Ley de inversiones o cómo llevarse los negocios más jugosos del Estado

    “Para que un país sea atractivo a las inversiones deben confluir cuando menos, los siguientes factores: 1) Energía barata, 2) Mercado de consumo interno grande, 3) Población altamente capacitada, 4) Sistemas logísticos adecuados, 5) Conectividad de alta velocidad, 6) Insumos de producción existentes y competitivos. A esto se le llama matriz de competitividad estructural y lo poco que se avanzó, fue durante el gobierno de la Revolución Ciudadana”

    En el Ecuador y Latinoamérica desde el sector de las oligarquías económicas siempre se plantea un cuento, que es: “LA INVERSIÓN EXTRANJERA” y el cuento suena y dice así: “cuando llegue la inversión extranjera, habrá empleo para todos y ahí, sin que nadie les regale nada, cada uno podrá comprar y pagar, todo lo que necesite para vivir acorde a lo conseguido con su esfuerzo”.

    En mi Ecuador tierra de la creatividad, todos estamos acostumbrados a esforzarnos, así que, este cuento suena bonito y a nombre del mismo, el presidente Guillermo Lasso ha presentado en la Asamblea la ley de inversiones, a la que los asambleístas la llaman “Ley de Privatizaciones” pero en lo personal prefiero llamarla “Ley de Ambiciones”.

    Le llamo ley de ambiciones, porque el desarrollo ligado a la inversión extranjera cuando menos para el Ecuador es un mito. A ver, las empresas extranjeras tienen mano de obra barata en toda Latinoamérica debido a que existe un concurso inter oligárquico latinoamericano, para ver que país ostenta los peores sueldos reales y, aun así, la famosa inversión extranjera no les llega a raudales como dice la teoría.

    La verdad de la inversión extranjera es que llega donde se puede hacer ganancias y para ello los países deben presentar ventajas que no necesariamente son los sueldos. Me explico, para que un país sea atractivo a las inversiones deben confluir cuando menos, los siguientes factores: 1) Energía barata, 2) Mercado de consumo interno grande, 3) Población altamente capacitada, 4) Sistemas logísticos adecuados, 5) Conectividad de alta velocidad, 6) Insumos de producción existentes y competitivos. A esto se le llama matriz de competitividad estructural y lo poco que se avanzó, fue durante el gobierno de la Revolución Ciudadana.

    El proyecto de ley presentado por el señor Lasso, ni de refilón topa estos temas y en ese sentido el discurso asociado a la inversión extranjera es simplemente un mito, pues sin desarrollar esta matriz difícilmente empresas generadoras de alto valor agregado, buenos sueldos y consumo interno llegarán al país. Y bueno como dicen en España: ¿entonces, de que va esta ley?

    La verdad, es que en el tiempo de la Revolución Ciudadana se generaron varias empresas públicas de alta rentabilidad, como: Hidroeléctrica Coca Codo que ahorra 450 millones de dólares anuales al país, CNT 200 millones en excedentes,  Banco del Pacífico 100 millones, eso sin contar con los sectores de servicios y comercialización del sector petrolero que son el sueño húmedo de cualquier inversionista y al estilo Kaa la serpiente que quería comerse a Mowgli en la película el libro de la selva, miran estos negocios salivando y con ojos de tentación mientras dicen ¡Yo nunca te comería! Si no me creen solo miren el titular de esta captura de pantalla.

     

    Fuente: El Universo, prensa escrita

    Los sectores estratégicos del Estado, por sus características propias son monopolios o industrias que presentan ventajas comparativas que generan elevados niveles de ganancias. Por eso grupos oligárquicos que consideran a este país como su hacienda, no conciben que estas industrias sean públicas y de ahí que su ambición los lleve a utilizar el control que tienen sobre el gobierno para despojar a la gran mayoría de los ecuatorianos quitándoles lo único que hace que el costo de vida no se dispare aún más.

    Las bancadas de Asambleístas desde el centro hacia la izquierda saben muy bien esto y se han opuesto rotundamente a esta ley, provocando una respuesta histérica por parte del banquero, que hoy amenaza con disminuir el número de Asambleístas y partir la Asamblea en dos; para que pueda ser más controlable desde las élites económicas. Para ello ha iniciado una campaña de desprestigio hacia el órgano legislativo y amenaza con una posible consulta popular apalancada en el engaño a las grandes mayorías.

    Al final estas élites quieren llevarse los negocios más jugosos del Estado, pagar menos impuestos y bajar los sueldos, lo que deja a las grandes mayorías literalmente robadas de manera legal pues de ganar la consulta se haría con su autorización.

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    Ecuador. Master en Gestión Pública. Ingeniero en Gerencia y Liderazgo.

    Presidente del Barrio San José de Guamaní. Presidente de la Asociación Amigos por la Vida.

    Ex asesor en la Asamblea Nacional. Medallista del premio Dolores Veintimilla de Galindo a los mejores proyectos sociales en Quito.