“Hay algo que sí tienen todos estos procesos y es que tras la oscuridad son los primeros en abrir la posibilidad, pero no hay que confundir la realidad con el deseo” Artículo de Carmen Parejo

Todos sabemos y hemos criticado determinados pasos que se han dado desde el MAS y sus líderes más representativos como Evo Morales y Álvaro García Linera.

Es natural la crítica más cuando las cosas no son como quisiéramos que fueran y más aún cuando en realidad lo vemos como tiros en el pie en muchos sentidos.

No comprendimos porqué Evo se fue en lugar de quedarse como hizo Chávez cuando la oligarquía venezolana y el imperialismo estadounidense y español le dieron el golpe en 2002.

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La clave de esta cuestión una vez más está en la diferencia que existe entre la realidad y el deseo.

El deseo sería que Evo Morales hubiese contado con un apoyo y sobre todo con el control de las fuerzas de seguridad del estado Plurinacional de Bolivia. No era así. Chávez en cambio sí contaba con ello.

Otro deseo sería que los procesos progresistas, que son progresistas en tanto al contexto en el que se desarrollan, es decir, no existe ningún idealismo en ello, fuesen procesos de construcción del socialismo. De entrada no lo son.

Es decir, Evo Morales y el MAS han llevado a cabo un proceso fundamental en Bolivia, un proceso que debe seguir profundizándose pero no es una revolución socialista ni nunca lo fue. Así hay que entender que no podemos exigir en términos al margen del sistema económico y político actual a estos gobiernos, porque estos gobiernos no están al margen de lo actualmente concebido como legal. Están en otra fase, en otro momento, un momento que debemos tratar de comprender antes de emitir juicios.

Hay que destacar que dentro de la legalidad existente en efecto crean un frente de resistencia y de combate en sentido geopolítico e interno, ya que refuerzan la soberanía nacional de los pueblos expoliados en plena fase imperialista del capital, mientras que inician y propician un cambio de régimen completamente necesario y urgente en esos países siguiendo la estela ideológica de lo que fueron sus procesos de independencia. Y es esto y no la toma de los medios de producción lo que los convierte en objetivamente progresistas.

Por ejemplo si analizamos el caso de México, lo destacable no son políticas sociales de asistencialismo básico que en efecto se dan. Sino el proceso de ruptura con el régimen corrupto y narco que le precede y que genera unas condiciones favorables a una profundización inicialmente democrática y progresivamente de emancipación para el pueblo. Estos elementos son fundamentales a futuro para una posible construcción del socialismo pero no lleva obligatoriamente a ello. Es decir, dependerá del pueblo mexicano saber ir más allá en este proceso de cambio de régimen que se abre si así lo deciden.

En Venezuela ha ocurrido algo parecido, y también hemos visto como las propias circunstancias han ido profundizando dicho proceso hacia posturas más radicales (sin llegar aún a revolucionarias). Pero en efecto más radicales y profundas que otros procesos similares.

Así es natural que busquen los apoyos que en el plano internacional son referenciales. Como Rodríguez Zapatero o incluso el carcelero, contrario a los DDHH y criminal Baltasar Garzón.

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La forma de potenciar estos procesos y sobre todo de la profundización radical que necesitan no es a través del desprecio sino de la comprensión de los mismos precisamente para favorecer otro tipo de incidencias. Y sí esos pueblos así lo consideran quizás la revolución.

Así es necesario señalar quienes son estos personajes, como es necesario señalar a Monedero, Errejon y demás y todo el dinero que estafaron en la República Bolivariana de Venezuela y el daño que sus consejos han provocado al proceso popular bolivariano.

Es necesario señalarlo siempre como autocrítica y con absoluto respeto porque hay algo que sí tienen todos estos procesos y que desgraciadamente parece que no nos damos cuenta y es que tras la oscuridad son los primeros en abrir la posibilidad. Pero la posibilidad sólo será algo más si somos capaces de comprenderla como lo que es y no exigir por tanto en base a una visión idealizada ajena a la realidad.

Carmen Parejo

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Directora Revista La Comuna

Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Gestora cultural, escritora, poeta y analista internacional en distintos medios escritos o audiovisuales. Autora de la compilación poética “La Generación de la Sangre I” para Editorial Ultramarina Cartonera, a través de la Plataforma de Artistas Chilango-andaluza.

“Arquitecturas y Mantras” de la Editorial Bucéfalo fue su primer libro de poesía en solitario. A su vez, actualmente colabora en Hispan TV y otros medios internacionales en habla hispana analizando la actualidad política. Miembro de la Asociación Cultural Volver a Marx. Milita en Trabajadoras Andaluzas.