“Hay que resistir aun en la noche más oscura de neoliberalismo. Esa firmeza es un elemento fundamental”

    “Esta segunda ola de gobiernos progresistas tiene mayor extensión que la primera, pero carece de su radicalidad. No es para menos, el imperialismo recompuso sus filas y hoy no hay gobierno medianamente progresista que no llegue condicionado”

    La primera gran consecuencia de los movimientos que hubo en este año en la esfera política en América  Latina es el entierro del Grupo de Lima, alianza antidemocrática de las derechas de la región con el objetivo ofensivo de aislar y atacar a la Revolución Bolivariana.

    El final del derrumbe de los gobiernos de derecha en la región empezó en marzo con la victoria de Gabriel Boric quien asumió en marzo de este año, derrotando al candidato pinochetista José Antonio Kast, quien milita  orgánicamente en la ultraderecha internacional encarnada por The Movement, la organización dirigida por Steve Bannon, “mano derecha” de Donald Trump.

    Con un discurso basado en el “buen vivir” y teniendo por compañera de fórmula a la luchadora afro Francia Márquez, en junio la victoria fue para Gustavo Petro en Colombia. Vence en junio de este año al magnate Rodolfo Hernández por un escaso margen en ballotage.

    En octubre la disputa llegó al gigante de América Latina, Brasil, donde Lula se impuso al organizador de The Movement en la región, Jair Bolsonaro, también por escaso margen y con amplias alianzas con sectores de centro y derecha.

    La significación de estos gobiernos es materia de debate entre los luchadores de la región. Efectivamente esta segunda ola de gobiernos progresistas tiene mayor extensión que la primera pero carece de su radicalidad. No es para menos, el imperialismo recompuso sus filas y hoy no hay gobierno medianamente progresista que no llegue condicionado, sea por law fare, guerra económica, por agresivas oposiciones de ultraderecha o el bloqueo imperialista directo.

    El caso de Bolivia y la rebelión en Santa Cruz de la Sierra orquestada por Luis Camacho Vaca, con claros objetivos separatistas, es un ejemplo de esto. La proscripción de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina a través del law fare muestra una democracia aherrojada. La destitución de Pedro Castillo en el Perú luego de un constante asedio de la derecha fujimorista muestra la fluidez del escenario actual, en el cual no hay que olvidar la activa resistencia del pueblo acompañado por sectores de las FF.AA. y de seguridad.

    Hay mucho que trabajar en materia de organización y formación política de nuestros pueblos y enojarse con la realidad no nos sirve  de mucho. Que Boric es un presidente claudicante es tan claro como el hecho de que encarna el movimiento popular más decidido que hubo en décadas para fracturar la continuidad pinochetista que infiltró de un sentido común de derecha a la población desde los ‘70. Panorama similar encuentra Petro, cuya victoria solo puede ser justipreciada si recordamos las decenas de miles de muertos que provocó la criminal oligarquía de ese país. Desde el asesinato de Eliecer Gaitán, la masacre de la Unión Patriótica, el plan Colombia, el plan Patriota, los fallidos diálogos del Caguán. Solo cabe la admiración por ese  combativo pueblo que ha sabido resistir al bestial uribismo. Con Lula lo mismo, quienes solo ven el escaso margen con el que ganó o lo heterodoxa de sus alianzas olvidan lo rápido que  pasó de ser un muerto político aislado en una celda y denostado día y noche por los medios a volver a gobernar Brasil.

    Cuando la derecha está en el poder es brutal, solo basta recordar los planes del Ejército Argentino para invadir Venezuela a través de Colombia, oportunamente develados y los amenazantes simulacros de Bolsonaro en el 2020 en el Estado de Amazonas  en los cuales participaron 3600 soldados. A esto se suman las denuncias del Presidente Nicolás Maduro a principios de este año que  señalaban que Iván Duque, por entonces mandatario de Colombia, estaba organizando atentados terroristas y sabotajes en territorio venezolano.

    La revolución boliviariana es para  los latinoamericanos un ejemplo, hay que resistir aun en la noche más oscura de neoliberalismo. Esa firmeza es un elemento fundamental de estas victorias.

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    Comenzó a militar en 1982, en la Federación Juvenil Comunista, cuando Argentina aún era gobernada por la dictadura cívico - militar.

    En 1986/87 es enviado a la República Democrática Alemana a estudiar en la Escuela Superior de la Juventud "Wielhem Pieck" durante 10 meses.

    Psicólogo desde 1990 se focalizó en el trabajo con adicciones.

    Autor de "El hombre nuevo, la mujer nueva: ensayo sobre la transformación revolucionaria de la personalidad" (2002) y "Marxismo, caos y complejidad" (2008), "Psicología y Marxismo" (2017).

    En el año 2013 realizó conversatorios en Venezuela, sobre todo en el Estado Aragua donde se trabajaron los temas antemencionados. Desde febrero de 2014 y durante 6 meses desarrolló tareas de formación en todo el territorio venezolano convocado por la Escuela de Formación Argimiro Gabaldón. En ese marco asiste a las reuniones de formación de cuadros revolucionarios junto al diputado Jesús Faría.

    En 2018 funda la Escuela Latinoamericana de Formación Hombre Nuevo Mujer Nueva.