“El ser humano, como muchos otros animales, en su actuar diario tiene capacidad de cambiar su entorno y es algo que debemos asumir” Artículo de Pablo García

En el Estado Plurinacional de Bolivia la pobreza relativa, o moderada dependiendo del autor, se redujo del 60,6% en 2005 al 34,6% en 2018 y la pobreza extrema del 38,2% al 15,2% en el mismo periodo. (INE Bolivia, 2018)
En la Republica del Ecuador la pobreza relativa, o moderada, se redujo del 36,7% en diciembre de 2007 al 21,5% en diciembre de 2017, el punto mas bajo ya que a partir de 2018 y con el nuevo gobierno de Lenin Moreno, la pobreza vuelve a subir hasta el 23,9% en septiembre de 2019 y con un pico del 25,5% en junio pasado. La pobreza extrema se reduce del 16,5% de diciembre de 2007 al 7,9% en diciembre del 2017. A partir del 2018, al igual que la pobreza moderada, esta tiene a subir hasta el 8,7% de septiembre pasado con un pico del 10,2% en el pasado (INEC Ecuador, 2019)

¿Qué significa a efectos prácticos la reducción de la pobreza y de la pobreza extrema?

Pues que miles, decenas de miles, de ciudadanos ecuatorianos y bolivianos ya pueden comer tres veces al día y tener una dieta equilibrada. Ya pueden tener unas mínimas condiciones de salubridad en sus hogares y calles, incluyendo agua corriente. Todas esas personas han podido mejorar sus condiciones de vida.

Pero ¿Cómo han conseguido los gobiernos progresistas del Ecuador de Rafael Correa y de la Bolivia de Evo Morales, sacar a tantos miles y miles de personas de la pobreza? Pues con políticas sociales, parece una perogrullada, pero después de lustros de gobiernos neoliberales que se haya orientado las políticas publicas en ese objetivo, reducir la pobreza, no lo es tanto.

Lógicamente para llevar a cabo política sociales, hace falta tener recursos, o lo que es lo mismo, tener dinero suficiente para llevarlas a cabo. Hay que hacer mucha obra pública como por ejemplo asfaltar las calles, crear redes de saneamiento y electricidad para las casas y barriadas populares, hospitales, escuelas y así un largo etc.

Ecuador y Bolivia no son países con una industria desarrollada y que puedan exportar productos manufacturados como coches, o electrodomésticos, o tecnología, etc. Pero sí tienen una gran riqueza en su subsuelo: petróleo, minerales, gas, etc. Y aquí es donde yo quería llegar para hablar del tema en cuestión.

Hay una serie de teorías posmodernas que se presentan como algo muy progre ante la gente, y que suele tener cierta aceptación entre sectores progresistas e izquierdistas, sobre todo occidentales, que van en contra del desarrollo y de la explotación de los recursos naturales, el antidesarrollismo (también conocida como decrecimiento) y el antiextractivismo. Ahora imaginaros que a ambas teorías las cubrimos con un halo de feminismo y como resultado, creamos el ecofeminismo.

El ecofeminismo, que tienen un origen académico, como tantas teorías posmodernas, y que se desarrolla en EEUU en las últimas décadas del siglo XX, termina afirmando que el extractivismo, o sea utilizar la riqueza del subsuelo, esta directamente relacionado con el patriarcado.

Y para que sirven estas teorías, pues para reforzar la agresión contra los gobiernos progresistas de Latinoamérica, como por ejemplo hicieron hace ya unos años el colectivo “Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo” cuando se enfrentaron a las políticas de Rafael Correa.

Porque aquí que nadie se lleve a engaño, cuando tenemos a países gestando políticas publicas dirigidas al desarrollo económico, como medio para sacar gente de la pobreza, para el neoliberalismo estas políticas son una amenaza. Lo son por dos motivos fundamentales: por un lado, porque al ser nacionalizados estos recursos naturales, el precio de los mismo se encarece, ya que los gobiernos nacionales no permiten las políticas extractivistas basadas en el expolio. Y, por otro lado, cuando un país comienza un desarrollo económico empieza a dejar de ser tan dependiente de la economía extractiva y empieza a recuperar la soberanía nacional.

Hay gente que estará leyendo esto y dirá, pero estos grupos antiextractivistas y antidesarrollistas están en contra del neoliberalismo, pero la cuestión no es tan simple. En sus publicaciones es cierto que se presentan como neoliberales, para muchos de estos grupos y colectivos incluso los gobiernos progresistas de Nicaragua, Venezuela, Bolivia y Ecuador son también neoliberales, que hay cada texto por la red que asusta.

Pero lo que esta claro, e invito a tirar de hemeroteca, es que estos grupos y colectivos dedican una gran parte de sus campañas a atacar los gobiernos progresistas, incluso algunos de estos grupos y colectivos han medio justificado el golpe de estado contra Evo Morales.

¿Es ético explotar los recursos naturales, aunque con ello se pueda dañar el medio ambiente?

Pues la respuesta no es fácil, porque primero deberíamos saber para que se van a utilizar esos recurso naturales y segundo, que se entiende por daño al medio ambiente. Ya se que en 2019 plantear qué es hacer daño al medio ambiente, es poco menos que suicida, ya que los medios hegemónicos se han dedicado en los últimos meses a machacarnos que somos los culpables del cambio climático y que lo que hay que hacer es no tocar nada del planeta.

Pero eso es totalmente idealista, el ser humano, como muchos otros animales, en su actuar diario tiene capacidad de cambiar su entorno y es algo que debemos asumir. Somos parte de la naturaleza y es algo que hemos hecho durante decenas de miles de años. Lo que debemos hacer, es buscar el modo de llevar a cabo políticas económicas planificadas y con el objeto de satisfacer nuestras necesidades, intentar que sean lo mas acorde posible con el medio ambiente.

Pero lo que yo tengo claro que no es ético, sino un verdadero crimen, es dejar a miles de personas viviendo en la pobreza y en la pobreza extrema, porque cuatro antidesarrollistas y antiextractivistas, de clase media, nos digan que no hay que tocar absolutamente nada de la naturaleza, mientras viven en ciudades altamente desarrolladas. Y, para terminar, aunque estas teorías tengan un bonito envoltorio, no dejan de ser profundamente reaccionarias y son muy amplificadas por grandes medios de comunicación para ser un ariete contra la izquierda transformadora y los gobiernos progresistas. Siempre que tengamos duda, hay que seguir la pista del dinero.

Pablo García
Analista Internacional y Miembro del Consejo de Redacción de La Comuna.

 

Referencias

Bolivia, I. (Octubre de 2018). INE de Bolivia. Obtenido de

Ecuador, I. ( Septiembre 2019). Pobreza y Pobreza Extrema Nacional. Obtenido de

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Subdirector y Responsable del Área de Geopolítica y Antiimperialismo de la Revista La Comuna

Informático, Consultor IT y en Ciberseguridad. Miembro del Equipo Coordinador de la Revista La Comuna. También miembro del Grupo de Investigación y Análisis "Geopolitikaz", nacido en 2019 alrededor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Mezclando su perfil profesional con su actividad en el campo de la geopolítica, actualmente se encarga de la investigación y divulgación sobre el ciberespacio en el contexto de la guerra híbrida. Principalmente en el terreno de la ciberinteligencia y de la ciberguerra.