“MIENTRAS LA HISTORIA LA SIGAN ESCRIBIENDO MALVADOS VENCEDORES, LAS VOCES DEL PUEBLO SEGUIRÁN RESISTIENDO A TRAVÉS DE LA VOZ DEL POETA”

    “Rosalía era poeta y poetisa, gallega y universal”

    Durante los siglos XVI, XVII Y XVIII, se produce lo que se conoce como los Séculos Escuros, siglos donde la dominación de la lengua castellana había vaciado la tradición galaica condenándola al ostracismo. Al igual que ocurrió con los demás pueblos que componían esa tímida España (en cuanto a construcción de proyecto sólido) que jugaba a ser un proyecto actual mientras mantenía valores propios de otros tiempos.

    A mediados del siglo XIX, el proyecto de clase de la Unidad de España estaba en plena efervescencia. La lengua elegida por la clase dominante como elemento de construcción de su proyecto era el castellano, que pasó como es habitual a ser la lengua preponderada y como toda lengua de dominación, también la lengua culta y de referencia.

    Lejos quedaban las cantigas galaico-portuguesas, lejos toda la tradición oral de los pueblos… lejos todo lo que pudiera hacer recordar que existía una realidad diferente a los planes de la clase dominante y su intento de construcción de un Estado Moderno que se construía en la negación histórica, la represión y el sometimiento de las clases populares.

    Es así como surgen movimientos de búsqueda de la tradición robada. Un camino que enfrentó al castellano preponderado en las ciudades y por la burguesía, con el gallego que se mantenía en las zonas rurales, campesinas, expulsada de los referentes literarios y de los ambientes culturales de la burguesía.

    El Rexurdimento busca durante todo el siglo XIX devolver la identidad subjetiva que marcaba las condiciones objetivas del pueblo gallego a través de la lengua robada por los intereses de la clase dominante.

    Ante un proyecto de clase basado en la dominación de los pueblos, la reivindicación de la lengua, de la cultura y de esos mismos pueblos sometidos se convirtió en un elemento de resistencia y lucha de clases.

    Cantares Gallegos: de voz colectiva a grito universal

    La búsqueda del espíritu de los pueblos recorría Europa. Pero,  ¿cómo era el pueblo gallego de mediados del siglo XIX?

    La búsqueda del espíritu de los pueblos recorría Europa. Pero,  ¿cómo era el pueblo gallego de mediados del siglo XIX?

    Rosalía nace hija de natural de un sacerdote y una madre soltera. Durante su infancia y primera juventud, deambula de cuidador en cuidador, madrina, tías, su madre… poco a poco su deambular la hace una buena observadora del paisaje de una Galicia dividida por lo rural y lo urbano, por la miseria y el lujo, por el sobrevivir y la emigración.

    Cantares Gallegos se considera la obra cumbre del Rexurdimentu pleno, una voz colectiva recorre el libro desmontando mitos, reivindicando a un pueblo gallego caricaturizado por el pensamiento de una España colonizadora y de una burguesía local cómplice con la dominación.

    La emigración forzosa, fruto de legislaciones que empobrecieron a Galicia durante siglos, fuerza a los segadores gallegos a una huída a los campos de Castilla, donde como aún sigue ocurriendo gente de la hierba mala (que diría Hernández en su Vientos del Pueblo) aprovechan la situación de necesidad de los otros. La visión ante el horror se convierte en la obra de la poeta en grito social y universal que aparece de forma clara y contundente en poemas como Castellana de Castilla o Castellanos de Castilla.

    “Mais en tanto non me mata,

    casteláns que aborrezo,

    hei, para vergonza,

    heivos de cantar xemendo:

    ¡Casteláns de Castela,

    tratade ben ós galegos:

    cando van, van como rosas;

    cando vén, vén como negros!”

     

    Casteláns de Castela

    El Rexurdimento, es un movimiento político más allá de la conciencia nacional en sentido burgués, es conciencia de clase, como atestigua el Banquete de Conxo (1856) encuentro entre obreros, artesanos y estudiantes, donde estos últimos (hijos de familias pudientes) ejercieron de camareros de los demás en acto simbólico en Santiago y que fue apadrinado por personalidades claves del movimiento como Aurelio Aguirre o Eduardo Pondal y con la más que probable presencia de Rosalía como comensal. Este acto, quizás desde la perspectiva actual entendido como infantil por simbólico, ponía en jaque la hipocresía de la sociedad del momento y dejaba clara las intenciones de un movimiento que iba más allá de la recuperación de un sentimiento nacional perdido.

    Es en este contexto y con la influencia de otro escritor y político gallego como Manuel Murgía, con quien Rosalía se casaría en 1858, cuando nace esta primera obra que va más allá del sentimiento regionalista, más allá de la poesía amorosa, más allá de la poesía intimista y más allá de lo social, una obra que crea una voz colectiva del pueblo gallego que se hace internacional en la lucha de clases.

    También cultivó y nos cultivó en la prosa, en el prólogo de La hija del Mar se reivindica “contra la vulgar idea de que la mujer sólo sirve para las labores domésticas.” y mientras denuncia el abuso y la situación de las mujeres de su época nos dibuja el mar, la vida marinera de la Galicia que se pierde en el fin de la tierra, en Muxía, en Finisterre.

    Pero como Rosalía era poeta y poetisa, gallega y universal, su única obra poética en castellano En Las Orillas del Sar, marcaría el que será referente literario de la poesía simbolista de finales del siglo XIX, influenciando a autores como Gustavo Adolfo Bécquer, traducida al inglés, francés, alemán, ruso e incluso japonés y siendo estudiada como elemento clave de aquel volskgeist (o espíritu del pueblo) que se presentaba como búsqueda insaciable de comprensión de una época.

    Mientras la historia la sigan escribiendo malvados vencedores, las voces del pueblo seguirán resistiendo a través de la voz del poeta. Gracias Rosalía.

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    Directora Revista La Comuna

    Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Gestora cultural, escritora, poeta y analista internacional en distintos medios escritos o audiovisuales. Autora de la compilación poética “La Generación de la Sangre I” para Editorial Ultramarina Cartonera, a través de la Plataforma de Artistas Chilango-andaluza.

    “Arquitecturas y Mantras” de la Editorial Bucéfalo fue su primer libro de poesía en solitario. A su vez, actualmente colabora en Hispan TV y otros medios internacionales en habla hispana analizando la actualidad política. Miembro de la Asociación Cultural Volver a Marx. Milita en Trabajadoras Andaluzas.