“A diferencia de Hungría, para las élites europeas Ucrania representa una democracia intachable”

    Quizá el arranque que llevó a las y los representantes del Parlamento de la UE a pedir por fin a la Comisión Europea que ejecutara ese castigo financiero a Hungría nada menos que “Cuatro años después del informe que dio inicio al procedimiento por el Artículo 7” (misma nota de prensa), o sea, aquel en el que se viene a “constatar la existencia de un riesgo claro de violación grave”de los mencionados valores, tuviera algo que ver con una serie de imperdonables decisiones del Gobierno húngaro en materia económica y diplomática que hicieron a sus señorías parlamentarias alcanzar la iluminación”

    El pasado 16 de septiembre la edición número 422 del espacio La Sexta Clave, comenzaba con una alocución de su actual presentador, Joaquín Castellón, recogida en la cuenta de Twitter del propio programa, en cuyo enlace podía leerse: “El Gobierno de Hungría obligará a las mujeres a escuchar el latido del corazón del feto antes de abortar. Porque si alguien sufre, se le puede hacer sufrir aún más. Esa es la ultraderecha de Orban”.

    En el vídeo en sí, con acompañamiento sonoro de película de acción y el trasfondo visual del busto del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, bajo el rótulo “Ultraderecha, ¿hasta dónde?”, Castellón decía: “Abortar no es fácil. Si conoce a alguna mujer que haya abortado, lo saben. No es una decisión que se tome a la ligera, ni sin pensarla días, ni sin meditarla. Ni sin sufrir. No. El Gobierno de Hungría va a hacerlo aún más doloroso. Obligará a las mujeres a escuchar el latido del corazón del feto antes de abortar. Por decreto. Porque si alguien ya sufre, se le puede hacer sufrir aún más. Esa es la ultraderecha de Orban. Y esto es La Sexta Clave, el otro informativo”(1)

    Tras la ampliación de esa información por parte de la periodista Carlota Reig, podemos escuchar al periodista, no sin grandes dosis de histrionismo en sus gesticulaciones e inflexiones de voz, apostillar, con el fondo visual del dirigente húngaro de nuevo, esta vez junto al rótulo «Ojalá Orban fuera un chiste» en grandes dimensiones: “Gracias, Reig. ¿Cuándo hay que parar esto? El Parlamento europeo votó ayer una resolución contra Hungría. Ya no la considera una democracia plena y ve esfuerzos deliberados del ultraderechista Orban para socavar los valores europeos. Esto es más que un tirón de orejas. Orban ha dicho que ve la resolución «un chiste». Como chiste es muy malo. Porque gracia tiene cero. Pero en cambio da vergüenza. Mucha vergüenza”.

    En efecto, según la nota de prensa correspondiente emitida por la institución el mismo día, “Hungría ya no puede considerarse una democracia plena, según el Parlamento” (titular) y “La situación se ha deteriorado tanto que Hungría se ha convertido en una «autocracia electoral»”, apreciación respecto a la cual se reconoce que “La inacción de la UE ha exacerbado el retroceso”, por lo cual “Hungría no debe recibir fondos de recuperación si no cumple las recomendaciones de la UE y sentencias judiciales” (subtitulares). El cuerpo de texto define al Estado húngaro como “un «régimen híbrido de autocracia electoral», es decir [,] un sistema constitucional en el que se celebran elecciones, pero que no respeta las normas y estándares democráticos”, a la vez que estima que “los valores recogidos en el Artículo 2 del Tratado, incluidos la democracia y los derechos fundamentales, han empeorado en los últimos cuatro años, debido a los «esfuerzos deliberados y sistémicos del Gobierno húngaro»”. Por ello, “El pleno insta a la Comisión a utilizar todas las herramientas a su disposición y, en particular”, nótese bien, “el reglamento sobre condicionalidad del presupuesto”, amén de suspender la aprobación del “plan de recuperación de Hungría, […] excluir de financiación los programas de cohesión […] y aplicar el Reglamento de Disposiciones Comunes y el Reglamento Financiero de manera más rigurosa para evitar un uso indebido de los fondos comunitarios por razones políticas”. Se dice que “los eurodiputados siguen preocupados sobre numerosas cuestiones relativas a la democracia y los derechos fundamentales en Hungría” (2) en relación con un informe de septiembre de 2018 que constataba “la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de Hungría de los valores en los que se fundamenta la Unión” (3) ; esto es, los de “respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías” (4).

    Quizá el arranque que llevó a las y los representantes del Parlamento de la UE a pedir por fin a la Comisión Europea que ejecutara ese castigo financiero a Hungría nada menos que “Cuatro años después del informe que dio inicio al procedimiento por el Artículo 7” (misma nota de prensa), o sea, aquel en el que se viene a “constatar la existencia de un riesgo claro de violación grave” (5) de los mencionados valores, tuviera algo que ver con una serie de imperdonables decisiones del Gobierno húngaro en materia económica y diplomática que hicieron a sus señorías parlamentarias alcanzar la iluminación y decidirse a poner coto a tales vulneraciones de los derechos humanos fundamentales (respectivamente: Elperiodicodelaenergia.com, 1/VII/2022 (6); Elpais.com, 21/VII/2022 (7); Euronews.com, 22/VII/2022 (8); Dw.com, 17/VIII/2022 (9); Abc.es, 27/VIII/2022 (10); Elperiodico.com, misma fecha (11)):

    El primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, dejó claro que su Gobierno rechaza aprobar un séptimo paquete de sanciones contra Moscú y no quiere ni hablar de dejar de importar gas ruso, mientras teme que la guerra en Ucrania pueda acercarse al territorio magiar. […] El jefe del Gobierno húngaro aseguró que ya en la cumbre de la Unión Europea (UE) de la semana pasada trasmitió a sus colegas comunitarios «unas advertencias serenas para que no intenten lanzar un séptimo paquete de sanciones (contra Rusia)».

    El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, visitó este jueves Moscú por sorpresa para pedir al Kremlin que aumente sus envíos de gas al país, que sigue siendo uno de los principales apoyos de Rusia dentro de la Unión Europea. «Esta solicitud será considerada de inmediato», respondió el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, cuya nación tiene en Hungría un aliado en contra de las sanciones de la UE. Ucrania queda así en segundo plano para el Gobierno húngaro de Viktor Orbán, frente a la prioridad que deja traslucir este viaje: los negocios y garantizar el suministro de gas ruso a los consumidores.

    «La compra de setecientos millones de metros cúbicos adicionales de gas natural, además de los contratos ya firmados, es necesaria para garantizar la seguridad energética del país en los próximos meses», explicó Péter Szijjártó. La visita se produce justo un día después de que Bruselas pidiera a los estados miembros de la UE que redujeran el consumo de energía en un 15% para superar la pérdida de suministros de Rusia.

    [Orbán] Aludió al rechazo de Rusia de una posible membresía de Ucrania en la OTAN, lo que describió como «comprensible», aunque no fuera un justificativo para la agresión. Y repitió también las amenazas del ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, sobre que Rusia desplazará el frente de combate más hacia el oeste. Desembozadamente, Orbán aludió a la responsabilidad de Occidente, en especial de Estados Unidos, en la guerra, ya que ignoró las objeciones de Rusia en cuanto a seguridad, y apeló a que se llevaran a cabo negociaciones de paz de inmediato. Estas deberían realizarse entre Rusia y EE.UU., ya que este último es el que tendría que abordar las preocupaciones de Moscú, según dijo. […] Rusia prometió a Hungría en agosto solo 52 millones de metros cúbicos de gas. Y tampoco le entregaría la cantidad acordada por contrato debido a limitaciones en las entregas. Con ello, la política social de Orbán para poner coto al aumento de los costos de energía y vivienda corre peligro. […] sus lamentos sobre el declive de Occidente y sus gestos benévolos hacia los enemigos de Occidente –principalmente a Rusia, pero también a China– seguirán siendo parte del conjunto de herramientas de política exterior de Hungría al que deben adaptarse los socios occidentales.

    Hungría construye dos reactores nucleares financiados por Rusia. El Gobierno húngaro ignora por completo las sanciones contra Rusia y ha autorizado la continuidad del pago en rublos al exportador de gas ruso Gazprom.

    El proyecto, evaluado en 12.500 millones de euros (una cifra similar en dólares), fue financiado en un 80% por un préstamo de Rusia a Hungría, que sufragará el 20% restante. Cada uno de esos dos reactores tendrá una capacidad de 1,2 gigavatios. […] «De esta forma, podremos garantizar la seguridad del aprovisionamiento energético de Hungría a largo plazo y proteger al pueblo de las fluctuaciones extremas de los precios de la energía», afirmó el ministro Szijjarto. El gobierno húngaro, contrario a las sanciones impuestas por la UE, también reforzó recientemente su cooperación gasífera con Rusia, obteniendo un aumento de las entregas de ese fluido […].

    Posiblemente, como decimos, estas herejías en el seno de la Unión Europea por parte de uno de sus miembros hayan ayudado a dar un pequeño empujón a las élites políticas de la UE a la hora de reaccionar de forma efectiva ante medidas tan ciertamente aberrantes en política interna como aquella de la que daba cuenta La Sexta Clave sobre el aborto; sobre todo, “En un momento en que los valores de la UE están especialmente amenazados por la guerra de Rusia contra Ucrania y las acciones de Moscú contra la Unión”, como reconocía la cámara legislativa europea en la misma nota de prensa anterior. No obstante, esta pisada en el acelerador no debe sorprendernos si analizamos las noticias profundizando en su discurso, más allá de los elementos  superficiales, aplicando una metodología estructural y teniendo en cuenta conexiones y factores de índole económica y geopolítica (Reig, 2017) (12). Por cierto, la autora del artículo de la radiotelevisión pública alemana Deutsche Welle, el cuarto de los extractos reproducidos, “Zsuzsanna Vegh”, es “investigadora visitante del German Marshall Fund de Estados Unidos (GMF)”, think tank “radicado en Washington D.C. y con con oficinas en Berlín, Bruselas, Ankara, Belgrado, Bucarest, París y Varsovia” (13). El GMF, entre otras cosas, coorganizó junto con la OTAN en junio de 2021 el evento “OTAN 2030 en el Foro de Bruselas”, en el que el secretario general de esta última, Jens Stoltenberg, “Dijo que la Cumbre de la OTAN” que se celebraría el año siguiente “abrirá un nuevo capítulo en nuestra relación transatlántica y demostrará la importancia de que Europa y América del Norte permanezcan juntas (14).

    Por otra parte, mientras que, como hemos visto, el Parlamento de la Unión Europea aprobaba la resolución sobre Hungría, a la que retiraba una serie de fondos y definía como “autocracia partidaria”, justo un día antes la presidenta de otro de los órganos de la institución supraestatal, en este caso la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitó Kíev por tercera vez desde el inicio del conflicto. Pero esta vez lo hizo teniendo “como objetivo tratar con las autoridades ucranianas la ayuda del bloque comunitario y la forma de avanzar en su proceso de adhesión a los Veintisiete. «En Kyiv […] Mucho ha cambiado. Ucrania es ahora candidata a la UE»”, declaraba en las redes sociales. La jornada anterior, “en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia), […] Von der Leyen anunció durante el debate un paquete de 100 millones de euros” para Ucrania, Estado respecto al que “se mostró convencida” de que se mantendría activo “el apoyo macrofinanciero” de la UE (15).

    Parece que, a diferencia de Hungría, para las élites europeas Ucrania representa una democracia intachable, independientemente de que se condecore como héroes en su Parlamento a nazis, su presidente hable por videoconferencia ante la Cámara griega escoltado por nazis o felicite al pueblo ucraniano por el Día de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial con la foto de un soldado con una insignia de las SS, el país abandone el Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, se declare oficialmente héroe del país a un líder antisemita y colaboracionista con los invasores nazis, se ilegalice a las organizaciones comunistas así como a once partidos políticos de la oposición incluyendo a algunos con representación parlamentaria, se financie y arme a milicias de extrema derecha, se lleve a cabo un genocidio contra la población de Donetsk y Lugansk con 14.000 víctimas fallecidas desde 2014, se prohiba por ley el empleo del ruso o cualquier otra lengua que no sea el ucraniano (en la administración, servicios públicos y enseñanza), se promulgue una ley que estipula que sólo ciertos ucranianos tienen “derecho a gozar plenamente de todos los Derechos Humanos y de todas las libertades fundamentales” (los de origen escandinavo, tártaro y corriente judía de los caraitas) y se esté avanzando en la senda de la desregulación laboral restringiendo sustancialmente la capacidad de los sindicatos para representar a sus miembros, introduciendo la «suspensión del empleo» (no se despide a los empleados sino su trabajo y su salario), otorgando a los empresarios el derecho a suspender unilateralmente los convenios colectivos y haciendo pasar a las personas que trabajan en pequeñas y medianas empresas hasta 250 empleados (más del 70% de la mano de obra) a depender de contratos individuales negociados con su empresa.

    Sin embargo, todo esto no es problema para ese “respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías, proclamado por el Parlamento de la UE. Lo cual dice mucho de los auténticos valores europeos.

     

     

    Notas:

     

    (1). Promoción en twitter del programa “La sexta clave” Pinche AQUÍ para enlace web.

    (2). Nota de prensa sobre la condena del Parlamento Europeo a Hungría. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (3). Resolución del Parlamento Europeo, de 12 de septiembre de 2018, sobre una propuesta en la que solicita al Consejo que, de conformidad con el artículo 7, apartado 1, del Tratado de la Unión Europea, constate la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de Hungría de los valores en los que se fundamenta la Unión. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (4). Tratado de la Unión Europea – TÍTULO I DISPOSICIONES COMUNES – Artículo 2. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (5). Tratado de la Unión Europea – TÍTULO I DISPOSICIONES COMUNES – Artículo 7. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (6). Nota de El periódico de la Energía. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (7). Nota de El País. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (8). Nota de Euronews. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (9). Nota de Deutsche Welle (DW) . Pinche AQUÍ para enlace web.

    (10). Nota de ABC. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (11). Nota de El Periódico. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (12). REIG, Ramón (2017): El laberinto mundial de la Información. Estructura mediática y poder. Barcelona: Anthropos.

    (13). Web oficial del think thank German Marshall Fund de Estados Unidos. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (14). Declaraciones de Jens Stoltenberg recogidas en la web oficial de la OTAN. Pinche AQUÍ para enlace web.

    (15). Von der Leyen visita Kyiv para trabajar en la adhesión de Ucrania a la UE. La Vanguardia. Pinche AQUÍ para enlace web.

     

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    Manuel Rodríguez Illana (1975, Sevilla, Andalucía), es doctor en Periodismo, licenciado en esa especialidad y en Psicología y profesor de Lengua Castellana y Literatura en la enseñanza secundaria. Como analista mediático es autor de El españolismo sonriente (2017), Por lo mal que habláis (2019) y Andalucía, basurero del Estado español (2021) en Editorial Hojas Monfíes, así como El esclavo feliz (2022) en Secretolivo Ediciones. Es miembro del Laboratorio de Estudios en Comunicación (Ladecom) de la Universidad de Sevilla y del Grupo de Análisis de Noticias sobre Divulgación Lingüística, las Lenguas de España y sus Variedades (Lengua y Prensa) de la Universidad de Málaga.