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Nuestros compañeros durante la realización del reportaje.

35 jóvenes magrebíes llegaron a la costa de Motri, Granada.

El 13 de noviembre llega a costas motrileñas una patera con 35 jóvenes magrebíes, que tras pasar 5 horas a la deriva, sin motor y con la barca inundada de agua, son rescatados por Salvamento Marítimo. Estos jóvenes son activistas magrebíes del Rif que vienen huyendo de la persecución a la que el gobierno de Marruecos les tiene sometidos. En muchos de ellos aún se pueden ver las heridas resultadas de las agresiones cometidas por las autoridades del régimen de Mohamed VI, un régimen que somete a su pueblo de forma constante.

Tras ser rescatados, el siguiente paso es ponerlos a disposición de la Guardia Civil y Policía Nacional que los detiene por un plazo máximo de hasta 72 horas. Detenciones injustas ya que no hablamos de personas delincuentes, son migrantes, y en muchos casos deberían acogerse al Estatuto del Refugiado.

Pues bien, tras pasar las 72 horas detenido, la Policía Nacional avisa al Ayuntamiento de que los “suelta” y
ourre que ni el Ayuntamiento de Motril, ni las ONGs que cobran importantes sumas de dinero público gracias a los acuerdos firmados con las instituciones públicas, se ocupan de proporcionar una acogida digna a estos jóvenes que llegan tras pasar días en el mar corriendo peligro sus vidas y que huyen de una situación muy grave.

Entrevista.

Como esto es algo que ocurre con frecuencia, en Motril, desde hace unos meses, parte de la población civil ha querido actuar de forma medianamente organizada para poder auxiliar a las personas que son abandonadas tanto por instituciones como por ONGs y de este modo, se ponen en contacto en este caso con la Asamblea de IU de Motril para pedir las instalaciones de la sede y así que puedan descansar, tomar alimentos, asearse y ponerse en contacto con sus familiares, tanto en Marruecos, para informar de que no se han ahogado en el mar, como con los familiares que tienen en diferentes puntos del Estado español y otros países de Europa, porque hablando con ellos, su proyecto es poder instalarse con sus familias, regularizar su situación y ponerse a trabajar lo antes posible.

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La sede de IU ha estado disponible para ellos todo el tiempo necesario y la voluntad de los diferentes activictas ha posibilitado que estas personas no queden abandonadas e incomunicadas en la calle.

Y en un período de aproximadamente 48 horas cada uno de ellos ha ido organizando su salida para reunirse con sus familiares.

Es indignante lo que nos cuentan los activistas, y es que Cruz Roja tiene una orden en la que se hace una relación de los diferentes lugares de origen a los que pueden “asistir” cuando sus migrantes pisan suelo español, y que vergonzosamente se hace una distinción entre subsaharianos y magrebíes ya que según esta orden, tienen directrices firmes de NO ASISTIR a los migrantes de origen magrebí.

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Nos informan también de que Cruz Roja cobra unos 800 euros por cada persona migrante que pisa suelo español, en concepto de la asistencia humanitaria que deben proporcionarle, asistencia que como hemos podido comprobar, no se realiza en este caso y en muchos otros. No es algo excepcional.

En definitiva, queremos denunciar el “Negocio Humanitario” que practican estás ONGs, su colaboracionismo con las nulas políticas de asistencia humanitaria por parte de las Instituciones Públicas, y como son estas actuaciones irresponsables y crueles las que generan un problema social al abandonar a su suerte a personas que pasan un calvario y que lo único que quieren es poder vivir en paz. Nadie se juega la vida en el mar sino es por huir de una miseria absoluta. Estas personas deberían poder vivir dignamente en sus lugares de origen y cuando la Comunidad Internacional, y sus gobiernos los abandona, no les queda otra que sobrevivir como pueden. Es gracias a estos activistas organizados que intentan suplir la labor que debieran hacer los organismos públicos, que son entre otras cosas, los que tienen, presupuesto, medios, recursos y capacidad para evitar estas situaciones.

Pero los organismos públicos no lo hacen, sólo juegan a sembrar xenofobia y racismo y las ONGs, en su discurso hipócrita, se siguen llenando los bolsillos a costa de las desgracias humanas.

Reportaje La Comuna Andalucía.

Texto y entrevista: Ámala Fernández Iglesias.
Audiovisual: Juani Boto Garrido.

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