“La prohibición del KPD es un eje central de la política anticomunista alemana-Europea”

    “La persecución a los comunistas alemanes no empezó con los nazis. El gobierno socialdemócrata de Frederic Ebert asesinó a sus destacados dirigentes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, haciendo uso de las reaccionarias ” Freie Korps“.”

    “El KPD se opuso categóricamente a la partición del país que unilateralmente habían hecho las potencias occidentales ocupantes del territorio occidental creando la República Federal Alemana por ello serían ilegalizados en 1956”

    “La ilegalizacion del KPD supuso que medio millón de alemanes fueran procesados penalmente o afectados de alguna manera en procedimientos judiciales con alrededor de 10,000 sentencias”

    “Se habla contemporáneamente de una “reconstitutción” del partido, al reorganizarse en el DKP porque hasta el día de hoy el KPD sigue siendo ilegal en Alemania.”

    El Partido Comunista de Alemania (KPD), el original, fue fundado en 1918, tuvo una robusta participación en el parlamento hasta la llegada del fascismo al poder, que ilegalizó al partido y asesinó a miles de sus miembros, incluido a su líder Ernst Thälmann. Pero la persecución a los comunistas alemanes no empezó con los nazis. Ya en los tiempos de la liga espartaquista, el gobierno socialdemócrata de Frederic Ebert asesinó a sus destacados dirigentes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, haciendo uso de las reaccionarias „Freie Korps“. Fue esta liga espartaquista que al fusionarse con otras organizaciones de izquierda crearon el KPD.  Al término de la Segunda Guerra Mundial, el KPD regresó a sus actividades en Alemania occidental bajo la ocupación norteamericana, británica y francesa. En la Alemania ocupada por las fuerzas soviéticas el KPD se fusionó con otras formaciones políticas para crear el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) que gobernó la República Democrática Alemana RDA hasta los 90s. Desde ese momento en adelante los movimientos comunistas alemanes se vieron partidos por la nueva frontera entre ambos países.

    Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Liga Espartaquista

    El KPD se opuso categóricamente al re-armamento de la Alemania occidental y a la partición del país que unilateralmente habían hecho las potencias occidentales ocupantes del territorio occidental creando la República Federal Alemana (RFA) sin consultar a la Unión Soviética. Por estos motivos el gobierno de Konrad Adenauer presentó una solicitud de prohibición del KPD ante la corte constitucional alemana en 1950, misma que fue apoyada por los socialdemócratas del SPD (con algunas excepciones). Documentos desclasificados posteriores han revelado que el gobierno de Adenauer presionó a la Corte constitucional para fallar a favor de la prohibición. El KPD y su organización juvenil la “Juventud Libre Alemana” (FJD) serían serían finalmente ilegalizados en Alemania occidental en 1956 en plena guerra fría y sus bienes confiscados. Esta acción pretendía sentar un precedente para el resto de Europa occidental y estaba en sintonía con las dictaduras griegas, portuguesa y española que también habían ilegalizado a los partidos comunistas en estos países.

    Las SA nazis desfilando delante de la Karl-Liebknecht-Haus, en Berlín, el 22 de enero de 1933

    No fue sino hasta 1968 que el nuevo “partido comunista alemán” se “reconstituye” en Alemania occidental, bajo las siglas DKP (Deutsche Kommunistische Partei) como resultado del trabajo de la “comisión federal para la constitución de un nuevo partido comunista”, modificando sus estatutos para ser admitido como partido político. Aun así, el gobierno federal no dejó ni ha dejado de golpear al DKP con legislación anti-comunista y represiva, además de la constante vigilancia que del partido hace el “Bundesamt für Verfassungsschutz” (ministerio de protección de la constitución) y el “Bundesnachrichtendienst” Servicio Federal de Inteligencia (BND). Además de esto los cuadros del DKP sufren de la llamada “Berufsverbot” (prohibición de profesión), que les impide tener trabajos relacionados con la enseñanza en ningún nivel educativo o en el servicio público por considerarlos subversivos y contrarios a los principios constitucionales.

    Como resultado de la ilegalizacion del KPD alrededor de medio millón de alemanes fueron procesados penalmente o afectados de alguna manera en procedimientos judiciales con alrededor de 10,000 sentencias. Algunas de las condenas incluían cárcel, multas elevadas, prohibición para votar o ser votados y prohibición para ocupar puestos en el servicio público. Otras consecuencias directas fueron la prohibición de profesión, la perdida de trabajos, problemas financieros y familiares, enormes costos procesales y difamaciones. A través de la “culpa por contacto” se ejerció presión a familiares, amigos y colegas de los afectados. Inclusive el derecho a participar como candidato sin partido, un derecho de todo alemán, fue prohibido para todo “conocido” comunista, sin importar si tenían relación o no con el KPD. Así pues la prohibición no se trataba solo de acabar con un partido sino de erradicar a los “portadores de la idea”, todo individuo con pensamiento de izquierda podía ser procesado y reprimido bajo la extensión de la prohibición del KPD.

    Manifestación

    Se habla contemporáneamente de una “reconstitutción” del partido, al reorganizarse en el DKP porque hasta el día de hoy el KPD sigue siendo ilegal en Alemania. Contradictoriamente y a pesar de que los archivos desclasificados han comprobado las razones meramente políticas de su prohibición, la ilegalidad y arbitrariedad de las persecuciones a comunistas y simpatizantes en todo el país, no hay ningún indicio de voluntad política del actual gobierno para levantar la prohibición del KPD. Lo anterior tiene diferentes razones. Por un lado la rectificación de esta decisión significaría que las demandas del KPD de oponerse a la partición y al re-arme post guerra eran no solo legales sino legítimas. Y por otro lado, levantar la prohibición sentaría un precedente que impediría al gobierno actual utilizar esta práctica como una amenaza generalizada para cualquier movimiento progresista en el país, como lo ha venido utilizando hasta el día de hoy inclusive contra el DKP. En resumen la prohibición del KPD no solo es una mancha en la democracia alemana, sino que es una espada de Demócles que pende sobre la cabeza del DKP y de cualquier grupo, partido o movimiento revolucionario que se atreva a poner en tela de juicio la supuesta democracia “ejemplar” alemana. Este mito de la pulcritud del gobierno alemán cumple además un papel fundamental en el a su vez mayor mito de la supuesta “democracia ejemplar” de la Unión Europea, como país líder de esta organización supra-nacional. Así pues la prohibición del KPD es un eje central de la política anticomunista alemana-Europa, y es también un arma a la que la burguesía alemana se ha aferrado desde hace más de 60 años. Pero es un arma que mancha sus manos de manera irremediable y que los exhibe como lo que son, unos síndicos anti-demócratas de primer orden.

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    Docente de derecho constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Fridrich-Schiller en Jena, Alemania. Miembro de la comisión de relaciones internacionales del Partido Popular Socialista de México.