Xiomara Castro es la representante de la lucha contra la dictadura implementada en Honduras
“El golpe de 2009, fue el origen de una represión constante y de una dictadura informal controlada por la violencia estatal continuada y la degradación social y económica del pueblo”
En el 2009 las fuerzas reaccionarias del Ejército hondureño, apoyados por sectores de la oligarquía de Honduras y previo financiamiento de EEUU llevaban a cabo el primero de los golpes contra los gobiernos “díscolos” latinoamericanos. La víctima fue el presidente Manuel Zelaya.
Manuel Zelaya es un político hondureño que inició su carrera entorno al Partido Liberal y que progresivamente, sobre todo a raíz de su llegada al gobierno, inició una política estructural de cambio y desarrollo, basado en los principios de soberanía para Honduras. Así destaca a nivel de política interna el fortalecimiento de medidas de carácter social que hicieron que Honduras viviera el mayor progreso en términos de disminución de la desigualdad social y económica de su historia reciente. Además de un crecimiento económico jamás visto. A nivel político destaca su propuesta de presentar una cuarta urna en las elecciones donde se consultase al pueblo sobre la necesidad de activar un proceso constituyente que iniciase un nuevo proceso democrático y participativo en la historia de Honduras.
Honduras se ha comportado históricamente como una subcolonia de EEUU, sometida a sus intereses y un puerto de referencia para sus bases por las siete fronteras que el país centro americano tiene con otros países de la zona.
Sin embargo, durante el gobierno de Mel Zelaya se produce la inclusión del país centroamericano en Petrocaribe y en la Alianza Bolivariana de Los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y, por tanto, su acercamiento a Cuba, Nicaragua o Venezuela. A Zelaya lo derrocaron porque inició un camino exitoso de liberación para Honduras que pasa, como actualmente vemos en otros casos, por la alianza entre los pueblos de América Latina y su emancipación del control estadounidense y de otras fuerzas imperialistas europeas.

De izq. a derecha: Raúl Castro, Mel Zelaya, Hugo Chávez y Daniel Ortega.
En este contexto, EEUU así cómo distintos actores de las fuerzas políticas, militares y económicas del país activaron un golpe de estado que, aunque a la larga no impidió la vuelta del ex presidente al país – ya que incluso la propia judicatura hondureña anuló las acusaciones contra él al carecer de base- sí supuso por un lado que Zelaya no pudiera volver a presentarse y, por otro lado, la pérdida por completo de las garantías democráticas básicas para los hondureños.
El golpe de 2009, fue el origen de una represión constante y de una dictadura informal controlada por la violencia estatal continuada y la degradación social y económica del pueblo.
Tras la vuelta de Mel Zelaya a Honduras, a través de las siglas del Partido “Libertad y Refundación” se agrupan fuerzas opositoras y cercanas al ex presidente. Participaran en las elecciones presidenciales de 2013, con Xiomara Castro (esposa de Zelaya), a la cabeza; y en 2017, a través de la coalición con el Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD), bajo la marca electoral Alianza de Oposición Contra la Dictadura, presentando al candidato Salvador Nasralla. Tanto en 2013 como en 2017 hubo acusaciones de fraude, que en 2017 además supusieron grandes movilizaciones populares de rechazo que fueron fuertemente reprimidas por el gobierno de Juan Orlando Hernández.
La candidatura de Xiomara Castro, este 2021, implica un acuerdo heterogéneo a nivel ideológico, con distintos sectores de la sociedad hondureña. Castro, realmente es la cara visible de la lucha contra la dictadura implementada en Honduras. Su victoria, de confirmarse, es una buena noticia en la dirección de enfrentar estos años de violencia en el país centroamericano. No obstante, el escenario es complejo y aún queda por determinar también cómo van a accionar las mismas fuerzas armadas que en 2009 participaron en el golpe de estado que acabó con Mel Zelaya.
Autor
Directora Revista La Comuna
Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Gestora cultural, escritora, poeta y analista internacional en distintos medios escritos o audiovisuales. Autora de la compilación poética “La Generación de la Sangre I” para Editorial Ultramarina Cartonera, a través de la Plataforma de Artistas Chilango-andaluza.
“Arquitecturas y Mantras” de la Editorial Bucéfalo fue su primer libro de poesía en solitario. A su vez, actualmente colabora en Hispan TV y otros medios internacionales en habla hispana analizando la actualidad política. Miembro de la Asociación Cultural Volver a Marx. Milita en Trabajadoras Andaluzas.
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