¿Es Juan Carlos el sepulturero de la monarquía española?
“Los miembros de la rama española siempre han antepuesto sus intereses privados a los nacionales desde su aparición en la escena política”
“Como Franco tenía que mantener el apoyo de los monárquicos en sus filas, en 1947 estableció por ley que España sería un reino, con él como regente de por vida. En 1969 Franco nombró a Juan Carlos como su sucesor”
“Además de su salario, dietas reales y asignaciones para gastos, Juan Carlos ha recibido ingresos adicionales, ingresos muy superiores a los que recibía oficialmente”
“Los republicanos españoles, que son cada vez más, tendrán que mover montañas antes de que se pueda proclamar la Tercera República”
Entre los miembros de las casas reales europeas reinantes encontramos numerosos rateros. Por nombrar algunos: el príncipe inglés Andrew, el príncipe belga Laurent, el príncipe danés Joachim, la gran duquesa luxemburguesa María Teresa y, por supuesto, el nuestro propio, ahora fallecido, príncipe Bernhard, esposo de la ex reina holandesa Juliana. Pero recientemente salió a la luz que el rey de España, Juan Carlos I, que abdicó en favor de su hijo en 2014, es el campeón indiscutible de estos rateros.
Los Borbones
Juan Carlos de Borbón y Borbón-Dos Sicilias pertenece a la casa de los Borbones, cuyos miembros ocupan el trono español desde 1700 con la excepción de dos interrupciones republicanas, la última de las cuales fue la más prometedora.
Los miembros de la rama española siempre han antepuesto sus intereses privados a los nacionales desde su aparición en la escena política. Para dar unos ejemplos de su forma de actuar: Carlos IV vendió la corona española a Napoleón a cambio de una asignación anual de 30 millones de reales españoles. Su hijo, Fernando VII, al asumir el cargo de rey, abolió la constitución liberal de 1812 y se convirtió en un déspota rapaz.
A su muerte en 1833, tenía 500 millones de reales españoles en su cuenta bancaria de Londres. Su hija, Isabel II, era tan corrupta que no pudo evitar que en 1868 su gobierno fuera derrocado por una revolución. Se vio obligada a huir a París, donde fue recibida calurosamente por Napoleón III. En el siglo XX, su nieto Alfonso XIII allanó el camino para la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Tras la caída del dictador, una masiva victoria electoral de los partidos republicanos le obligó a abandonar el país en 1931. Visto de esta manera, los actos de Juan Carlos, ahora de 82 años, encajan en una larga tradición de auto-enriquecimiento y desprecio por el pueblo español.
La suerte le sonríe a Juan Carlos
La Providencia parece haber contribuido a que Juan Carlos haya amasado impunemente grandes riquezas, mientras se dedicaba a actividades amorosas que hacen palidecer a las de Rasputín. El primer incidente que indica esto tuvo lugar el 29 de marzo de 1956. Ese día, el príncipe heredero Alfonso muere en la villa real en Estoril, Portugal, a causa de una herida de bala. La Embajada de España en Lisboa le comunicaba su muerte al mundo con estas palabras: “Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión.” Ese hermano era Juan Carlos y pronto se rumoreó, que fue él quien disparó el tiro fatal, accidentalmente o no. El tío de Juan Carlos, Jaime de Borbón, que en 1949 se había autoproclamado pretendiente al trono, se mostró más que feliz de eliminar al nuevo competidor e instó a una investigación judicial sobre el incidente, pero el padre de Juan Carlos logró evitarlo.
Felipe de Borbón, actual rey de España, saluda al dictador Franco ante la mirada de su padre, Juan Carlos.
Fue una bendición para la futura carrera del joven príncipe heredero que Franco, el Caudillo de España por la Gracia de Dios, tuviera una opinión particularmente baja del padre de Juan Carlos, Juan de Borbón y Battenberg, hijo del rey anterior y primero en la fila para la sucesión al trono. Franco se burló de él con estas palabras: “Mire ahora a esa Alteza Real: dos de sus hermanos padecen hemofilia, el otro hermano es sordo y mudo, su hija es ciega y su hijo ha muerto de una herida de bala. La gente española no está esperando a un rey que atraiga la mala suerte”. La aversión fue mutua. El padre de Juan Carlos se había vuelto contra Franco en 1945, creyendo que los aliados acabarían con el régimen golpista y le permitirían tomar el trono. Cuando esto no sucedió, trató de halagar a Franco, pero la posibilidad de que alguna vez se convirtiera en rey, se había ido para siempre. Como Franco tenía que mantener el apoyo de los monárquicos en sus filas, en 1947 estableció por ley que España sería un reino, con él como regente de por vida. En 1969 Franco nombró a Juan Carlos como su sucesor.
Para enojo de su padre, el hijo aceptó la oferta y juró lealtad a Franco y su Leyes Fundamentales ese mismo año. La respuesta de Juan Carlos a Franco al aceptar su nombramiento fue: “Me resulta dificilísimo expresarte la preocupación que tengo en estos momentos. Te quiero muchísimo y he recibido de ti las mejores lecciones de servicio y de amor a España. Estas lecciones son las que me obligan como español y como miembro de la Dinastía a hacer el mayor sacrificio de mi vida, cumpliendo un deber de conciencia y realizando con ello lo que creo que es un servicio a la Patria, aceptar el nombramiento para que vuelva a España la Monarquía”. Franco mandaba la respuesta con el encabezamiento de “Mi querido Infante” donde le explicaba su decisión y también sus razones políticas: “Yo desearía, comprendierais, no se trata de una restauración, sino de la instauración de una Monarquía como coronación del proceso político del régimen, que exige la identificación más completa con el mismo, concretado en las Leyes Fundamentales refrendadas por toda la nación”.
Ese mismo año, en una entrevista concedida a la televisión francesa, el futuro rey expresó su admiración por el incansable compromiso de Franco con la patria y añadió que sentía un verdadero cariño por el dictador.
Otro momento importante en la carrera de Juan Carlos, un momento del que el mundo aún no sabe si el propio Juan Carlos tuvo algo que ver, fue el intento de golpe de Estado que se produjo en la tarde del 23 de febrero de 1981. Un coronel de la Guardia Civil irrumpió en el parlamento español con 150 hombres armados y mantuvo a sus miembros como rehenes durante casi 24 horas, a la espera de las órdenes del “Elefante Blanco”, líder del golpe. Aún no está claro quién fue ese “Elefante Blanco”.
En cualquier caso, la actuación de Juan Carlos plantea interrogantes. No apareció en la televisión española con uniforme del ejército hasta la madrugada del 24 de febrero, llamando a las autoridades civiles y militares a mantener el orden constitucional. Mientras tanto, había consultado con los capitanes generales de las regiones militares del país y sabía que la mayoría de ellos no apoyaba el golpe.
En julio de 2020 apareció en el diario “Diario16”, un artículo en el que el escritor asegura haber encontrado evidencias de que el rey había dado su bendición a la empresa 48 horas antes de la toma del parlamento. ¿Juan Carlos canceló un golpe en el que primero prometió cooperar? En cualquier caso, fue visto por el mundo, por los medios de comunicación españoles y por la mayoría del pueblo español como el salvador de la aún joven democracia española. Este halo le serviría en el futuro en el desarrollo de sus negocios y emprendimientos eróticos.
La carrera financiera de Juan Carlos
Además de su salario, dietas reales y asignaciones para gastos, Juan Carlos ha recibido ingresos adicionales, ingresos muy superiores a los que recibía oficialmente. En 1962, ya al cuidado de Franco y viviendo en el Palacio de la Zarzuela a tiro de piedra del palacio donde vive Franco con su familia, recibió 200 millones de pesetas (€1.200.000) de un grupo de empresarios españoles. Aunque el obsequio se presentó como regalo para su boda con Sofía, Princesa de Dinamarca y Grecia, estaba claro que los emprendedores estaban invirtiendo en su relación con el futuro Rey de España. En 1977 Juan Carlos, ya juramentado como rey, pidió dinero al Sha de Persia y al rey de Arabia Saudita para apoyar al gobierno de Adolfo Suárez, por estar comprometido en la transformación del sistema franquista en una democracia parlamentaria. El Sha le envió $10 millones, el monarca saudí $100 millones, pero la administración de Suárez nunca vio un dólar. Su padre, Juan de Borbón y Battenberg, fallece en 1991. Juan Carlos recibirá una cantidad de 376 millones de pesetas (€2.256.000) de la herencia, cantidad que depositó en su cuenta bancaria suiza.
Juan Carlos de Borbón y su esposa, Sofía de Grecia, con el Sha Reza Pahleví de Persia y su esposa Farah Diba en 1974
Mientras tanto, llegada a la década de 1990, Juan Carlos encontró un intermediario financiero de confianza en la persona de su primo, Álvaro de Orléans, otro Borbón. Las cosas solo estaban despegando realmente en ese momento. Álvaro gestionaba la cuenta bancaria del rey en Crédit Suisse, una cuenta a nombre de la Fundación Zagatka, de la que eran directores Álvaro de Orléans y otros dos testaferros financieros del rey, Arturo Fasana y Dante Canónica. El rey también pudo utilizar a Guido Meier, representante de la Fundación Zagatka en Lichtenstein, para sus transacciones secretas. En 2003 Álvaro recibió 50 millones de euros por los servicios reales prestados en la venta del Banco Zaragozano a Barclays. El dinero se depositó en la cuenta bancaria suiza. En 2010, Juan Carlos recibió un obsequio de 1,7 millones de euros de su compañero de Bahréin, el rey Hamad. El citado Fasana dijo recientemente a la justicia suiza que el rey lo visitó en Ginebra después de un viaje desde Abu Dhabi para preguntarle si el dinero se podía depositar en su cuenta suiza. El rey llevaba ese dinero en un maletín. Dijo que no sabía por qué Juan Carlos recibió el dinero. Informó que Juan Carlos, era “muy apreciado” en los Estados del Golfo. La negligencia financiera del rey ha sido sacada a la luz por el fiscal suizo Yves Bertossa, que en 2018 descubrió una cuenta bancaria secreta de Juan Carlos mediante una transferencia de $100 millones desde Arabia Saudita a una nueva cuenta en Crédit Suisse, abierta por Arturo Fasana en su calidad de director de la Fundación Zagatka. Juan Carlos había recibido este dinero como agradecimiento por mediar en la licitación de una línea de alta velocidad entre La Meca y Medina.
En julio de 2020, Yves Bertossa investiga otra transacción de Juan Carlos: transferir 3,5 millones de euros de su propia cuenta bancaria suiza a una empresa panameña, Lucum, que tiene una cuenta bancaria en una sucursal de Banque Mirabaud, en las Bahamas. Lucum es una empresa de la que Juan Carlos es el único accionista. Motivo por el que la justicia suiza sospecha de blanqueo de capitales a Juan Carlos, a Dante Canónica, como fundador y secretario de la empresa Lucum, a Arturo Farsana y a Corinna Larsen. Como escribí anteriormente, Dante Canonica y Arturo Fasana, junto con el primo de Juan Carlos, Álvaro de Orléans, directores de la Fundación Zagatka, eran una tapadera para ingresar y ejecutar los pagos ilegales de Juan Carlos. Bertossa ahora también tiene conocimiento de los 64,8 millones de euros que Juan Carlos transfirió en 2012 a una cuenta de la firma Solare de Corinna Larsen en el banco Gonet & Cie de las Bahamas. De esta cuenta, 39 millones se transfirieron a una cuenta de Corinna con FieldPoint Private Bank en la ciudad de Nueva York y 11 millones se pasaron a una cuenta de Corinna con HSBC UK. Según Corinna, los 64,8 millones de euros no pretendían ser dinero secreto, sino que estaban motivados por sentimientos de gratitud que su ex amante aún sentía por ella. La justicia suiza cree ver una forma de lavado de dinero en los pagos de Juan Carlos a los titulares de cuentas en los bancos de las Bahamas. Después de todo, las revelaciones sobre las cuentas bancarias ilegales suizas de Juan Carlos, sobre sus prácticas de lavado de dinero y sobre el fraude fiscal que ha cometido no son solo el resultado de los esfuerzos de la justicia suiza. Sin las declaraciones de la ex amante de Juan Carlos, Corinna, mucho se habría quedado en la oscuridad. Esto nos lleva a las aventuras amorosas de este sinvergüenza real.
Juan Carlos de Borbón con su socia y amante Corinna Larsen, su hija Cristina y el esposo de esta, Iñaki Urdangarin, quienes también fueron descubiertos en una red corrupta entorno al llamado Caso Noos
En 2018, para gran enojo de su familia, Juan Carlos celebró su 80 cumpleaños con la diseñadora de interiores y amante de muchos años Marta Gayá en lugar de su esposa. Es ilustrativa la forma en que el rey trata a su esposa, al igual que a sus numerosas amantes. Con respecto a esto último, en 2018 “Il Corriere della Sera” informó que, durante un viaje en bote con una modelo anónima, Juan Carlos supuestamente pidió a dos guardaespaldas que arrojaran al agua a la mujer en cuestión, porque había visto a lo lejos que un barco con su esposa a bordo inesperadamente se acercaba.
En 2017, el ex coronel Amadeo Martínez publicó un libro titulado: “Juan Carlos I; el rey con las 5000 amantes”. En el libro menciona no menos de 4.786 amantes y llama al ex rey un adicto al sexo. Llega a esta cifra un tanto improbable porque, además de sus relaciones extramaritales más o menos manifiestas, se dice que Juan Carlos ha tenido innumerables relaciones ultracortas con mujeres que siempre han quedado al margen de la publicidad. Otros expertos en este campo creen que el rey no ha tenido más de 1.500 amantes hasta la fecha, todavía un número significativo.
Se dice que la relación con su esposa Sofía terminó en 1976 cuando ella lo sorprendió en los brazos de la cantante y actriz española Sara Montiel. A Sara le siguieron numerosos romances con mujeres de “los mejores círculos” y con cantantes y actrices de cine. Hasta el día de hoy existen dudas en torno a la muerte de una de ellas, la actriz Sandra Mozarowski quien cayó de su balcón en 1977 a los dieciocho años. Se rumoreaba que estaba embarazada de Juan Carlos y por tanto tenía que desaparecer. Sea cual sea la verdad, el informe de su autopsia nunca se hizo público. “France Dimanche”, un semanario tipo tabloid, escribió recientemente sobre las aventuras de Juan Carlos bajo el título “Les dossiers noirs de la monarchie” y creía que Lady Di debía contarse también entre las conquistas del rey.
Los romances con la presentadora de televisión, bailarina, actriz y cantante italiana Raffaella Carrà y con la actriz de cine española Bárbara Rey no afectaron a la reputación del rey. Pero las cosas tomaron un giro contraproducente para él cuando comenzó una relación con la empresaria originalmente danesa, pero nacionalizada alemana, Corinna Larsen. Cuando se conocieron en 2004, Corinna estaba casada con el alemán Prinz Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn y había tomado el título de “Prinzessin zu Sayn-Wittgenstein”. El primer escándalo que los rodeó comenzó en 2012. Mientras España se enfrentaba a una crisis económica que golpeaba duramente a grandes sectores de la población, ambos hicieron un viaje de lujo a Botswana y mataron a algunos elefantes al pasar. La caída fortuita de Juan Carlos, que le produce una rotura de cadera, propicia la foto de Juan Carlos y Corinna de pie frente a un elefante muerto, ambos con las armas en las manos. Esta imagen dio la vuelta al mundo. Las reacciones airadas en su reino llevaron a Juan Carlos a hacer una poco honrosa aparición televisiva en la que expresó su pesar con la ya célebre frase: “lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. La relación entre los dos terminó, pero en 2018 aflora una grabación sonora de 2015 en la que Corinna habla con José Manuel Villarejo, ex-comisario de policía, empresario y desde 2017 bajo sospecha de blanqueo de grandes sumas de dinero, sobre los negocios de Juan Carlos. Ella le dice que el rey ha recibido una comisión de 100 millones de dólares de la familia real saudí por sus gestiones para bajar el precio que pide un consorcio español por la construcción de una línea de alta velocidad entre La Meca y Medina. Juan Carlos ha llevado el dinero, dijo Corinna, a un banco extranjero. Además, cuenta que Juan Carlos tiene varias cuentas en bancos suizos a nombre de su primo, Álvaro de Orléans. Y Corinna le explica a Villarejo que está viviendo una pesadilla porque Juan Carlos ha puesto parte de su propiedad a su nombre para engañar a las autoridades fiscales españolas. No hizo eso porque me amaba tanto, dice Corinna, sino porque vivo en Mónaco. Juan Carlos ahora la presionaba para que recuperara las propiedades a su propio nombre. Se informa a la prensa suiza del contenido de la grabación sonora. La “Tribune de Génève” escribe más tarde, en ese mismo año, que Juan Carlos depositó $100 millones en el Banque Mirabaud, en la cuenta de una empresa panameña de la que es el único accionista.
Además, el diario informa que Juan Carlos transfirió 76 millones de dólares en 2012 a su ex amante, Corinna Larsen. Motivo por el que la justicia suiza inició una investigación sobre estas transacciones en agosto de 2018. Una investigación que constantemente saca a la luz nuevas malas prácticas y que aún no está cerrada en el momento de escribir este artículo.
¿Es Juan Carlos el sepulturero de la monarquía española?
El 20 de noviembre de 1931, el Parlamento español dictaminó que Alfonso XIII había violado criminalmente el orden legal. Los delegados deciden por amplia mayoría quitarle todos sus títulos y privilegios y apoderarse de sus bienes. ¿Las Cortes actuales podrían estar dispuestas a hacer lo mismo con el nieto de Alfonso XIII, Juan Carlos de Borbón y Borbón-Dos Sicilias? Me temo que el equilibrio de poder en el Parlamento español no lo permite, y queda por ver si el Procurador General del Tribunal Supremo está dispuesto a abrir una causa penal contra el ex-rey, a pesar del montón de documentos incriminatorios que las autoridades judiciales suizas han proporcionado a las autoridades judiciales españolas. Además, no está claro si Juan Carlos, que ha huido de España, está dispuesto a comparecer ante un juez español o suizo.
Diciembre de 1923. Los Reyes de Italia y España, el Príncipe heredero y los dictadores fascistas, Mussolini y Primo de Rivera
El tema aparentemente no afectará a la monarquía española. Aparte de la fracción Unidas Podemos y algunos pequeños partidos regionales, los partidos políticos españoles no tienen intención de abandonar a la familia real. Los políticos del PSOE ahora son llamados “republicanos asintomáticos” por los defensores de la república. Los intentos de hacer de la monarquía el tema de un referéndum han fracasado hasta ahora en el parlamento. Quizás los resultados de una encuesta realizada inmediatamente después de la huida de Juan Carlos influyeron en esto: menos del 40% de los encuestados apoyaba a la monarquía. La prensa de derecha no se cansa de elogiar a Juan Carlos por el gran aporte que ha hecho a la patria. Incluso su vuelo, que ahora conocemos de París a Abu Dabi en un jet privado, se interpreta como un sacrificio que está haciendo para salvar al país de una crisis constitucional. Los medios más moderados culpan a Juan Carlos para poder mantener al rey actual fuera del vendaval. Algunos periódicos, entre ellos “El País”, no dudan en utilizar la crisis producida por el Covid-19, para salvar la monarquía: “ahora más que nunca, España debe mantener la unidad, y el rey es su encarnación más importante”. Los republicanos españoles, que son cada vez más, tendrán que mover montañas antes de que se pueda proclamar la Tercera República. Es probable, que les ayude la propia arrogancia que vive dentro de los círculos reales, el hecho de que piensan que pueden permitirse mucho, si no todo, sin poner en peligro su posición.
Autor
Bart Grusón nació en 1951 en la ciudad de Amsterdam, capital de los Países Bajos. En 1970 empezaba sus estudios de sociología teorética en la Universidad de Amsterdam y en 1976 obtuvo el título de Master. Trabajó en el campo de la cultura caribeña, particularmente en la música de la República Dominicana y Cuba. En 1991, fue nombrado director del departamento de World Music en Codarts, Universidad de Música y Danza de Rotterdam. Además trabajaba como profesor de Sociología del arte en el mismo instituto.
Grusón es actualmente presidente de una fundación holandesa que publica la revista trimestral “De Republikein” (www.derepublikein.nl), es presidente del Grupo Memorialista del Zenete y Comarca de Guadix y también miembro del Partido Comunista de Andalucía. Vive alternativamente en un pueblo de Granada y en Amsterdam.
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