Entre ser y decirse revolucionario: una crítica revolucionaria
“La izquierda enfrenta dos batallas, una contra la derecha, y otra, dentro de la misma izquierda”
“En México, hitos históricos como la independencia, la reforma y la revolución generaron transformaciones objetivas y subjetivas”
“Revolución es momento del sentido histórico, cambiar todo lo que debe ser cambiado”
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”
En esta dicotomía entre el ser y sentirse se marca una gran brecha que define el verdadero cambio revolucionario. Por esto, hay que tener claro que la conciencia(1) revolucionaria no se adquiere solamente leyendo a Marx, Engels, Lenin, entre otros; no se trata de aprenderse cada una de sus líneas como guion e ir pregonando la palabra de “El Capital”, el “Manifiesto Comunista”, el “Qué hacer”, etc. Se debe analizar, comprender y saber utilizar la teoría como herramienta para aplicarla en cada contexto en que nos desenvolvemos de manera individual y colectiva, en otras palabras, crear cultura revolucionaria. Si bien, existen diferentes corrientes y formas de actuar dentro del pensamiento marxista que buscan la reivindicación de la clase proletaria dentro del sistema político(2), tenemos un solo objetivo: el camino al socialismo.
Sin embargo, existen individuos y colectivos que enarbolan la bandera del socialismo o de la izquierda marxista que buscan imponer su modo de pensar y de actuar de manera particular y estratégica utilizando su corriente ideológica, cayendo en el dogmatismo.
Esta situación no les permite comprender la realidad social y mucho menos política, lo que provoca que la izquierda enfrente dos batallas, una en contra del enemigo común, la derecha en todas sus expresiones y la otra, dentro de la misma izquierda.
En particular, la izquierda mexicana es víctima de este fenómeno, en parte, a causa de la ofensiva en el plano cultural que el enemigo ha hecho durante la Guerra Fría. Por tanto, en México no se ha podido concretar la revolución a pesar de que nuestro país, en algunos momentos históricos, ha sido ejemplo mundial en la búsqueda de la equidad, igualdad y justicia. La lucha proletaria en nuestro país ha sido constante e incansable, con momentos de enorme unidad y solidaridad dentro de la clase trabajadora. Así mismo y en concordancia, hitos históricos como la independencia, la reforma y la revolución generaron transformaciones objetivas y subjetivas. Sin embargo, la batalla al interior de la “izquierda mexicana”, ya sea entre individuos, colectivos o partidos políticos ha sido condicionada por el extremo dogmatismo que se ha convertido en un bloqueo interno.
Algunos de los factores que han originado estos vicios en el movimiento progresista mexicano son, por ejemplo, que el enemigo, la burguesía, utilizando su poder político-económico ha llevado a cabo una guerra mediática cultural de más de medio siglo en la cual ataca, minimiza y hasta sataniza los proyectos políticos de la izquierda. Sumado a esto, la reacción estigmatiza también al militante de izquierda con el estereotipo de ser un individuo sin trabajo, perezoso, precario económicamente y “revoltoso”, entre otros descalificativos. Estas falsificaciones de la realidad han permeado, a través de los procesos de socialización, incluso que gran parte de la clase proletaria intente desligarse de todo tipo de relación con la izquierda, para evitar este estereotipo. Paradójicamente, este fenómeno se reproduce inclusive en algunos compañeros de militantes en el sentido opuesto, que enajenados en esta concepción estratifican aún más al proletariado, otorgando legitimidad en la lucha sólo a la porción más explotada y precaria dentro de la clase trabajadora, creando así un “clasismo” revolucionario (3). Esto representa un enorme error que provoca divisiones e incluso un sabotaje interno retrógrada, que deja a un lado la concepción marxista de lo que es la clase trabajadora (el proletariado como categoría) en su conjunto, como sujeto revolucionario por excelencia y vanguardia de la lucha.
Aunado a lo anterior, el dogmatismo de las corrientes ideológicas lleva a la falta de aplicación de las herramientas marxistas del análisis de la realidad para actuar dentro de la esfera político-social para conquistar el poder y entregarlo al proletariado. Esto se puede apreciar especialmente en algunas organizaciones políticas que no cuentan con registro electoral; mientras que, en el otro extremo, el uso excesivo de la real politik ha llevado a una crisis estructural y de exclusión política del pueblo. En los partidos políticos progresistas registrados legalmente, se mantiene la clase o camarilla dominante hegemónica, misma que arrastra a sus simpatizantes personales a confrontaciones internas. Por si no fuera poco con estos factores, existe también una confrontación generacional en la que los jóvenes se ven relegados y menospreciados por su falta de “experiencia”.
Ante lo expuesto anteriormente, se puede observar que las confrontaciones internas partidistas, ideológicas y la falta de convicciones demuestran una carencia de la cultura revolucionaria. No sirve de nada decirse revolucionario, de la corriente que sea, si no se analiza y comprende que “Revolución es momento del sentido histórico, cambiar todo lo que debe ser cambiado”. Por lo que es necesario y urgente construir los cimientos de una conciencia revolucionaria que permita actuar con base a los máximos valores humanos como la solidaridad, la ética, la empatía y el compromiso, llegar a crear una conciencia revolucionaria como un conjunto de convicciones culturales, sociales, económicas y políticas que permitan avanzar de manera constante y sólida hacia la unidad de todas las fuerzas populares y de izquierda para llegar a la emancipación completa a nivel individual y colectivo.
NOTAS:
[1] Conocimiento claro de la pertenencia a una determinada clase social y de los condicionamientos sociales y políticos que implica. Real Academia Española 2019.
[2] Entendido en este trabajo como “el conjunto de interrelaciones políticas objetivas (instituciones, Estado, partidos, grupos de presión, grupos de interés, clases sociales, organizaciones internacionales y nacionales, económicas, científicas, medio ambientales y culturales) y subjetivas (normas, conciencias, tradiciones, culturas políticas, formación de políticas, toma de decisiones), tendentes a una organización sistémica de la producción y reproducción del poder societario y al ejercicio de su distribución sobre la base del equilibrio. Este sistema se estructura fundamentalmente en sociedad política y sociedad civil, en el cual el Estado desempeña el papel preeminente”. Fung Riverón, Thalía y Cabrera Rodríguez, Carlos:” Una visión del sistema político” En: Colectivo de autores:” Una Ciencia Política desde el Sur” Editorial Félix Varela. 2009. Pág. 82.
[3] El llamado “obrerismo” presente en algunos partidos políticos sin registro y organizaciones políticas.
Autor
Máster en Ciencia Política por la Universidad de La Habana.
Actualmente analista político en Gobierno del Estado de México.
- Ponente en XX Taller Internacional “Ciencia Política de Enfoque Sur” y “Filosofía de la educación, Bioética y Medioambiente”. Universidad de la Habana y Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, La Habana, Cuba. Noviembre 2017.
- Ponente en XVIII Taller Internacional “Ciencias Políticas de Enfoque Sur” y en la sección de filosofía “La influencia de la filosofía y las ciencias sociales en el patrimonio inmaterial de los países del mediterráneo americano”. Universidad de la Habana y Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, La Habana, Cuba. Noviembre 2015.
- XVII Taller Internacional “Ciencias Políticas de Enfoque Sur” y VII Coloquio Internacional “La influencia de la filosofía y las ciencias sociales en el patrimonio inmaterial de los países del mediterráneo americano”. Universidad de la Habana y Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, La Habana, Cuba. Noviembre 2014.
- Ponente en 1er Taller Científico-Metodológico “Complejidad y pistas de la Ciencia Política”. Universidad “Univer Milenium”. Toluca, Estado de México. Marzo 2014.
- IV “Congreso Iberoamericano de Derecho Electoral”. Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Asociación Iberoamericana de Derecho Electoral (AIDE), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Toluca, Estado de México. Octubre 2013.
- Participación en el Seminario de Capacitación y Desarrollo Político “Oratoria y Discurso Político”. Gobierno del Estado de México; Dirección General de Vinculación y Desarrollo Político, Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades, UAEMex. Toluca, Estado de México. Diciembre 2011.
Publicaciones:
- Política exterior de México hacia Cuba en el sexenio 2000-2006. Revista Ecos Diplomáticos. Año 1 marzo-abril 2018.
- Situación económica: México frente al mundo. Revista Pensamiento Libre. 2019.
- Los retos de la cultura política mexicana. Pensando Américas. 2020
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