“No estamos ante debates sencillos y se están llevando a cabo con toda la normalidad y lentitud natural a un contexto social profundamente conservador” Artículo de Ingrid Baudin
Pese a la insistente propaganda de lo absurdo que nos llega habitualmente sobre Corea del Norte. Como por ejemplo el famoso norcoreano que no sabía que era homosexual hasta que salió de Corea del Norte y ahora vive en Corea del Sur. Lo cierto es que en el país Comunista no existe ninguna ley que persiga o prohíba la homosexualidad desde su fundación.
El Código Penal vigente desde 1950, enmendado en abril 1999, no contiene ningún artículo que prohíba la homosexualidad, las actividades sexuales homosexuales voluntarias realizadas en el ámbito privado sin intercambio económico o la condición transgénero. La edad de consentimiento para mantener relaciones homosexuales es igual a la heterosexual: 15 años.
Por el contrario, en la mitad invadida de la península coreana -Corea del Sur- la situación ha sido muy diferente. En pleno 2019 seguían persiguiendo a los homosexuales en el ejército por el hecho de serlo. Así, el compañero norcoreano -que recién decía descubrir su orientación sexual- afortunadamente se libró de hacer el servicio militar obligatorio en Corea del Sur, porque si no muy probablemente hubiese corrido otra vez al refugio de los Juche.
No sé trata con este artículo de idealizar la situación de los homosexuales en Corea del Norte. Ambas Coreas son países con sociedades muy tradicionales donde determinadas cuestiones aún no son comprendidas por gran parte de sus ciudadanos. El caso de Corea del Sur es especialmente llamativo sobre todo por el influjo por un lado de las iglesias envagélicas y en su contra partida de grupos LGTB, algunos con muy buena intención reivincativa y vista su legislación necesarias reivincaciones; y otros controlados desde el mismo lugar interesado que esas iglesias evangélicas. El enfrentamiento entre lo más reaccionario y supuestas corrientes ultramodernas es un caldo de cultivo de tensión social y por supuesto de capitalización para otros intereses.
Noticias falsas, grupos evangélicos y propaganda. Cuba y el movimiento LGTB.
Vietnam es otro ejemplo de sociedad que se transforma al respecto. Pendiente como esta de la aprobación de una ley de matrimonio igualitario.
A la par que China, donde de nuevo nos encontramos con una sociedad conservadora, con la presión de la secesionista y próxima a los EEUU, Taiwan, que ha usado y sin pudor esta cuestión – la del matrimonio igualitario- para crear un nuevo conflicto social que golpee al gigante asiático. Lo cierto es que desde 1997 la homosexualidad no está penada en China y desde 2001 dejó de estar en el listado de enfermedades mentales. También debemos tener en cuenta como ha habido mucha presión social a través de múltiples solicitudes – con fecha de diciembre de 2019- para debatir esta cuestión a nivel político y como este debate se ha abierto con total libertad a los medios de comunicación y toda la sociedad china.
Insisto en la idea de que los pueblos asiáticos en sentido general son pueblos conservadores, influidos por la religión en algunos casos y por la tradición en todos ellos. Es decir, estos debates, no son debates sencillos y aún así son debates que se están llevando a cabo con toda la normalidad y lentitud natural a un contexto social profundamente conservador.
Con todo ello se hace vital advertir que como ya vimos en el caso de Taiwán, que es muy probable que estos elementos sean de nuevo utilizados con el fin de generar tensión contra un gigante asiático reforzado en pleno auge del multilateralismo y de la decadencia de los EEUU.
Por tanto debemos estar alerta y saber reconocer y señalar la verdad frente a la propaganda incansable que solo defiende los derechos de la minoría más poderosa del planeta: la minoría del capital.
Ingrid Baudin
París, 17 de Enero 2020
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