“Ha muerto a los 88 años el dibujante Quino, el mítico inventor de Mafalda”
“Siempre manteniendo una dosis de humor ácido, satirizó los absurdos del mundo moderno, la burocracia y las instituciones inútiles, la política y las relaciones de poder, la hipocresía de la gente, las desigualdades sociales, la degradación ambiental, el sexo y la vida conyugal, entre otros temas”
Ha muerto a los 88 años el dibujante Quino, el mítico inventor de Mafalda. Sus primeros años de vida, contados por el mismo, se resumían así: “Al son de esta nana nace, el 7 de julio de 1932, en Mendoza (Argentina) un bebé llamado Joaquín Salvador Lavado Tejón, «Quino», de padres andaluces. Como papá y mamá son españoles, «todos los españoles son personas estupendas». Pero a los cuatro años (1936) el pequeño Quino descubre que andan por ahí unos españoles malísimos, que están matando a los españoles buenos. Alemanes, italianos, curas y monjas son personas malísimas porque están de parte de los españoles malos. En cambio hay catalanes que han dejado de ser malos y ayudan a los españoles buenos.
1939 : Sálvese quien pueda ! Han ganado los malos. Pero el pequeño Quino ya va a la escuela y allí aprende que los que son buenos de verdad son los argentinos. Para intentar deshacer el embrollo, el pequeño Quino se pone a dibujar, en silencio. Hablando se arriesga uno a decir cosas equivocadas sobre el bien y el mal. Hacia finales de 1939 el panorama se complica: los ingleses, que eran malísimos porque habían robado las Malvinas y Gibraltar, ahora son buenos porque defienden al mundo de la agresión alemana, italiana y nipona (1941). También los norteamericanos son buenos.
En 1945 Quino empieza a estudiar dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza. En 1954, tras enterarse de que los italianos, los alemanes y los japoneses no son al fin y al cabo tan malos, y que los ingleses, los norteamericanos y los franceses tampoco son tan buenos, se traslada en Buenos Aires, donde empieza a publicar sus viñetas. En 1960, Quino se casa con Alicia, de origen italiano, y descubre la bondad de ese pueblo estupendo. Su carrera como dibujante humorístico se afirma con Mundo Quino (1963), su primer libro, y en 1964 nace Mafalda, una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo”.
Quino recibió el apodo desde chico para diferenciarlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y dibujante publicitario, con quien a los 3 años descubrió su vocación. Sus dos padres fallecieron cuando Quino tenía sólo quince años, por lo que con ayuda de su tío, tuvo que hacerse a sí mismo.
Tras terminar sus estudios, a los 18 años, Quino se instaló precariamente en Buenos Aires y deambuló por las redacciones de todos los diarios y revistas en busca de empleo. La revista Esto Es fue la que finalmente publicó su primera página de humor gráfico. Pasaría una década hasta que (año 1963), lanzó su primer libro, Mundo Quino, una recopilación de historietas humorísticas mudas. El simpático personaje de Mafalda surge por casualidad un año después (lo dibujó entre los 33 y 42 años). Servía inicialmente de publicidad a una marca de frigoríficos. Se publicó por la revista Primera Plana hasta el año 1973, en que el autor dio por terminada la serie de tiras cómicas pues según afirmaba “se le habían acabado las ideas”, pero, sin embargo, se convertiría con el paso de los años, en el comic sudamericano más vendido de la historia en todos los países del Mundo.
En 1976, por fuerza del golpe militar del General Videla en Argentina, Quino y su esposa se exilian en la ciudad italiana de Milán. Después, restablecida la democracia, vivió entre Madrid y Buenos Aires.
Tanta cola trajo la bendita “niña” que cincuenta años después (año 2014) Francia le concede la “Orden de la Legión de Honor”, por dicha creación humorística. Y España, para no ser menos, el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades, junto con los también dibujantes Francisco Ibáñez, creador de Mortadelo y Filemón, y Albert Uderzo, coautor de Astérix y Obélix . Su vejez fue algo triste, ya que fue acompañada de un retiro involuntario de su profesión de la senectud, la de pintor (desde los 77 a los 88 años) debido a problemas en la vista y la pérdida de su querida Alicia (año 2017).
Hablemos unas líneas de Mafalda que parece solamente una inocente nenita de 6 años que vive rodeada de sus amigos Susanita, Manolito, Felipe, Miguelito y Libertad.
A través de estos personajes, aparentemente ingenuos e indefensos, el dibujante Quino reflexiona con ácido escepticismo sobre la política, la economía y la sociedad en general, siempre con un toque de humor. De esta manera, Mafalda es, en realidad, una especie de la anti-heroína contemporánea de las décadas hippies y pacifistas del siglo veinte (años 60-70), cuya lectura divierte y encandila todavía a los “progres” de izquierda y las “feministas” del solar hispano, partidarias de los movimientos de liberación de la mujer. Mafalda representa el nuevo pensamiento revolucionario que aflora en esas décadas de profundo cambio: la liberación sexual; el movimiento contra la guerra de Vietnam y la guerra fría; la cultura de masas y, por supuesto, cómo no, la lucha contra los regímenes autoritarios que asolaron el mundo.
La pequeña Mafalda es una criatura que se rebela contra el mundo que le dejan sus mayores; ama a los Beatles, a la democracia, a los derechos de los niños, a la lectura, a la paz mundial… En definitiva, Mafalda sueña con «arreglar» el mundo. Y por ello, odia al machista James Bond, a las armas, a la guerra y tomar sopa, porque te obligan a tragarla a la fuerza. Los personajes del mundo de Mafalda tienen algunos aspectos en común. Son escépticos y pesimistas irremediables respecto al futuro de sus propias vidas y del Mundo en general. Lo que ahora llaman “distópicos”. Pese a ello, también son personajes humanistas y por eso en todas sus historias hay un tono de ternura.
Además de Mafalda y sus amigos, Quino también le dio vida a centenares de personajes anónimos. Siempre manteniendo una dosis de humor ácido, satirizó los absurdos del mundo moderno, la burocracia y las instituciones inútiles, la política y las relaciones de poder, la hipocresía de la gente, las desigualdades sociales, la degradación ambiental, el sexo y la vida conyugal, entre otros temas. Entre sus principales libros de humor se encuentran: «Bien, gracias, ¿y usted?» (1976), «Déjenme inventar» (1983), «Quinoterapia» (1985), «Gente en su sitio» (1986), «Sí, cariño» (1987), «Potentes, prepotentes e impotentes» (1989), «Humano se nace» (1991), «¡Yo no fui!» (1994), «¡Qué mala es la gente!» (1996), «¡Cuánta bondad!» (1999) y «¡Qué presente impresentable!» (2005).
Se me olvidaba. Si voláis hasta Buenos Aires podéis visitar la casa donde vivió el dibujante Quino en la calle Chile, del barrio de San Telmo, y la estatua de Mafalda, cercana a su hogar. Y che, si falta la plata y la pandemia os impide llegar tan lejos, en la ciudad de Oviedo encontraréis una réplica de la estatua porteña de Mafalda.
Autor
Carlos Parejo Delgado (año 1958) es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla. Sección de Geografía. Año 1979.
Desde el año 1980 ha desarrollado su labor profesional como consultor en temas de urbanismo, ordenación del territorio y medio ambiente.
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