La Escopeta nacional
Si yo fuera creyente estaría seguro que ese dios al que muchos rezan en Andalucía y el resto del Estado ha sido sustituido por Luis García Berlanga y Rafael Azcona. Entre los dos están superando cualquier guión que, pese a lo hilarantes que pudieran ser los pasados, retrataban la realidad a la perfección. Creería que están trabajando en una nueva película, de nombre Andalucía, que tiene una sinopsis que aventura drama, por muy cómicos y extravagantes que puedan parecer ser sus pasajes.
La peli la protagonizan tres hombres (las mujeres son figurantes): un franquista acomplejado, un franquista acomplejado moderno y un franquista sin complejos y barba que no ha hecho la mili. Son los jefes de unas bandas criminales que hacen de sicarios de la gente a la que pretenden regalar los derechos y los servicios públicos de toda una comunidad, con el consiguiente perjuicio para la mayoría de personas que la conforman.
Como buenos “mandaos”, nuestros tres simpáticos protagonistas han llegado a un acuerdo para repartirse Andalucía, un pastel con muchos sabores que, pese a que estaba muy mordisqueado por quien se creyó dueño de la tarta durante muchos años, todavía tiene mucho bizcocho que comer.
En este punto es donde nuestro guionista y director ponen el humor en algo que, si no fuera por lo dramático y lo mal que lo van a pasar los/as figurantes, provoca descojone de estos que duele la barriga de tanto reír. La escena que me imagino es la de los tres colegas en una cacería con sus jefes, comentando por dónde meterle mano a la tarta, fumando unos buenos puros, unas copitas de coñac y pensando, mientras uno de ellos llama a su camello, en el puticlub que van a visitar el domingo mientras sus mujeres están en misa.
Pero bueno, como no creo en Dios y menos en que alguien pudiera asumir su papel en caso de que existiera, me gustaría comentar los últimos acontecimientos políticos que trascienden a todo el Estado y que nada tiene que ver con lo que comentaba anteriormente (Dios me libre): el acuerdo entre PP, C’s y la marca de amplificadores para gobernar Andalucía. Hago un resumen:
Bajar impuestos, eliminándolos en algunos casos, a los ricos a costa de nuestros servicios públicos.
Ahondar en la privatización de nuestros servicios y el trasvase de dinero público a la enseñanza y sanidad privadas.
Acabar con la protección urbanística de nuestras costas para liberar el suelo más jugoso para bancos, promotores y constructores.
Acabar con la Ley de Memoria Democrática, tratando de llevarnos de nuevo al olvido insultando a las víctimas del franquismo y sus familiares, paralizando toda posibilidad de que recuperen los restos que están esparcidos por las fosas comunes existentes en Andalucía y queriendo esconder crímenes como este .
No destinar ni un solo recurso para avanzar en la lucha contra la violencia machista ni a la ayuda a las víctimas del terrorismo machista.
La defensa de los valores tradicionales del nacionalcatolicismo. Los mismos valores de esos que ayudaron a sus padres y abuelos en el golpe de Estado contra el gobierno legítimo de la II República y los/as que defendían la justicia social, así como apoyaron a la posterior dictadura franquista.
Ni una sola medida va encaminada a la mejora de las condiciones materiales de la clase trabajadora, al contrario; se avanza en el robo de nuestros derechos para beneficio de la élite económica andaluza. Y es normal: PP, C’s y la marca de amplificadores representan los intereses de esa minoría que, históricamente, ha hecho dinero a costa del trabajo de los demás. Los mismos que están muy molestos con el impuesto de sucesiones , un impuesto que pagan sólo los que heredan un patrimonio mayor al millón de euros. Que, dicho sea de paso, han hecho una campaña exitosa respecto a esto, puesto que han convencido a muchos/as trabajadores/as de que eliminar ese impuesto les beneficiaba, cuando es totalmente al contrario.
Pero ojo, que esto no es el final, ni siquiera el principio (no hay que olvidar que C’s en Cataluña fue la fuerza más votada, si bien es cierto que la derecha nacionalista española no tenía fuerza suficiente para gobernar allí). La marca de amplificadores se está extendiendo por los municipios, al calor de la propaganda mediática que le están proporcionando las principales cadenas televisivas y a costa del PP, y la previsión es que en las próximas elecciones generales y autonómicas consiga otro puñado de escaños. Asimismo, hay que tener en cuenta que a la derecha no le penaliza la división electoral, puesto que ahí no se queda ninguno/a sin votar y, además, la abstención les favorece (esto es un hecho objetivo no una valoración). Y, así como decía que la campaña contra el impuesto de sucesiones había sido un éxito, hay que reconocer que el discurso anticatalanista y contra los inmigrantes, al que la derecha señala como responsables de la actual estafa (a la que llamaron crisis), está calando de una manera alarmante entre la gente. No hay más que ir a comprar el pan para darte cuenta de que llevamos mal camino.
Que cualquiera de estos tres conformara gobierno en el Estado, sería otra vuelta de tuerca en el ataque a los derechos de la mayoría y un avance en las políticas que llevarán a cabo en Andalucía, con el agravante que supone que el Estado gestione recursos y servicios y pueda legislar sobre nuestros derechos más que cualquier Comunidad. Por tanto, más beneficio que regalar a quienes representan. Asimismo, hay que señalar que perder nuestros servicios, patrimonio o derechos se puede hacer con mucha rapidez, pero recuperarlos puede costar incluso vidas, como ya costó conseguirlos.
¿Y cuál es el futuro de la izquierda ?, os preguntaréis. Pues oscuro, así lo veo yo. Y con la nueva deriva que se ha puesto de manifiesto en Madrid con el caso Errejón y que no hace más que avanzar en el fin de la ideología, en la búsqueda de un salvador que solucione nuestros problemas en base a propuestas “de sentido común” y, por otra parte, en una unidad ficticia, puesto que se basa única y exclusivamente en lo electoral, que, además, salta por los aires cuando hablan de las candidaturas. Retórica vacía y personalismo a partes iguales que deja de cuestionar el sistema para concluir que sólo es posible gestionar mejor y, claro está, sin meterse mucho con los patrones de PP, PSOE C`s y compañía.
Y ahí me viene de nuevo a la mente la escena de los tres personajes en la cacería haciendo negocio con sus jefes y por qué pueden irse de cacería tan felices, además recordarme por qué nunca me ha gustado esa marca de amplificadores.
Juani Boto Garrido
Autor
Responsable de la coordinación técnica y audiovisual en Revista La Comuna
Operario de fábrica. Militando desde los 17 años. Socialismo o barbarie.
ÚLTIMOS COMENTARIOS