“Desde 1969 más de 200 personas han muerto en cárceles israelíes, 76 como consecuencia directa de las torturas” Artículo de Juani Boto
Siguiendo la estela de mi último artículo, “Sistema de detenciones y penitenciario de la organización terrorista de Israel”, prosigo con este en el que profundizo un poco más en la criminalidad del ente sionista, cómo continúa el proceso legal de arresto y en la manera que tienen los/as presos/as palestinos/as de luchar contra ellos en las cárceles israelíes.
Cuando el engendro sionista secuestra, impone a las personas palestinas 4 días en la cárcel sin juicio, a los palestinos con nacionalidad israelí 24 horas y a los niños 2 días. Tras esos días el juez puede ordenar investigaciones de 8 días y puede autorizar otros 5 para presentar cargos. A partir de ahí empiezan los interrogatorios oficiales, que pueden durar hasta 75 días (renovables). En ese momento es cuando comienza el proceso legal, que puede prolongarse durante meses o años.
Asimismo, Israel prohíbe a los/as abogados/as que visiten a las personas detenidas. Prohibición que puede durar mínimo 60 días.
A las personas secuestradas las aíslan en celdas pequeñas en condiciones de insalubridad, con interrogatorios y torturas que pueden durar hasta 20 horas seguidas. Las torturan en diferentes posiciones y los privan de comida y sueño. Estas prácticas criminales suelen producirse los primeros días para que los daños físicos desaparezcan cuando termina la prohibición de visitas.
Antes de 1999 Israel utilizaba cualquier forma de tortura y muchas personas eran asesinadas sufriendo estas prácticas. Desde 1969 más de 200 personas han muerto en cárceles israelíes, 76 como consecuencia directa de las torturas.
Asimismo, no hay diferencias en los métodos de tortura entre hombres, mujeres y niños. Y, además, por si no fuera suficiente, también hay denuncias de agresiones sexuales.
En 2019 han asesinado a tres: dos de ellas bajo tortura y una por “negligencia” médica.
Uno de los métodos de tortura consistía en zarandear violentamente a los secuestrados, lo que llegó a provocar alguna rotura cervical. A raíz de esto, tras una denuncia, el Tribunal Supremo israelí prohibió algunos métodos de martirio, aunque actualmente sigue habiendo muchas formas de tortura, tanto física como psicológica.
Algunos de los métodos de tortura psicológica es la de detener a familiares. En muchos casos a la madre de la persona detenida, a la que aíslan y al tercer día ponen en una celda al lado de su hijo/a para que este/a última vea a su madre, pero no al revés.
Por otra parte, tienen una habitación de “pájaros/espías”, en los que hacen una especie de teatro en el que militares se hacen pasar por presos para ver si sacan algún tipo de información. Al pasarlos a esa habitación los/as detenidos/as piensan que el interrogatorio ha acabado, pero posteriormente los vuelven a meter en una celda de aislamiento.
Igualmente, no pueden recibir visitas. Sólo pueden comunicarse con sus familias a través de abogados y, además, los sionistas utilizan inhibidores de frecuencia por si han conseguido algún móvil bajo cuerda. Dichos inhibidores, por si fuera poco, generan problemas de salud a causa de la radiación.
Tras ese calvario, los procesos penales acaban con la mayoría de personas detenidas declaradas culpables. En 2017 fueron el 99,7% de los encausados.
Además, antes de 2009 los niños eran juzgados como los adultos, aunque, en la práctica, sigue siendo así. Los juzgan en los mismos juzgados, sólo cambia el juez.
Hasta 2011 se consideraba que a los 16 años se dejaba de ser niño. Actualmente, si los detienen, por ejemplo, a los 16 y condenan a los 18, les aplican la condena como si fuera mayor de edad.
Imágenes cedidas por Jaldía Abubakra
¿CÓMO INTENTAN LUCHAR CONTRA ESTA SITUACIÓN DENTRO DE LAS CÁRCELES?
Para reclamar derechos se ven obligados a hacer huelgas de hambre, tanto individuales como colectivas. En muchos de los casos para que los dejen recibir visitas, poder hacer llamadas o que quiten los inhibidores de frecuencia.
Este año hubo una huelga de hambre colectiva que duró 8 días y que llevó a Israel a aceptar, en principio, las reivindicaciones. Al final no llevaron a la práctica dichas medidas. La reivindicación era la de poner teléfonos en la cárcel y que pudieran utilizarlos tres veces a la semana por 15 minutos. Sólo pusieron dos teléfonos en la cárcel de niños.
De octubre de 2017 a enero de 2018 hicieron otra huelga de hambre protestando contra los tribunales militares.
Hubo otro caso de una persona detenida en régimen administrativo en julio de 2018, a la que renovaron en diciembre la detención. En julio de 2019 inició una huelga de hambre. En las huelgas sólo toman agua y sal, y él decidió tomar sólo agua. A los 60 días estaba en situación crítica. Quedó inconsciente y lo alimentaron artificialmente. Cuando despertó continuó con la huelga y su situación empeoró. Le volvieron a renovar la detención por cuatro meses y luego por dos meses más. Decidió parar la huelga, pero no aceptó los dos meses que le “propusieron” para salir.
Esto es parte del día a día que el sionismo impone por la fuerza a la población palestina.
Son 5000 personas las que están prisioneras bajo el control carcelario de los criminales sionistas. 5000 personas y sus familias. Miles de historias de sufrimiento.
En 1953, en el juicio por el asalto al Moncada, Fidel Castro dijo: condenadme, no importa, la historia me absolverá. Y no sólo fue absuelto, sino que es un referente mundial para las personas de bien.
A otros, como al nazismo, la historia los juzgó y condenó. Como así, más pronto que tarde, condenará al sionismo y a la organización terrorista de Israel.
Palestina vencerá.
Viva Palestina libre.
Si quieres información más detallada, puedes consultar en la web de la Asociación de Apoyo a los Prisioneros y Derechos Humanos, Addameer
Autor
Responsable de la coordinación técnica y audiovisual en Revista La Comuna
Operario de fábrica. Militando desde los 17 años. Socialismo o barbarie.
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