“Tras un nuevo intento de sabotaje por parte del imperialismo, la respuesta del pueblo cubano es la defensa de su Revolución”

    “Con honra y con orgullo podemos afirmar que Cuba lleva ya 62 años siendo libre y soberana. Entonces, ¿cuál es la libertad por la que claman en Miami?”

    “La contrarrevolución se ha visto obligada a sobredimensionar los hechos detrás de las imágenes, tomarlas de viejas noticias internacionales y utilizar fotos en favor de la revolución”

    “El pueblo cubano no solo no acompañará el proyecto golpista, sino que su intentona traerá un fortalecimiento de la Revolución sobre la base de la experiencia”

    “Cuba no necesita injerencias extranjeras, pero sí necesita ayuda solidaria internacional para enfrentar la pandemia”

    “La prestigiosa revista científica The Lancet reconoce la labor médica por parte del pueblo cubano revolucionario y expresa que la nación se ha construido una respetable identidad en torno a ello”

    ¿Qué es lo que está pasando en Cuba?

    Ante el reciente crecimiento de contagios por COVID-19 en Matanzas, región turística adyacente a La Habana, Cuba continúa soportando el impacto del bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos, en esta ocasión sufriendo un preocupante desabastecimiento de medicinas y material sanitario con el que mantener cubiertas las necesidades de toda persona infectada. Ante tal contexto de emergencia —no más grave que el de la mayoría de países, pero sí más acuciante para la dirigencia de ideología comunista que para otro tipo de gobiernos burgueses prioritariamente interesados en otros asuntos—, tanto el PCC como la propia población, patriota y revolucionaria, lanzaron desde Twitter una serie de hashtag para dar a conocer la situación existente más allá de sus fronteras, teniendo como fin la solicitud de apoyo solidario internacional.

    La respuesta de la contrarrevolución no se hizo esperar, aprovechando la ocasión para denunciar —con toda la maquinaria mediática al servicio de la farándula— al gobierno socialista, tachándolo de completo y único responsable de la situación. Sobre el bloqueo callan, como siempre, manteniendo su negacionismo habitual. Con pasmosa socarronería imploran libertad para la isla, celebrando cada sanción que el imperio impone y pidiendo intervención “humanitaria” (militar) al extranjero, muestra de lo engañoso que es el patriotismo con el que los cubanos de Miami enarbolan sus banderas. Con honra y con orgullo podemos afirmar que Cuba lleva ya 62 años siendo libre y soberana. Entonces, ¿cuál es la libertad por la que claman?

    “No os dejéis engañar por la palabra abstracta de libertad. ¿Libertad de quién? No es la libertad de cada individuo con relación a otro individuo. Es la libertad del capital para machacar al trabajador.” Karl Marx.

    Doble rasero de la prensa burguesa

    La desinformación contra la pequeña y valiente isla del caribe no conoce límites, prueba de ello es la vasta cobertura mediática que está recibiendo, la cual en múltiples ocasiones miente y ha mentido descaradamente. Resulta llamativo que, en comparación con las protestas sucedidas recientemente en el resto del continente, en un solo día ha despertado todo el interés de la prensa burguesa, publicando infinidad de artículos difamatorios y repletos de falacias que prometen seguir replicándose con descaro por el resto de la semana o más. Tenemos como ejemplo los acontecimientos actuales en Colombia, los cuales apenas fueron visualizados a los lectores de las mayores cadenas de noticias —como CNN o la BBC— a partir del día 4 de las protestas, aunque desde el comienzo se reportaron casos de abuso policial de toda índole, como uso de la fuerza letal, violaciones, desapariciones y ataques de falsa bandera. Se tardó en informar ante la esperanza de que este suceso acabase pronto y pasase desapercibido, sin tener que fingir reprobación hacia el narcogobierno colombiano. Aún hoy en día, a dos meses de las protestas, se perpetúan las manifestaciones en las calles y las violaciones a los derechos humanos por parte de los lacayos uniformados del gobierno de Duque, pero pronto dejó de ser noticia para la prensa internacional, callando sobre lo sucedido y dando la impresión de que el descontento popular había desaparecido con la misma rapidez con la que parecía haber surgido.

    Queda evidenciado el doble rasero tomando de ejemplo a Colombia, pero este juego sucio se ha realizado en incontables ocasiones durante el transcurso histórico de la era imperial estadounidense. Cabe esperar que, la que fue en su día la llave del golfo, una isla codiciada por los grandes imperios coloniales del siglo XVIII y XIX por su geografía y potencial estratégico, sea más que una piedra en el camino para el coloso del norte. Posee un sistema económico históricamente superior —el Socialismo— y, ante sus propias narices, no solo ha logrado establecer un proceso revolucionario y resistir durante más de 60 años a las continuas amenazas y ataques, sino que además ha controlado de una forma más efectiva la pandemia de COVID-19 gracias a su sistema de salud desarrollado bajo una economía planificada, garantizando la vida de sus ciudadanos, a pesar de sus impedimentas materiales.

    Nueva intentona de sabotaje

    Debido a la falta de pruebas contra el gobierno revolucionario que reafirmen la idea de una dictadura sanguinaria, represora y brutal como llevan décadas denunciando, la prensa burguesa, sus ídolos de masas —hoy llamados influencers— y los diversos contrarrevolucionarios navegantes del ciberespacio se han visto obligados a sobredimensionar los hechos detrás de las imágenes, tomarlas de viejas noticias internacionales o, inclusive y rozando el surrealismo, utilizar fotos en favor de la revolución.

    En el primer ejemplo podemos observar la ya clásica jugarreta de utilizar la imagen, viralizada hasta la saciedad, de cualquier otra protesta ocurrida en cualquier otro lugar. Esta vez, con la prisa por aprovechar tesituras dispuestas, ni se ocuparon de editar las banderas de la nación egipcia.

    En este caso, el diario La Razón nos ha proporcionado otra de sus ejemplares notas periodísticas de rebajadísima calidad. Con total desfachatez han utilizado una imagen en favor de la revolución, única forma de encontrar grandes multitudes de cubanos, en comparación con sus picnics que difícilmente superan la treintena de personas. Se pueden ver banderas del movimiento 26 de julio que, aunque algunos podrán identificar inmediatamente, para la gran mayoría de lectores, lastimosamente, pasarán desapercibidas.

    En este breve vídeo, el joven tiktoker @brunoenrojo desmiente algunos de los bulos que la reacción ha estado difundiendo en las redes sociales:

    El imperialismo lleva décadas orquestando “golpes de Estado blandos”, de aparente carácter espontáneo y popular, en contra de los gobiernos que les molestan. Su objetivo es el de desestabilizar y provocar su caída para colocar títeres más afines a sus intereses. En Europa del Este han sido conocidas como “revoluciones de colores”, expandiéndose el fenómeno a Oriente Medio y Norte de África. Escenarios de similar guión —protagonizados por actores extranjeros— también se han presenciado en América Latina, como en Nicaragua en 2018, entre los diversos países que batallan por conservar su proyecto democrático de autonomía nacional y carácter popular.

    No son pocas las veces que el imperialismo ha atentado contra Cuba de muy diversas formas, resultando siempre en vano por el férreo apoyo del país al Socialismo, aún con todas las dificultades enfrentadas. Por si acaso esta vez les sale, ahora están intensamente dedicados a simular un agitado clamor popular contra el “pérfido régimen castrista” sobre las protestas ocurridas contra el bloqueo. Menuda sorpresa se van a llevar al comprobar que el pueblo cubano no solo no acompañará su proyecto golpista, sino que su intentona traerá un fortalecimiento de la Revolución sobre la base de la experiencia. El contraste entre el apoyo nacional a las actividades subversivas —organizadas por vendepatrias desde Miami— y el apoyo a la Revolución y la figura del comandante en jefe Fidel Castro es abismal; poco sorprendente si consideramos que, en las pasadas elecciones constitucionales, aquellos que votaron en contra de la aprobación de la nueva constitución revolucionaria apenas superaron el 9% de los votos. ¡Aquí no se rinde nadie, carajo!

     

    Cuba destaca positivamente en la gestión de la pandemia

    La situación pandémica no es más grave que la presentada en otros países pobres de la región que no comparten el sistema político de la isla, sobre lo cual no se escucha decir nada en la prensa internacional. Incluso podemos tomar de ejemplo a Inglaterra, Bélgica, Uruguay, Brasil… países capitalistas que han visto deteriorar su situación sanitaria hasta tal punto que Boris Johnson, primer ministro de Inglaterra, declaró que “se debe aceptar que habrá muchas más muertes por COVID”, justo antes de anunciar la apertura fronteriza para salvar su maltrecha economía, posterior al Brexit.

    Cuba no se rige por los mismos estándares. Soportando 240 medidas añadidas al bloqueo en la “era Trump” que echan por tierra el acercamiento logrado por Barack Obama, sumado al cierre fronterizo que se mantuvo firme durante más de un año en un país cuyo principal sustento económico es el turismo —lo que lo sumerge en una mayor crisis económica—, el Gobierno gasta lo poco que tiene en atender a sus enfermos y en construir un polo científico lo suficientemente fuerte para generar no uno ni dos, sino cinco candidatos vacunales, dos de los cuales ya fueron aprobados utilizando los métodos que permitieron a Cuba convertirse en un referente mundial en la fabricación de vacunas. El proceso de vacunación ya ha iniciado —para todo residente en la isla, independientemente de su nacionalidad— y en poco tiempo habrán finalizado las tres fases con las que se obtiene la inmunización.

    A pesar de las medidas que desafían a la ética y la razón humana, como la imposibilidad de que Cuba importe equipos y medicamentos de patente norteamericana o que tenga acceso a equipos con un 5% de componentes norteamericanos, el país soberano estableció un amplio sistema de seguimiento de contactos, aislamiento y pesquisajes —tanto con pruebas de antígenos como del costoso, pero eficaz, PCR—, al tiempo que desarrollaba alternativas nacionales a equipos como ventiladores pulmonares (CNEURO, del Centro de Neurociencias de Cuba) y una prueba de diagnóstico propia, la Umelisa SARS-COV-2.

    Pero como han demostrado los hechos, las consecuencias de la pandemia no siempre residen en la gestión gubernamental. Las nuevas variantes del COVID-19, Lambda y Delta, poseen una capacidad de contagio varias veces superior a la cepa “clásica” y han sido reconocidas como las nuevas especies dominantes de la enfermedad. Esta es hoy, según la OMS, la principal amenaza a la recuperación. Ambas cepas han sido identificadas en el territorio nacional cubano y, aunque no se poseen datos concluyentes, el abrupto salto en la cantidad de casos reportados lleva a la conclusión de que el brote actual obedece a la entrada de estas cepas.

    Otro elemento a tener en cuenta es la naturaleza de la economía matancera. En esta provincia se ubica el polo turístico más importante del país, Varadero. Las ciudades de Matanzas y Cárdenas, los epicentros del actual brote, tienen por principal actividad económica el sector de los servicios, en especial la provisión de personal para las muchas instalaciones hoteleras del litoral. Esta situación es un caldo de cultivo para la transmisión de esta enfermedad que necesita del contacto entre el individuo enfermo y los sanos para garantizar el ciclo de infección.

    A esta situación debe añadirse la muy real escasez de medicamentos e insumos, provocada por los factores mencionados. Cuba no necesita “corredores humanitarios” ni “trenes aéreos”, pero sí necesita ayuda. A estos actos de solidaridad ya se han apuntado varios países, a través de envíos oficiales o por el aporte de muchos cubanos residentes en el exterior, los cuales sí demuestran con su humilde contribución ese espíritu comunitario que ha sido siempre el sello distintivo de la patria cubana. Millones de jeringuillas, algodón, pruebas rápidas y otros insumos llegaron recientemente procedentes de Canadá, donados por asociaciones de cubanos emigrados a ese país. De igual manera, de muchas naciones —muchas de ellas tan humildes como Cuba— han sido enviados donativos con el fin de aliviar la grave situación epidemiológica.

    Además, el gobierno cubano ha habilitado diversas cuentas en el Banco Financiero Internacional de la isla para recibir donativos, demostrando que cualquier ayuda es bienvenida para paliar las consecuencias de la pandemia. Por el contrario, lo que busca la reacción no es resolver la situación epidemiológica, es usarla para sus fines. Ellos no quieren que los casos bajen, pues eso daría al traste con su estrategia de culpar al gobierno de la crisis sanitaria. Ellos están buscando un tipo de ayuda muy específica, una ayuda que normalmente viene en forma de soldados norteamericanos, con su misión “pacificadora”. En muchas publicaciones puede verse que la imagen que asocian a esta “ayuda” es el USNS Comfort, uno de los buques hospital de la Marina de Guerra de los Estados Unidos.

     

    En un ejercicio de servilismo desenfrenado y de lógica inusual, los contrarrevolucionarios piden ayuda a países que han sido incapaces de frenar los contagios en sus propias poblaciones, de producir vacunas propias, de ofrecer a sus ciudadanos más vulnerables paliativos a su peligrosa situación. Ninguno pide que Estados Unidos deje de usar una política fallida que se ha ganado el desprecio internacional y ha empezado a dañar su imagen de “líder democrático”. Ninguno pide a la ONU o al Consejo de Seguridad que haga valer las resoluciones adoptadas anualmente en la Asamblea General sobre la necesidad de levantar el bloqueo a Cuba. Ninguno le pide al mundo la ocasión de poder ver lo que Cuba es capaz de hacer por sí misma, en las mismas condiciones y con las mismas oportunidades, dogmas ideológicos de su tan encomiado capitalismo. Todas las respuestas de los supuestos “luchadores por la libertad” vienen de fuera y para toda situación reclaman al Tío Sam.

    Las cifras hablan por sí solas

    La tabla, adjuntada a continuación, ilustra de manera más elocuente la situación descrita, comparando los contagios y muertes por países de América Latina con similar número de habitantes. Se observa que, a pesar de tener más población que varios países descritos en la tabla, la cantidad de contagios es considerablemente menor en Cuba que en varios de ellos. En relación a los fallecidos es el menor de los indicados en términos porcentuales, lo que equivale a ser el de mayor índice de recuperación de infectados.

     

    Es un testimonio mudo, pero convincente, de la efectividad del manejo de la pandemia que la Revolución ha organizado, así como de la capacidad y la resiliencia del sistema de salud y de atención primaria de Cuba, que se ha forjado en la lucha y erradicación de fenómenos epidémicos tanto autóctonos como introducidos por los agentes del imperialismo norteamericano, como el dengue hemorrágico, que ha provocado rebrotes cíclicos de mediana intensidad desde su introducción en 1962. Los logros cubanos, en materia de manejo de epidemias, son producto de muchas décadas de trabajo ininterrumpido en la formación preventiva de la población y en la organización de un sistema de atención primaria eficiente y capaz, que suple en muchas ocasiones las acuciantes deficiencias que enfrenta el MINSAP en materia de equipos e insumos.

    Elogios hacia Cuba por The Lancet

    La revista, de reconocido aval científico, afirma que el compromiso y la trayectoria de Cuba para con la salud ha llevado a una respuesta exitosa ante la pandemia de COVID-19, ya que el país mantuvo al SARS-CoV-2 de forma controlada durante la mayor parte del 2020, pero esta realidad está siendo amenazada por problemas financieros y de proveedores; aunque a la nación todavía le sigue yendo mucho mejor que a la mayoría de los demás países de la región.

    En el artículo reconocen la labor médica por parte del pueblo cubano revolucionario y expresan que la nación se ha construido una respetable identidad en torno a este hecho. Para demostrarlo mencionan una buena parte de las misiones humanitarias que ha realizado el país en el transcurso de su historia revolucionaria, entre ellas, cuando el COVID-19 se propagó a Europa, los dos equipos de Henry Reeve que aterrizaron en Italia. A finales de abril de 2020, más de mil trabajadores de la salud cubanos estaban ayudando a países extranjeros a responder ante la COVID-19. “La agenda sanitaria internacional es una cuestión de solidaridad; Cuba cree que las poblaciones sanas son la base de la sociedad global y quieren apoyar esto por todos los medios”, dijo Clare Wenham, profesora asistente de Política de Salud Global en la London School of Economics and Political Science (Londres, Reino Unido).

    La respuesta exitosa de la isla al COVID-19 es en gran medida el resultado de años de inversión en atención primaria y un enfoque diligente en la salud de la población. El país cuenta con una atención sanitaria universal integral y una de las ratios de médicos por paciente más altas del mundo. Como ejemplo de esto nos recuerdan que la malaria, la poliomielitis, el tétanos y el sarampión han sido erradicados en Cuba.

    Los médicos de familia también jugaron un rol importante en el control de la pandemia, ya que al estar arraigados en las comunidades vecinales ofrecen un servicio más eficiente y de mayor calidad a sus pacientes, siendo tratados estos de manera más humana y directa. “Todo el mundo tiene un chequeo de rutina anual, y si no vas, el médico vendrá a ti. Esto significa que los médicos identifican proactivamente los problemas; la atención se centra realmente en la prevención. Las epidemias se pueden detectar más o menos inmediatamente.”

    El bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos no ha pasado desapercibido en este artículo, siendo mencionado expresamente y, admitiendo a su vez, que le ha cobrado un alto precio a la nación caribeña. “Los centros de salud y las clínicas se enfrentan regularmente al desabastecimiento de medicamentos básicos, como el paracetamol y otros equipos como vendas”, señala Fiona Samuels, investigadora principal y profesora asociada honoraria de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Londres, Reino Unido). Pero esto no ha detenido a la isla y los planes de desarrollo del país en la producción de nuevas tecnologías, medicamentos y vacunas, como la primera vacuna antimeningocócica B del mundo en 1980 y la reciente vacuna contra el cáncer de pulmón.

    Autores:

    Rebeca González, Harold Delgado y Santiago Frank Cabrera.

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    Responsable de Traducción y corrección de textos. Coautora en la sección de Efemérides

    Comunista y animadora sociocultural, ducha en el área de juventud. Escritora, comunicadora, analista y filósofa por afición.

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    Profesor de idiomas.

    Estudiante infatigable con una especial devoción por el ideal comunista, la historia, la ciencia, la tecnología y el arte.

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    Cubano y marxista-leninista, apasionado de la ciencia, la historia y la geopolítica.

    «Seamos la pesadilla de los que pretenden arrebatarnos los sueños.». Ernesto "Che" Guevara