El primero de octubre el Presidente venezolano Nicolás Maduro, dio parte de la puesta en circulación de la criptomoneda venezolana, el Petro, conocida por ser la primera de su tipo emitida por un gobierno en el mundo y una de las pocas con respaldo en recursos naturales.

Es indispensable que fuera de Venezuela se conozca el sentido de esta acción económica por parte del directorio chavista en la referida nación petrolera. Para Venezuela el Petro adquiere un particular significado, como medida agregada en un conjunto de acciones en el marco del Plan de Recuperación Económica que ha presentado Maduro, por lo tanto son elementos que no deben verse desvinculados. Por otro lado, la audacia de Venezuela supone escalar en un tramo de la situación de ese país frente al esquema financiero mundial, tanto por las sanciones que pesan contra su economía mediante el boicot a las operaciones financieras de la nación, como por el rol contrahegemónico de Venezuela al encarar el dólar estadounidense como mecanismo de subordinación financiera.

Venezuela y su contexto frente a las criptomonedas

Recientemente el portal Criptonoticias.com reseñó que Venezuela está en el tercer lugar mundial de países que realizan operaciones mediante la plataforma LocalBitcoins, luego de EEUU y Rusia respectivamente. Por otro lado, según la misma fuente las operaciones mundiales de criptoactivos promediaron un volumen de al menos 300 mil millones de dólares en 2017, pudiendo aumentar esa cifra durante este año.

Estas cifras indican que Venezuela en efecto es un factor componente clave del mundo de los criptoactivos, es decir, un país que pese al tamaño de su deprimida economía, mantiene una actividad efervescente en este ramo de las finanzas mundiales cuyo caudal de operaciones y montos sigue en ascenso. Por lo cual su potencial se pierde de vista.

Al anuncio de la puesta en marcha del Petro  viene de la mano con un particular anuncio de anclaje monetario como mecanismo para contener la hiperinflación inducida en la asediada economía venezolana. Este anuncio cuenta con un sentido de creatividad excepcional, acorde a las circunstancias excepcionales de la economía venezolana. El anclaje consiste en la fijación del valor de la moneda local el Bolívar Soberano, acorde a la cotización del Petro, dando vuelta de hoja a más de 100 años de referenciaciación de la moneda venezolana al dólar estadounidense.

El Petro se constituye como unidad de cuenta y luego como criptomoneda en circulación mediante un respaldo en recursos. En agosto pasado Maduro firmó la adjudicación al Banco Central de Venezuela (BCV) de más de 29 mil millones de barriles de crudo en reservas en la Faja Petrolífera del Orinoco. Mediante este anuncio Maduro autorizó al BCV iniciar un proceso de emisión de certificados para incrementar la base de recursos “convertibles” en moneda extranjera e incrementar las Reservas Internacionales como base de respaldo a la nueva política monetaria de Venezuela, corrigiendo una asimetría histórica enorme; Venezuela durante 100 años, constituyó su base de reservas internacionales sólo en la tenencia de dólares estadounidenses líquidos y otros instrumentos financieros, también en dólares americanos, pudiendo emplear su base de reservas como bien de apalancamiento. Maduro ha generado ahora  un importante cambio de situación.

En el marco de ese anuncio Maduro señaló la importancia de ampliar esta base de recursos como un mecanismo de apalancamiento a la estructura monetaria, que sabemos, se basará en el Petro como un bien fiduciario, como moneda oficial de uso internacional por parte de Venezuela.

No perdamos de vista la importancia geopolítica de estas acciones. Ellas podrían explicar el asedio contra Venezuela, entendiendo que la apuesta al Petro es similar y quizá más peligrosa para los intereses hegemónicos estadounidenses, que la que adelantara Muamar Gadhafi antes de su asesinato al proponer el Dinar respaldado en oro como moneda africana.

El Petro en la economía venezolana

El Petro tiene para Venezuela un especial significado como mecanismo de ruptura del bloqueo financiero, pues se trata de una herramienta para vencer el conjunto de acciones lesivas a los sistemas de procura internacional de Venezuela, que se han visto boicoteados por las acciones coercitivas, sanciones y bloqueo que la Casa Blanca ha emprendido desde agosto de 2017. Las criptomonedas, imposibles de bloquear, son mecanismos alternos al sistema bancario internacional convencional y permiten el libre intercambio entre ellas y las monedas convencionales.

El Petro vendrá a fortalecer la economía venezolana, las reservas internacionales y la adquisición de productos necesarios para el desarrollo del pueblo, dijo el primero de octubre el presidente Maduro. “Vamos a un plan para el fortalecimiento de las reservas internacionales del país a través del Petro” y agregó que “a partir de hoy Venezuela va a incrementar sus inversiones y sus compras internacionales en su moneda digital petrolera El Petro”.

El portal de información y análisis de Venezuela, Misión Verdad, reseñó las expectativas sobre el uso del Petro como mecanismo dinamizador de las importaciones venezolanas, pues este criptoactivo viene acompasada a su uso como mecanismo alternativo al dólar estadounidense para las exportaciones venezolanas también. Otro importante mecanismo de ruptura a la dependencia al dólar.  En virtud de ello el Presidente Maduro instruyó al Presidente de Petróleos de Venezuela S. A. M/G Manuel Quevedo, a que acelere los procesos para venta de crudo venezolano en Petros, para que la moneda comience un ciclo de intercambio.

Otro de los problemas de la economía venezolana, yace en la sequía de divisas extranjeras y debilitamiento de las finanzas por los sostenidos ciclos de bajos precios petroleros de años anteriores y una caída en el inventario de producción petrolera de Venezuela. Cuestión que agrava las inercias de dependencia venezolana a ese rubro.

El Plan de Recuperación Económica y el Petro, van a “bypassear” la caída en divisas, emitiendo a discrecionalidad al Petro, el cual ahora, podrá canjearse, atrayendo a Venezuela nuevas y frescas divisas extranjeras a su economía real. Una audaz y particular medida financiera que pretende oxigenar al boicoteado país.

El Presidente Maduro señaló que seis casas de cambio virtuales o “Exchange”, según el mandatario “de las más importantes del mundo”, aceptarán el Petro, lo que permitirá sucesivamente que esta pueda colocarse en ellas para venderse en dólares, euros o cualquier otra moneda convencional o criptomoneda, acelerando con ello los mecanismos de importación de bienes e insumos requeridos en Venezuela.

El ejecutivo venezolano espera adicionalmente, que la adjudicación del Petro a importadores, sirva para que puedan realizarse compras en el extranjero mediante ese mecanismo por parte de proveedores internacionales que acepten la criptomoneda venezolana o que por otro lado, los importadores venezolanos obtengan dólares al  vender petros. Generando con ello un aumento a las importaciones actuales, bastante por debajo de los históricos de años anteriores a razón de un 65% menos que lo importado en 2012.

Esto tendrá un alcance significativo para importadores privados, pero también para el sector público, pues el Estado venezolano está revirtiendo un patrón histórico: Desde este año oficialmente el Estado ya no delega las divisas de la renta petrolera a la empresa privada, ahora importa directamente muchos bienes que requiere la economía, dando un golpe a la medula del capitalismo rentista venezolano que se ha construido como formación económica y social parasitaria y dependiente de la renta petrolera generada por el Estado.

Recordemos la famosa y polémica visita por invitación de Maduro a un restaurant en Estambul hace poco (la debacle política alrededor de un bistec y la pérdida de visión de lo importante).  Maduro hizo escala en Turquía durante su periplo por China, para cerrar los acuerdos de compra internacional de productos CLAP, o de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, un mecanismo para palear el déficit interno de alimentos y para eludir el escamoteo y caotización de la distribución en los sistemas privados. Maduro tiene ya dos años con su programa CLAP y las compras han sido a proveedores de países como México y Colombia y cada vez se han visto más boicoteadas. Ahora Turquía está incorporando productos al CLAP venezolano y sus vocerías han dicho que aceptarán el pago en Petro para continuar su colaboración con Venezuela. Una excelente noticia para este programa alternativo de suministro de alimentos subsidiados a enormes cuotas de la población venezolana, en un promedio de 5 millones de familias impactadas mensualmente en un país de poco menos de 30 millones de habitantes.

Otro atributo importante sobre el Petro en la economía venezolana es que el Estado venezolano prevé reordenar el hecho monetario, desfigurado por varios elementos de distorsión. Uno de ellos es la inserción del dólar paralelo, manejado desde Colombia y Miami, en el tejido económico real, incorporándose en las rutinas económicas de manera lesiva y en medio de una vorágine especulativa.

De esa manera, el Petro se incorpora de manera sustitutiva a este, con el propósito de generar un circulo virtuoso sustentado en la gobernabilidad monetaria. El Jefe de Estado venezolano ha señalado que El Petro, está legalizado como unidad de cuenta y moneda venezolana y a partir del primero de octubre, y debe permitirse y promoverse la venta de bienes e inmuebles en Petro. “El cobro de pasaje aéreo también será en Petros”, informó.

“Ahora los venezolanos podrán adquirir Petros para que ahorren mediante un certificado Petro. Quien desee, podrá respaldar su dinero con su criptomoneda, para ahorrar, para gastos internacionales”, agregó el Presidente Maduro.  La intención es darle uso al Petro como factor incorporado a las rutinas económicas, como elemento sustitutivo al uso del dólar paralelo, tanto para quienes requieren dólares para importaciones o hasta para particulares que regularmente adquieren dólares a tasa paralela para resguardar su capital de la devaluación del Bolívar.

Es decir, además de atacar el dólar paralelo el Petro será muy particular en comparación con otras criptomonedas, como el Bitcoin. Es sabido que de cada 10 Bitcoins sólo 2,3 se usan para operaciones de compras, el restante permanece como bien atesorado para resguardar dinero o esperar el aumento de su valor. El Petro podría ser una de las cripto con más operaciones en la economía real en el mundo.

La intención de Maduro al instrumentar el Petro como una divisa convertible y accesible, yace en degradar el poder del dólar pralelo como factor modulador de la economía venezolana, quebrantando la apetencia de quienes recurren a este mercado especulativo. Otras medidas del ejecutivo venezolano, como el nuevo Sistema de Tasa Única y flotante Dicom, los sistemas abiertos de recepción de remesas, la venta de mini-lingotes de oro y la participación de los bancos en la compra-venta de divisas, apuntan en la misma dirección. El Petro viene a completar el cuadro  de superación del viejo y desfigurado sistema de control cambiario, mediante un sistema de anclaje y flotación inédito en la economía venezolana.

Desde el 5 de noviembre, está previsto que el Petro sea colocado a disposición para la población en general en Venezuela para su adquisición en Bolívares Soberanos.

Una reflexión final

Para quienes fuera de Venezuela les es difícil comprender a plenitud las particularidades de la economía venezolana y las acciones económicas del nuevo plan en curso por la gestión chavista, es indispensable establecer algunas apreciaciones.

El directorio económico de Venezuela ha previsto emprender un pragmático pero audaz plan económico, fusionando lo mejor de las regulaciones y las flexibilizaciones en el haber de la economía venezolana. El esquema de economía mixta pregonado por el chavismo, supone en este episodio resolver la estructura de fondo de la economía venezolana, imponer la superación del rentismo como médula del capitalismo venezolano y causal de la pugna política interna. De allí que Maduro no está lidiando sólo contra los embates de la coyuntura actual, en realidad lidia contra una inercia económica e histórica consolidada en 100 años, que vale decirlo, ni siquiera Chávez asumió en profundidad.

Las circunstancias excepcionales de una economía bajo guerra, imponen estas acciones de capitaneo y contención que Venezuela no había conocido jamás. Hay un reacomodo en todas las estructuras y según Maduro, es una lucha de largo aliento, por lo tanto hemos de esperar por una estabilización en Venezuela, pues su economía no se basa en condiciones instantáneas, ni sus resoluciones tienen carácter inmediato. Maduro ha previsto un período de dos años “para una recuperación sostenible y palpable”, atenuando las enormes asimetrías y desfiguraciones que se han creado en el marco de guerra económica y desestabilización al país petrolero.

Aún con una situación por resolverse y por un desenlace que no está definido, las expectativas mejoran. Hay una nueva sensación económica en el aire, alentadora, pese a las contradicciones de una economía bajo fuego. Entre una creciente cuota de la población venezolana hay ahora la sensación de que la economía puede mejorar, porque en efecto las cosas están mejorando, luego de un aumento salarial que coloca al salario mínimo 35 veces por encima del salario anterior y un esquema de precios que ha favorecido una significativa capacidad de compra de la población. El optimismo vuelve a campear en Venezuela y en  cualquier circunstancia de guerra, tal cosa es una victoria frente al enemigo.

 

Artículo de Franco Vielma.