“La esperanza para los pueblos del mundo no va a venir de quien ocupe la Casa Blanca, sino del reforzamiento de los bloques de resistencia” Artículo de Pablo García

 

 

El presidente Eisenhower al final de su mandato denunció públicamente la existencia de un complejo militar-industrial, que actuaba como un verdadero poder fáctico dentro del propio Estado y que era un verdadero peligro para la democracia de los EEUU.

Los politólogos hablan del “Estado profundo” para referirse a un Estado dentro del propio Estado, en los EEUU podría decirse que el complejo militar-industrial del que hablaba Eisenhower y el “Estado profundo” es prácticamente lo mismo.

Este “Estado profundo” o “Deep State” tienen tanto poder que se sabe que muchos de los planes de retirada de las fuerzas estadounidenses desplegadas en Oriente Medio, anunciados por Donald Trump, no han podido llevarse a cabo. También se sabe que muchas de las dimisiones y destituciones de altos cargos que tienen que ver con la seguridad nacional de los EEUU han sido motivadas por este enfrentamiento entre el presidente Trump y ese “Estado profundo”.

 

 

Esto no significa una exculpación del presidente Trump, esto es simplemente poner encima de la mesa unos hechos objetivos y con esos hechos objetivos encima de la mesa, demostrar que la llegada de Sanders a la Casa Blanca no va a cambiar ni un ápice la política exterior de los EEUU, ni su injerencia en otros países, ni su papel de potencia imperialista.

No es ya que el señor Sanders no lo quiera hacer por propias convicciones, es una persona que voto a favor de las intervenciones militares en Yugoslavia, Somalia, Sudan, etc…, sino que aunque tuviera un plan para hacer una política aislacionista, la misma que anuncio Trump y que fue altamente criticada por sus aliados de la OTAN y por el propio Partido Demócrata de los EEUU, esta no podría ser llevada a cabo por las presiones del “Deep State” o del llamado complejo militar-industrial.

Así que dedicarse a pensar que Sanders, como antes lo fue Obama, es una esperanza para los pueblos del mundo es totalmente iluso y no entender la confrontación de fuerzas existentes en el tablero Geopolítico y los intereses de los EEUU más allá del Despacho Oval.

Algunos consideran que para Cuba Sanders sería la mejor opción. Es posible, yo no voy a entrar en ese debate más que nada porque para mí el imperialismo es uno y la solidaridad internacionalista es también una sola. Pero voy a recordar que han sido presidentes del Partido Demócrata los que más han agredido a Cuba con bloqueos, embargos y sanciones: Kennedy en 1962 ordenó el bloqueo a Cuba y Clinton en 1996 firmo la Ley Helms-Burton que endurecía el bloqueo y el embargo a la isla. Y que para el resto del subcontinente latinoamericano las sanciones contra Venezuela empezaron con Obama. O que fue el demócrata Lyndon B. Johnson el que se metió de llevo en la agresión contra Vietnam.

La esperanza para los pueblos del mundo no va a venir de quien ocupe la Casa Blanca, sino del reforzamiento de los bloques de resistencia antiimperialistas como el ALBA en Latinoamérica o el Eje Irán-Siria-Resistencia libanesa en Oriente Medio y sobre todo porque Rusia y China sigan disputándole la hegemonía a EEUU y construyendo un modelo de intercambio comercial y financiero alternativo y fuera del control de Washington, y todo eso junto con un reforzamiento defensivo y militar de los pueblos del mundo.

Pablo García

Autor

+ artículos

Subdirector y Responsable del Área de Geopolítica y Antiimperialismo de la Revista La Comuna

Informático, Consultor IT y en Ciberseguridad. Miembro del Equipo Coordinador de la Revista La Comuna. También miembro del Grupo de Investigación y Análisis "Geopolitikaz", nacido en 2019 alrededor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Mezclando su perfil profesional con su actividad en el campo de la geopolítica, actualmente se encarga de la investigación y divulgación sobre el ciberespacio en el contexto de la guerra híbrida. Principalmente en el terreno de la ciberinteligencia y de la ciberguerra.