La nueva generación vasca: la luz al final del túnel
“Pertenezco a una generación que militó desde finales de los 80 en el MVLN. Siempre veíamos la luz, sabíamos a donde nos dirigíamos”
“Se hablaba bajito, se decía que para esto no se había luchado…pero al final la gente votaba lo que decían los jefes. La falta de formación política hizo estragos”
“Creo que los comunistas de la vieja generación podemos estar satisfechos de estos jóvenes. Crecen formándose, militando, de ellas y ellos son el futuro”
Atravesar un túnel siempre es una tarea que no gusta. Frente a la placidez de circular en la comodidad de una autopista, un túnel siempre, por muy bien preparado que este no es plato de buen gusto para las y los conductores.
No soy conductor ni creo que ya con la edad que tengo lo vaya a ser nunca. Pero cuando viajo en coche en compañía de mi pareja y entramos en un túnel largo, siempre agrada empezar a ver la luz a los lejos. Salir del mismo crea un estado de alivio y bienestar. Y de tranquilidad de que siempre es mejor viajar y transitar a plena luz (y taquígrafos) que en la oscuridad de un túnel
Pertenezco a una generación que militó desde finales de los 80 en el MLNV. Siempre veíamos la luz, sabíamos a donde nos dirigíamos. En el camino podía haber obstáculos, a veces propiciados por nosotros mismo fruto de errores…pero avanzábamos. Además, sabíamos que es propio de errar quien labora, quien milita, quien se entrega. A mi generación militante, al menos quienes teníamos conciencia revolucionaria, de repente nos tocó atravesar un túnel.
El desazón y la angustia que teníamos, trate de expresarlo en el trabajo “Una Organización”. Eran tiempos en que íbamos en las tenebrosas carreteras que nos diseñaba la socialdemocracia, que entregó al enemigo todo el bagaje militante de miles de personas que, unas más otras menos, se llevaron multas, porrazos, golpes, detenciones, torturas y-o años de cárcel. Algunas de esas personas lo dieron todo, dieron la vida a ese sueño militante colectivo de una Euskal Herria soberana, independiente, euskaldun, feminista y socialista.
Eran tiempos de hablar bajito en la herriko. No se estaba de acuerdo, pero no se decía. Y quienes lo decían eran los apestados del pueblo. Perdían a sus amigos, a su cuadrilla, algunos a su pareja o a gentes de su familia. La dureza del túnel era tremenda. Se hablaba bajito, se decía que para esto no se había luchado, pero al final la gente votaba lo que decían los jefes. La falta de formación política hizo estragos.
Un buen día, cuando estábamos en pleno túnel vimos en medios digitales (no en el Gara, desde luego) una rueda de prensa de una chavaleria diferente a “la oficial” y que hablaba en otros términos. Se nos alegró la vista y fruto de esa esperanza renacida fue un segundo trabajo “Una Organización II” (lahaine.org) en el que la desazón no era tan grande. Habían pasado años y esta gente apenas tenía 10 años a la entrada del túnel. Conocieron diferentes problemáticas a las que nos tocó conocer en los 80. Conocían también diferentes herramientas de trabajo, eran personas que tenían y tienen un negro futuro. Ese mismo futuro que les ofrece el sistema capitalista que impera en Euskal Herria y en la totalidad de Europa. Veían atónitos como desde la organización, que se suponía defendería sus intereses de clase, se proponían viejunas recetas posmodernistas, socialdemócratas y revisionistas. A esta Izquierda Abertzale no se apuntaba la juventud. Al igual que en 1959, estos jóvenes rompieron con el viejo poder y decidió organizarse libremente.
Esta misma juventud veía atónita como Euskal Herria difícilmente podría ser independiente en la nueva estrategia: Sin el PNV la independencia es muy difícil, pero con él, imposible. No en vano nos referimos a un partido liberal, clerical y de derechas. Un ejemplo son los y las presas casi abandonados a su suerte o pidiendo salidas individuales. Lo contrario a lo que debe ser el espíritu colectivo de lucha. Su liberación debe ser por medio de la Amnistía que comprenda el final de las causas por las que esas personas acabaron en prisión.
Como en 1959, era inevitable ir por otro camino. La socialdemocracia, nunca ha traído la justicia social en ninguna parte. Integrarse en la “democracia española”, si así puede llamársele, jamás nos traerá la construcción nacional de Euskal Herria. Esta chavaleria ha analizado, estudiado y observado otras experiencias históricas y se ha dado cuenta que solo el socialismo nos puede hacer libres como clase, como género y como nación
Lenin dijo muchas cosas. Y James Connoly. Y Ho Chi Ming…Y Fidel. Pero todos ellos se dieron cuenta que para construir el socialismo es imprescindible…un Partido Comunista. Esa es la apuesta de futuro en la cual esta enfrascada esta nueva generación, lo dicen sin tapujos, sin medias tintas, sin equívocos. Una Organización Comunista.
Creo que por fin la gente de mi generación, y que tantas veces he repetido, que, fuimos derrotados, que nos ganaron, estamos ya viendo el final del túnel. Ya vemos la luz. Aunque sabemos que no aparecerá dentro de un mes. Ni de dos. Crear una organización comunista es fácil. Te pones un nombre muy pomposo, te creas una web y te metes en redes sociales. Pero son decenas las organizaciones y colectivos comunistas aparecidos en Euskal Herria en los últimos años. Ninguno ha logrado que el Pueblo Trabajador Vasco se identifique con ellos. Porque para eso se necesita un trabajo tenaz, un continuo debate y eso es precisamente lo que hará que maduren las condiciones. Y madurarán.
Decía que ya vemos las luces del final del túnel. Y las vemos porque ya están puestas las bases de un nuevo Movimiento Vasco de Liberación. Creo que los comunistas de la vieja generación podemos estar satisfechos de estos jóvenes. Crecen formándose, militando. De ellas y ellos son el futuro. Por nuestra parte saludaros y ofrecer nuestra ayuda para lo que haga falta.
Autor
Euskal Herria, internacionalismo y sociedad comunista.
Desde diferentes trincheras, su norte, siempre guiado por la estrella roja ha sido ese.
Una Euskal Herria construyendo el socialismo con la sensibilidad feminista proletaria y con el internacionalismo como base de esa liberación nacional, de clase y de género.
Paz entre pueblos, guerra entre clases. Argala y el Che Guevara abrieron un camino, que mostraron Marx, Engels y Lenin y que lleva recorriendo desde hace más de tres décadas.
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