Traducción y vídeos del discurso del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, en relación a la mediación tras el conflicto con Wagner en Rusia
“Usted leyó los libros de historia. Vamos a defender Moscú como en 1941. Esto no es sólo por nuestro histórico pasado, sino porque -no quiera dios- que este levantamiento pase en toda Rusia, el impacto sea colosal y los siguientes seamos nosotros”
Transcribimos las palabras expresadas por el presidente, traducidas al castellano.
El viernes como ustedes saben era un día feliz, celebrábamos la graduación de nuestros universitarios, aunque yo en ese mismo momento me encontraba ocupado con la información de lo que estaba ocurriendo en Rusia. En Rostov del Don en especial.
No es poco la guerra en curso y llegamos al sábado sobre las 8:00 de la mañana y recibo una llamada del FSB y nuestro KGB para organizar una conversación con el presidente Putin después de su discurso.
Posteriormente, recibí la llamada del presidente de Rusia que me explicó los detalles concretos de lo que sucedía. Entonces entendí que la situación era difícil. Lo más peligroso no fue lo que ocurrió sino cómo se podía desenvolver la situación y sus consecuencias posteriores. Así lo entendí y tomé una decisión. Le dije a Putin que no se apresurara, era necesario hablar con Prigozhen y con sus comandantes. Entonces él me dijo, ” Escucha Aleksandr no servirá de nada, él no coje las llamadas ni escucha a nadie y no quiere hablar con nadie”. Yo pregunté dónde se encontraba Prigozhen y él me respondió: “En Rostov del Don”.
“Entendido no se precipite voy a intentar llamarlo por teléfono. No podemos precipitarnos en este momento”. Él por segunda vez me dijo: “No obtendrás ningún resultado”. Y yo le dije: “está bien, voy a intentarlo”.
Hablamos como una media hora. Vladimir Putin me informó sobre la situación del frente y dijo: “sabes la situación en el frente es mejor de lo esperada “; entonces yo le dije: “ves no es todo tan malo”. Sobre las 11:00 de la mañana me pasaron el teléfono de Prigozhen desde el FSB. Sobre el medio día ya teníamos tres canales de comunicación para Rostov.
Putin me había advertido que no respondería mi llamada, pero a las 11 él respondió. Le dijeron: “El presidente de Belarus le está llamando, ¿responderás?” y yo escuché como él dijo, “acepto”. Yo podía escuchar la conversación. Respondió la llamada. La conversación fue en un clima de euforia por su parte, Evgeni estaba realmente eufórico.
Hablando los primeros 30 minutos con un lenguaje lleno de palabrotas, había más malas palabras que normales. Aunque él se disculpaba cada vez, pero nuevamente regresaba al mal lenguaje.
Le escuché con atención, realmente estaba muy enfadado, él estaba en el frente un largo tiempo y había visto miles de sus camaradas de armas morir. Y aunque él era el comandante se notaba que estaba realmente molesto con la situación. Sobre todo, estaba afectado por el bombardeo que por error realizó el Ejército Ruso en el campamento Wagner. Yo le pregunté a Prigozhen: ¿ustedes mataron a alguien civil o militar? Él me respondió: “Aleksandr Gregorievich le juro que no tocamos a nadie, nosotros ocupamos el edificio del Estado Mayor.” Esto fue verdad, eso era muy importante. Recuérdenlo que ellos ocuparon Rostov sin ningún muerto.
Yo le pregunté: “¿qué es lo que tú quieres?” Él me respondió: “Yo Aleksandr Gregorievich no pido nada solo quiero que me den a Shaigu y Gerasimov. Necesito reunirme con Putin.”
Yo le dije: “Zenia (diminutivo de Evgeni), nadie te va a dar ni a Shaigu, ni a Gerasimov, ni a nadie. Además, en esta situación tú sabes que Putin no es menos que yo. En segundo lugar, no sólo no va a reunirse contigo, sino que hasta cogerte el teléfono en esta situación sería imposible.”
Entonces estuvo un momento en silencio y dijo: “nosotros queremos justicia nos tienen que escuchar, nosotros vamos para Moscú”. Y le dije: “en la mitad de camino os destruirán como a un insecto. Piensa en esto”.
La mayor parte del tiempo decía eufórico “no, nosotros seguimos para adelante”. Entonces le dije: “haz lo que quieras, pero ten presente que las Brigadas enteras del ejército estarán esperando en Moscú”.
“Usted leyó los libros de historia. Vamos a defender Moscú como en 1941. Esto no es sólo por nuestro histórico pasado, sino porque -no quiera dios- que este levantamiento pase en toda Rusia, el impacto sea colosal y los siguientes seamos nosotros.”
Era necesario hacerlo reflexionar y fue de este modo que accedió.
Autor
Albert Santin es natural de Amposta, Cataluña nacido el 31 de marzo de 1996.
Curso estudios de Administración y Finanzas así como sanidad.
Actualmente es el Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de los Comités Catalanes y Presidente de la Asociación de Apoyo a la República de Bielorrusia.
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