Óscar Javier Forero (@Oscar_forero83) es un economista, militante de izquierda, luchador por el comunismo, residente en el fronterizo Estado Táchira de Venezuela. Nos pusimos en contacto con él para tratar de explicar la compleja realidad económica venezolana y, en medio de la preparación de la entrevista, el presidente Nicolás Maduro realizó importantes anuncios en materia económica para el país. Aprovechamos la entrevista para profundizar en las perspectivas derivadas de las medidas anunciadas.
Antes que nada quiero ofrecer un saludo batallador desde la patria de Bolívar y Chávez a todos los que desde Europa creen, al igual que los venezolanos, en un mundo mejor.
Debo decirte que la expectativa que existe en torno al ascenso de Ivan Duque no es para nada nada alentadora o positiva, no sólo para Venezuela sino para los pueblos latinoamericanos en general. El gobierno de Duque representa la reedición de la mal llamada “seguridad democrática” que no es más que el aniquilamiento de todo aquel que piense distinto, la más absoluta impunidad con los grupos paramilitares o paranarcoestatales y el cumplimiento al pie de la letra de los designios de Washington.
No obstante a nivel interno Duque, a diferencia de los dos gobiernos de Uribe tiene serios problemas internos, recientemente hemos visto el llamado a indagatoria del propio Uribe, lo que representa un duro golpe para la bancada del Centro Democrático en el Senado, a ello debemos sumarle que dentro del propio senado no son mayoría, es decir están en la obligación de “negociar” con otras bancadas incluso algunas totalmente antagónicas, lo que indudablemente reducirá su margen de acción.
Si bien el uribismo tiene intenciones ciertas de intervenir en Venezuela por la vía militar, ellos saben que el atrevimiento les puede salir muy caro, por lo tanto considero que dicha opción no será aplicada. Lo que si van a hacer es presionar, a través de un papel más protagónico en la OEA para continuar bloqueando a Venezuela, a su vez van a buscar mecanismos, de por sí ya los están buscando, para ir poco a poco limitando el ingreso de venezolanos a su territorio hasta decretar un cierre definitivo de frontera como mecanismo para presionar aún más a Venezuela y a su población fronteriza principalmente.
Venezuela vive la peor crisis económica de su historia contemporánea, a diferencia de lo que nos dice la mediática internacional la crisis que sufre su aparato económico es capitalista, con características propias de éste: Polarización de la riqueza, afectaciones a las clases más desfavorecidas, hiperinflación, escasez, acaparamiento, entre otros. No obstante la crisis no es una crisis simplemente capitalista, por ello es tan compleja, a las características antes mencionadas debemos añadirle algunas distorsiones que la hacen atípica y que indudablemente juegan un papel preponderante en el desenvolvimiento de ésta, esas distorsiones son algunas endógenas y otras exógenas: Depreciación arbitraria de la moneda y violación de la soberanía económica desde Colombia, sanciones por parte de los EEUU y una veintena de países más, presiones financieras por parte de la banca internacional, desangre a través del contrabando de extracción, colocación de diversos precios, si se paga en bolívares en efectivo o por tarjeta de débito o crédito el precio varía hasta en 400% en un mismo producto, escasez de billetes, contrabando de los mismos hacia territorio colombiano, en fin, todo esto hace que la situación en Venezuela sea tan difícil de solucionar. Debemos también agregar la evidente responsabilidad que tiene el gobierno nacional en dejar avanzar la crisis, en no tomar decisiones a tiempo y por supuesto ser permisivo bien sea por acción o por omisión en temas sensibles como la corrupción sobre todo cuando hablamos de millonarios desvíos de divisas provenientes de la comercialización de petróleo.
Generalmente se nos dice que la crisis es del socialismo, que el socialismo del siglo XXI, como lo había calificado Chávez fracasó, pero esta es una gran falacia. No puede fracasar lo que no ha nacido, debo decir que la economía venezolana no ha dejado de ser en ningún momento capitalista, de igual forma el Estado burgués se ha mantenido intacto. Con esto no quiero desmeritar la titánica labor efectuada por el binomio Chávez-pueblo, hubo matices que nos acercaron al socialismo, pero derrotar y desmontar el capitalismo es una labor ardua, compleja y larga que va más allá de ponerle el nombre “socialista” a una fábrica o a una institución. El capitalismo tardó siglos en crear su propio metabolismo, sería muy ingenuo de nuestra parte pensar que el socialismo se iba a lograr en tan sólo 19 años y en un solo país, de por más está decir con un sin fin de contradicciones.
De manera que, lo que se vive en Venezuela es ciertamente muy difícil, los logros alcanzados en los últimos años se han venido a pique, eso hay que decirlo. El pueblo venezolano está resistiendo de manera heroica ante el acoso de las grandes corporaciones de los alimentos y las medicinas y ante el propio gobierno que lo ha venido dejando progresivamente sólo, aun cuando ha puesto en marcha un conjunto de planes que poco alivian las necesidades básicas de la población. Hay una gran verdad por decir ante todo esto: El gobierno podría hacer más por el pueblo.
El ejecutivo nacional estuvo durante los años 2014, 2015 y 2016 en un estado de inacción ante la crisis que poco a poco se profundizaba. Ello permitió que el poder adquisitivo de los asalariados se fuera progresivamente perdiendo, para que tengas una idea en 2012 con un día de salario podías comprar 61 huevos, para 2014 sólo se podían comprar 28 y a la fecha con un día de salario puedes comprar sólo 0,4 huevos. Ello demuestra lo dramático de la pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores, algo que contradice por completo a una Revolución que evidentemente debería de ser obrerista en la acción y no en el mero discurso.
Las medidas que hasta este momento ha tomado el ejecutivo no van a la raíz del problema, lo que las ha alejado de la eficacia, algunas incluso han llegado a profundizar más el problema como es el caso de la Ley de Precios Justos que a través del estamento legal permite la especulación de bienes y servicios con márgenes de ganancia de hasta 42,5% lo que indiscutiblemente influye en la hiperinflación que se vive.
Como una forma de mantener el ingreso del trabajador se han venido realizando incrementos salariales de manera más periódica, pero como lo demostré hace un momento estos incrementos son insuficientes pues mientras el salario sube por escaleras los precios suben por ascensor. La espiral hiperinflacionaria se encuentra tan acelerada que los precios están subiendo todos los días, al punto que semanalmente la variación alcanza hasta 30%, más recientemente estamos presenciando el alza desmedida por horas, una tendencia que en vez de irse limitando tiende a expandirse.
Otra medida puesta en práctica por el gobierno nacional ha sido la de efectuar procesos de distribución de alimentos a precios subsidiados, sin embargo la llegada de estos productos a la familia venezolana tardan hasta tres meses, cuando la promesa es que iban a suplir con una regularidad de 15 días, además que no cumple con la dieta requerida para mantener una sana alimentación, junto a otros detalles más.
Desde finales del año pasado se comenzó a otorgar una especie de bonos en bolívares a millones de familias, algo que en medio de la crisis ha sido bien visto por buena parte de la población, pero que sabemos que también trae perjuicios para la alicaída economía al contribuir en el incremento de la inflación por sólo mencionar un caso.

Como te mencioné anteriormente hay una serie de distorsiones endógenas y exógenas que, en conjunto, contribuyen al surgimiento de la hiperinflación. De todas ellas considero que la principal es la violación de la soberanía económica que se lleva a cabo desde Colombia. El año pasado se depreció, de manera arbitraria, nuestro bolívar en más de 5.000% y en lo que va de año la depreciación ya superó el 2500%, significando el proceso depreciativo más elevado del planeta, si revisamos los últimos 10 años el bolívar venezolano ha perdido más de 110.000.000% su valor una cifra estratosférica y que muy pocos países podrían soportar.
Es obvio que para que ocurra ese proceso arbitrario se debe contar con la permisividad del Banco Central de Venezuela, institución que ha sabido aplicar al pie de la letra el principio neoliberal de “dejar hacer dejar pasar”. Esta pérdida de valor del bolívar genera todo un efecto dominó que va desde el incremento en el contrabando hasta la colocación de precios en territorio venezolano en base a los precios de los productos en Colombia.
A través de la frontera colombo-venezolana se mueven importantes flujos de capital, de entre 7 y 15 mil millones de dólares, que han sido dominados, desde hace por lo menos 25 años, por grupos paramilitares (ligados al uribismo), convertiendo la Zona del Catatumbo colombiano (fronterizo con Venezuela) como la de mayor producción de hoja de coca del planeta, extrañamente desde la instalación de las 7 bases militares yankees en territorio neogranadino la producción de cocaína se ha incrementado por diez.
Para la producción de la pasta de coca se requiere de gasolina así como otros derivados del petróleo y Venezuela es la fuente ideal para ello. Mientras en Venezuela un litro de combustible vale 1 bolívar (0,00000026 dólares), en territorio colombiano el litro es pagado en 2 millones de bolívares (0,55 dólares). Mientras más se deprecia el bolívar venezolano mayor será la rentabilidad para el contrabando de combustible venezolano.
Lo mismo ocurre con las medicinas, los insumos agrícolas, las materias primas, el cemento y muy especialmente los alimentos, un kilogramo de carne en la ciudad de Cúcuta se consigue hasta en 15 mil pesos (5 dólares) mientras que la carne llevada de contrabando de Venezuela se comercializa en 10 mil pesos (3,5 dólares), pero más allá de eso, a nivel interno, es decir en Venezuela, el precio de la carne lo determina el valor del producto pagado en pesos y llevado a bolívares de acuerdo a la tasa de cambio arbitraria, lo que convierte 10 mil pesos en cerca de 11 millones de bolívares, a este precio los vendedores le reducen el costo de los “peajes” que son los sobornos que deben pagar a autoridades y grupos al margen de la ley para movilizar el producto a Colombia (una especie de costos operativos) y colocan el valor de venta en cualquier establecimiento del lado venezolano. A la fecha un kilogramo de carne tiene en Venezuela un costo de entre 6 y 8 millones de bolívares, es decir entre 115 y 150% del salario mínimo de un trabajador venezolano, sin embargo el costo real que, de acuerdo a los costos reales de producción, transporte, etc, debería tener dicho kilo de esta proteína no supera los 3 millones de bolívares, un precio igualmente elevado para cualquier trabajador pero que indudablemente reduciría la hiperinflación.
Con respecto al salario y al bajo poder o casi nulo poder adquisitivo que tiene, mencioné como desde 2014 se ha venido reduciendo de manera drástica lo que se conoce como salario real a pesar de los constantes aumentos nominales ocurridos. A la fecha el empresariado venezolano presenta ingresos muy elevados pues se viene apropiando de manera “legal”, amparada por el Estado, de la riqueza que genera el trabajador. En una economía capitalista es normal que ello ocurra, sin embargo en la Venezuela del siglo XXI los niveles de plusvalía superan cualquier comparación que se pretenda hacer. Esto nos lleva a decir que Venezuela ha caído incluso por debajo del capitalismo tradicional, puesto que en dicho sistema el patrono garantiza que el trabajador tenga lo básico para subsistir, además de algo extra para recreación, salud y educación.
En las condiciones actuales de Venezuela el salario mínimo no alcanza ni para medio comer, la canasta alimentaria, es decir lo que requiere de alimentación una familia promedio para un mes, supera con creces los 300 millones de bolívares, mientras que el ingreso de un asalariado a duras penas supera los 5 millones. Esto demuestra, como ya lo dije, una grave contradicción entre lo que se hace y lo que se dice, un gobierno es obrerista en la medida de que realmente dignifica, empodera y libera a los trabajadores de la explotación que genera el capital, mientras que esto no ocurra lo de obrerista queda simplemente en un lema o una frase.
Esta situación ha generado una inmensa deserción de trabajadores del sector formal al informal, pareciera que todos estamos destinados a ello, pues a diferencia de otras economías, trabajar en Venezuela para el sector de la informalidad es mucho más rentable que laborar para la formalidad. A esto se le suma otra realidad aún más perjudicial, muchas personas están migrando del sector formal a la ilegalidad, es decir al contrabando de extracción, dado que la rentabilidad es muy superior, no requiere experiencia laboral, preparación académica, ni se tiene que cumplir horario.
En el imaginario popular caló mucho una frase atribuida a Arturo Uslar Pietri que habla de “sembrar el petróleo”, dicha frase data de 1936, hace más de 80 años, no obstante desde ese momento en adelante cada gobierno que ha pasado por el palacio de Miraflores (sede presidencial) la ha mencionado. Salir del rentismo, de lo que denominamos petro-estado y de la economía de puertos no se decreta, se construye con tiempo, planificación, estrategia y mucha continuidad así haya o no haya cambio de gobierno, es decir debe ser una política seria de Estado de la cual se requieren por lo menos dos o tres décadas.
Aumentar los niveles de producción parece algo más simple, el tema a profundidad es ¿aumentar para quién y para enriquecer a qué sector de la sociedad?, si el objetivo es meramente incrementar producción desde la visión capitalista te diría que lo único que requiere el país es inversión extranjera y un marco jurídico permisivo con los patronos como uno percibe que se está tratando de hacer. Ahora si el objetivo es incrementar producción pero cambiando el modo y las relaciones sociales de producción la cosa se pone un poco más compleja, porque supone, primeramente el empoderamiento de los trabajadores, campesinos y demás asalariados, el manejo de las empresas por parte de éstos, la planificación en la producción y evidentemente la socialización de la riqueza. Debo decir que con el Comandante Chávez en la presidencia hubo algunas experiencias bastante significativas que, considero, no terminaron de germinar porque el propio Estado burgués se encargó de ahorcar.
Pienso que la ANC acumula una deuda enorme con el pueblo que le eligió. Hay que recordar la coyuntura tan compleja que antecedió esta elección y el propio día de la votación. Son cientos de muertos y miles de heridos que hubo por las protestas de grupos fascistas que trataban por la vía violenta de impedir que el pueblo se expresara y en una muestra de inquebrantable gallardía un importantísimo número de personas decidieron salir de sus hogares sin transporte, con una escasez terrible de alimentos, algunos sin energía eléctrica, en un completo toque de queda instaurado por el fascismo, y dar su apoyo a esta propuesta gubernamental, que se le vendió al pueblo como la solución definitiva a la crisis económica, a la inflación, al acaparamiento, a la violencia.
Precisamente lo único que podríamos decir que desapareció después de dicha elección fue la violencia, todo lo demás se encuentra aún a espera de que sea abordado de manera seria y contundente por los constituyentes electos.
Esa magnífica movilización y efervescencia popular que se vivió el día de la elección se desmovilizó y hoy día le reclama, con toda la razón del mundo al alto gobierno. Recientemente fue cambiada la directiva de dicha ANC, asumiendo la presidencia Diosdado Cabello, en su discurso de posesión reconocía que la ANC se había encerrado en cuatro paredes y que era necesario salir a la calle a vivir y convivir con el pueblo. Esperamos esto se cumpla.
En teoría es lo que se debería hacer, no obstante las condiciones objetivas y subjetivas no están dadas para ello. Ciertamente las Industrias Básicas están nacionalizadas, pero sus niveles de producción han sido muy bajos, al punto que el Estado venezolano ha tenido en múltiples oportunidades que efectuar rescates financieros para evitar su paralización. En el caso de la banca ocurre algo muy semejante, el Estado posee un conjunto de bancos, la mayoría nacionalizados o fortalecidos durante el gobierno del Presidente Chávez. Estos bancos funcionaron muy bien hasta hace unos años, incluso entregaban jugosos beneficios al Estado, pero desde hace cerca de tres años para acá la calidad del servicio prestado se ha venido a pique, al punto que se ha llegado a un completo caos para retirar efectivo, efectuar alguna transferencia electrónica o solicitar una tarjeta de débito o crédito. Se podría decir que la banca pública, dada la crisis, cayó en un estado de colapso de la cual muy difícilmente pueda salir.
En conclusión: Si el Estado difícilmente puede atender el sistema de banca pública con muy poca eficiencia, dudo que pueda manejar la totalidad de la banca. Para dar ese paso considero que primero debe asegurar dos principios revolucionarios: eficacia y eficiencia.
Sí, yo decía que el control cambiario no cumple con su objetivo, es decir ni controla ni mucho menos determina la tasa de cambio de la divisa norteamericana y que por eso se debe reformular o en su defecto eliminarlo. Las recientes medidas anunciadas siguen sin transitar esa vía. A la fecha no se habla de la asignación de dólares a través de la tasa DICOM (valorada en 112.000 Bs, mientras la tasa del mercado paralelo se ubica en 3.800.000 Bs).
A grandes e importantes empresas nacionales, así como a transnacionales se le están otorgando dólares preferenciales, en ellas incluyo a Procter and Gamble, Pepsico, Mc Donalds, Telefonica, entre muchas otras, que reciben divisas que le pertenecen al pueblo supuestamente para efectuar procesos de importación, sin embargo en la calle los precios de todos los productos se calculan de acuerdo al marcador del dólar paralelo, lo que evidencia un penoso desfalco a la nación y al bolsillo del golpeado pueblo trabajador. Nadie se explica cómo en una crisis de la dimensión de ésta que estamos viviendo el gobierno decide entregar beneficios a empresas que poco o nada contribuyen a satisfacer las necesidades básicas de la población y en ello también incluyo a empresas licoreras como Cerveceria Regional o a supermercados de la élite como Automercados Plaza.
Sí bien el Presidente de la República hizo una serie de anuncios muchas de las cosas quedaron en el aire pues no profundizó en ellas. Supongo que en el transcurso de los días se darán más detalles al respecto. Sin embargo haciendo una evaluación a priorí se destaca que la reconversión monetaria, prevista para el 20 de agosto, plantea eliminar cinco ceros a la moneda en vez de tres como estaba planificado, esto me parece correcto pues la hiperinflación viene avanzando de manera galopante y quitarle tan sólo tres ceros a la moneda iba a resultar insuficiente. Contrario a lo que se dice la reconversión va a disparar aún más los precios puesto que la gasolina obligatoriamente va a tener que subir de valor, así como los servicios (luz, agua, telefonía), algunos impuestos y hasta los peajes, dichos incrementos serán aprovechados por el sector privado para seguir maximizando sus ganancias como históricamente ha ocurrido.
Otro de los anuncios del Jefe de Estado fue el de anclar el valor del nuevo bolívar soberano al petro (la moneda virtual que ha creado el gobierno venezolano), como un mecanismo para evitar la depreciación de la moneda. No obstante si Venezuela quiere anclar su moneda local lo primero que debe hacer es recuperar la soberanía económica que como lo mencione hace un rato se encuentra secuestrada desde territorio colombiano. Otro aspecto que se debe tomar en cuenta es que mientras que el petro no circule no tendrá ningún valor, parafraseando a Marx “El papel moneda tiene valor porque circula”, lo mismo ocurre con las monedas virtuales, su valor, más allá de la estimación que hace el gobierno, nace cuando comienza a circular entre los distintos agentes nacionales e internacionales y eso a la fecha no ha ocurrido.
Por último mencionó la modificación a la Ley de ilícitos cambiarios lo que podría ser el preludio del desmontaje del control de cambio o, por lo menos, la flexibilización de éste.
El anclaje del Bolívar al Petro es un levantamiento del control cambiario: El levantamiento del control cambiario lo podría iniciar la modificación de la Ley de ilícitos cambiarios que llevará a cabo la Asamblea Nacional Constituyente
Seremos el primer país del mundo en tener una criptomoneda de uso nacional: En efecto Venezuela es el primer país del mundo en sacar al mercado una criptomoneda, pero y como lo dije antes, mientras que dicha moneda no circule no tendrá valor comercial, a ello debemos sumarle que a la fecha no ha sido reconocida de manera formal por ninguna Exchange (casa de cambio de criptos) lo que complica aún más el panorama.
El Petro estará entre las diez criptomonedas más valoradas a nivel mundial: La respuesta anterior contesta también esta pregunta: Mientras no circule no tiene valor.
El valor del Petro estará a merced de los inversionistas de todo el mundo: El valor de arranque del petro es el que tenga el barril de petróleo venezolano, de allí en adelante no se ha dicho si éste fluctuará conforme al mercado o si tendrá un valor por siempre anclado al petróleo. Considero que amarrar su costo al del barril de petróleo no lo hará lo suficientemente atractivo por el tipo de mercado. Es importante se entienda que el mercado de las criptos es de comportamiento hipervolatil.
Comienza la eliminación de las monedas Fiat a nivel mundial: El dominio y la supremacía del dólar tiene muchos años aún por mantenerse. Si bien China, Rusia, la India e Iran tienen avances significativos para cambiarse del patrón dólar aún hay mucho por hacer, además de que a estos mismos países no les conviene una transición que sea drástica pues se pondrían en juego miles de millones de dólares de inversiones de estos países en los Estados Unidos y viceversa.
China y Rusia están detrás de la jugada, como parte táctica de su derribo estratégico al dólar: En la pregunta anterior respondo esta inquietud. Los interés rusos y chinos no permiten “derribar” al dólar. Si ellos decidieran “derribar” al dólar caerían también.
El Petro desatará un fuerte alza de todas las criptomonedas: Hasta este momento el petro no tiene ningún tipo de influencia en el, cada vez más creciente, mercado de las criptos
Autor
Activista Transatlántico.
Venezuela
Directora Revista La Comuna
Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Gestora cultural, escritora, poeta y analista internacional en distintos medios escritos o audiovisuales. Autora de la compilación poética “La Generación de la Sangre I” para Editorial Ultramarina Cartonera, a través de la Plataforma de Artistas Chilango-andaluza.
“Arquitecturas y Mantras” de la Editorial Bucéfalo fue su primer libro de poesía en solitario. A su vez, actualmente colabora en Hispan TV y otros medios internacionales en habla hispana analizando la actualidad política. Miembro de la Asociación Cultural Volver a Marx. Milita en Trabajadoras Andaluzas.
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