada contexto donde suenan de distinto modo; de tal manera que la puesta en escena de estas canciones terminará matizando la importancia que la sociedad dé a su mensaje.

    Una mariposa que vive anclada en el presente, que disfruta el ahora y deja que el viento se lleve lo malo; adora los animales y reconoce que el amor más puro, honesto y leal es el de ellos, una mujer amante de la naturaleza, de la inmensidad de las montañas, del olor a la lluvia y la fuerza de la tierra; de la misma tierra de la que con dolor, con lágrimas en sus ojos y jurando volver como muchas mujeres salió huyendo de la violencia en su hogar y aunque la vida la llevo por otros caminos desde esa experiencia de vida hoy trabaja por un mundo mejor en donde la violencia ejercida contra las mujeres y las niñas y la trata acabe y donde la igualdad sea un principio que rija nuestras vidas, además de la empatía, la solidaridad, la justicia  y la equidad.

    Cristina defiende la Paz desde la coherencia del día al día con el no odio, con la coherencia, construye la empatía teniendo la capacidad de estar en el lugar del otro, incorporando en nuestras emociones, para entender otros comportamientos, el amor cristino lo alimenta con la fidelidad, el respeto, la admiración y la ternura. “La palabra libertad es la capacidad que tiene el ser humano de ser y expresarse en toda su plenitud, la libertad termina desde el momento en que vivo en sociedad y le pongo límites a la de los demás, es un pacto con uno mismo y con los demás de una manera tal que te haga crecer y ser tu sin interferir en la libertad de los demás.

    Se refirió a Lidya Cacho, defensora de los derechos de la mujer que denunciaba la relación del narcotráfico con el gobierno y la complacencia de los cuerpos del Estado de México en la trata de personas, recordemos que en el 2021 la ONU Mujeres y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos pidieron a México esclarecer la tortura contra la periodista Lydia Cacho, La periodista Lydia Cacho se ha encargado durante su larga trayectoria profesional de investigar y denunciar casos de pedofilia y redes de explotación sexual que involucran a personas pertenecientes a altas esferas del poder económico y político mexicano. En el año 2005, Cacho había sido víctima de torturas psicológicas, abuso sexual y otras formas de violencia basadas en género al ser detenida por orden del aquel entonces gobernador de Puebla, Mario Marín, en represalia por publicar una investigación sobre una red de explotación sexual infantil que implicaba a personas de su entorno.

    Cristina del Valle un gran ser humano, una mujer de mágica sonrisa y piel color a dulzura que está convencida que otro mundo es posible y que por el trabajara el resto de su vida.

    Una mariposa que vive anclada en el presente, que disfruta el ahora y deja que el viento se lleve lo malo; adora los animales y reconoce que el amor más puro, honesto y leal es el de ellos, una mujer amante de la naturaleza, de la inmensidad de las montañas, del olor a la lluvia y la fuerza de la tierra; de la misma tierra de la que con dolor, con lágrimas en sus ojos y jurando volver como muchas mujeres salió huyendo de la violencia en su hogar y aunque la vida la llevo por otros caminos desde esa experiencia de vida hoy trabaja por un mundo mejor en donde la violencia ejercida contra las mujeres y las niñas y la trata acabe y donde la igualdad sea un principio que rija nuestras vidas, además de la empatía, la solidaridad, la justicia  y la equidad.

    Cristina del Valle un gran ser humano, una mujer de mágica sonrisa y piel color a dulzura que está convencida que otro mundo es posible y que por el trabajará el resto de su vida.

    Palestina merece libertad, paz y protección internacional. El alcalde Manuel Díaz de Badajoz y la directora general de la Mujer, Josefa Caraballo, entregó el premio Adalid a Cristina del Valle, un reconocimiento que se entregó por la labor en años anteriores de la plataforma en pro de los derechos y la defensa de la paz y la libertad de todos los pueblos. Y señaló la unanimidad de la corporación a la hora de tomar la decisión, “por su lucha por la dignidad, la libertad de muchas mujeres, víctimas de la violencia de unos bárbaros que se creen con el derecho de decidir, aniquilar y disponer del alma y el cuerpo de tantas víctimas”.

    Cristina del Valle, vestida de campesina del lugar, recogió el galardón en nombre de “más de 200 escritoras, músicos y artistas” y de “tantas mujeres invisibles en tantos lugares del mundo”. Y recordó sus visitas a los campamentos saharauis, Irak, Palestina, o la próxima a Ciudad Juárez, “donde mueren asesinadas cientos de mujeres, crímenes que quedan impunes”. Hoy en el 2023 Cristina sigue en la lucha, dejando un legado, defendiendo la vida, la paz y los derechos. Palestina merece libertad y esta mujer mariposa lo sabe, lo escribe y lo canta.

    Autor

    Albita Neira
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    Licenciada en Administración de Empresas, columnista del Periódico El Tiempo, corresponsal del canal America en Europa, Co-Funder de la Fundación Iberoamericana Mujer Mariposa, activista defensora de Derechos Humanos, coordinadora de equidad de género de la Ong de Perú ODM.