La República Bolivariana de Venezuela y la Democracia burguesa. Artículo de Celia Castro
No se trata de si Venezuela es o no es una dictadura. Es decir, aunque en Venezuela hubiese un régimen dictatorial el debate es otro, el debate es sí Venezuela “democrática” o República Bolivariana merece o no merece tener potestad soberana y estar autodeterminada como Estado independiente y no colonial o de protectorado.
Sin embargo en este punto habría que plantearse también qué es una democracia burguesa.
La lógica que el capital aplica a la democracia no es exactamente una prostitución del término como muchos apuntan sino la forma natural que tras las revoluciones liberales decidieron adoptar para poder solventar las disputas internas de la burguesía.
Si hacemos un recorrido histórico por los procesos electorales en Europa o América (centro esas zonas por mi conocimiento específico más hacia esos procesos) son las mismas familias en distintos partidos las que se distribuyen el poder durante siglos. El poder político pero también el económico, el mediático, el judicial… En contadas ocasiones, y siempre dentro de un marco social que acompañe, ocurre que salta al juego electoral burgués personas o partidos ajenos al reparto de la oligarquía. Cuando eso pasa muchos cuestionan el sistema, muchos acusan de dictadura, porque no encuentran otra forma de asumir el error de su propio método.
Y esto lleva a otra pregunta: Dentro de los parámetros de la democracia burguesa, ¿ Venezuela es una dictadura?
Asumiendo que la llegada del PSUV abrió la puerta a elementos ajenos a la oligarquía hegemónica del país, que deja de manifiesto las imperfecciones de la democracia burguesa, tienen dos opciones: deslegitimar un régimen liberal electoral muy útil en sus guerras internas o hacer uso del “extrañamiento” y presentar al “error” como algo ajeno a sí mismo, a la propia lógica del sistema electoral burgués. Como una usurpación.
Si entendemos que la democracia burguesa es solo un campo de dominio a disputa por la oligarquía entenderemos porqué legitiman a un golpista como Guaidó o a un criminal como Leopoldo López. Es vital hacer la vista gorda si quieren poder sostener la usurpación de poder que supone el ascenso de elementos ajenos al poder electoral burgués que es un juego de poder entre la burguesía.
Los gobiernos del PSUV se colaron dentro del sistema y son como un tumor que deben extirpar, para eso deben naturalizar la actitud de una torpe y violenta “oposición”, presentarlos como la normalidad ante el elemento extraño.
No obstante si seguimos cayendo y avalando sus normas, si caemos en el debate de si Venezuela es o no es una dictadura como una herramienta de defensa del proceso bolivariano tenemos todo que perder. Es su sistema y ellos marcan sus normas.
Celia Castro
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