Venezuela sufre golpe suave en nombre de la ‘paz’
Hablar de paz es hablar de guerra, es una frase inversa aplicada por Estados Unidos y sus aliados como instrumento útil para obtener los recursos mineros de los países con mayores riquezas en el mundo. Por esta razón, no dudan en aplicar las estrategias promovidas por el politólogo anticomunista estadounidense Gene Sharp con la finalidad de derrocar gobiernos de izquierda electos democráticamente con el denominado golpe suave en la utilización de métodos no violencia física para alcanzar el objetivo. Estos se enfocan en hacer boicots económicos para asfixiar a la población y hacerlos flaquear ante la desesperación, utilizando la manipulación mediática y la infiltración de adversarios al territorio.

San Antonio de Táchira
Este manual se aplicó a cabalidad en Venezuela, y diría que se extendió al horror por la exacerbada violencia promovida por la oposición venezolana. Ahora, el ojo del Hegemón, EEUU, está puesto en Venezuela por tener las reservas más grandes de petróleo en el mundo. Desde entonces ha desatado en nombre de la paz una guerra suave sistemáticamente, paros petroleros en los años 2002-2003; guarimbas —actos vandálicos de quema de instituciones, personas, tranca de calles entre otras—, año 2014; uso de explosivos y francotiradores para asesinar a personajes con incidencia social y política, bloqueo económico, extracción ilegal de gasolina y alimentos.
Organizaciones como la OEA, haciendo uso del poder mediático y la influencia política, por medio de su secretario general Luís Almagro: “Venezuela necesita una paz basada en los derechos de la gente” Diario el Nacional, por otra parte, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos expresaba: “Colombia está dispuesta a ayudar para que llegue la paz a Venezuela”.
Preocupaciones contradictorias porque el pasado 3 de noviembre 2017, el presidente Juan Manuel Santos prohibió al laboratorio BSM la venta de medicamentos contra la malaria y el paludismo al gobierno de Venezuela, afectando directamente a su población. Por su parte, Almagro recibió con beneplácito las sanciones de EEUU a Venezuela fueron “extremadamente positivas” —diario El Observador—. Esto conduce a preguntar ¿de qué paz estamos hablando? Cuando estos mismos países son participes del bloqueo financiero auspiciado y dirigido por los Estados Unidos sometiendo a la población en condiciones infrahumanas.

Trump firma orden ejecutiva sancionando económicamente a Venezuela
Entonces… ¿quién tiene aguantando hambre a los venezolanos?
En enero de 2018, 39 millones de dólares destinados a la compra de alimentos y medicinas fueron devueltos por el sistema financiero internacional a Venezuela como parte de la guerra económica que afronta esta nación sudamericana, así lo dio a conocer Pedro Carreño, presidente de la Comisión del Poder Público de la Asamblea Nacional Constituyente.
Venezuela sobrevive
La Venezuela de hace seis meses no es la misma. Es notorio el cambio de la expresión de sus habitantes, rostros que reflejan un sin sabor por la situación que los puso a vivir la paz y la democracia internacional.
Son cuatro elementos que revisaremos para entender más los efectos de la asfixia financiera y la guerra suave que resiste el pueblo bolivariano.
Una doble económica, consiste en que los productos que se venden en las calles: tiendas, bodegas, toldos la persona que compra un producto en efectivo vale menos que pagarlo con tarjeta —vía electrónica—, es decir, un kilo de papas vale en efectivo 250 mil bolívares, pero si lo paga con tarjeta el mismo kilo de papas vale 400 mil bolívares.
Esto sucede porque cuando se va a las casas de cambio ubicadas en la zona fronteriza entre ambas naciones —Colombia y Venezuela—, éste caso Cúcuta en Colombia, las personas que llevan pesos para comprar bolívares les cambian a un porcentaje diferente si es en efectivo o por transferencia, es decir, llevas 21 mil pesos, si pides el cambio por transferencia, le hacen la siguiente operación:
21.000/0.006=3.500.000 — tres millones quinientos mil bolívares.
pero si es en efectivo, la operación es
21.000*0.011= 231.000 —doscientos treinta y un mil bolívares.
La venta de dinero por parte de los venezolanos en las casas de cambio hace que se agudice la escasez del efectivo, esto funciona así: En las casas de cambio de Colombia compran el nuevo cono monetario venezolano, llevan dos millones de bolívares y les depositan por transferencias a bancos venezolanos 6 millones de bolívares. Está actividad la realizan la mayor parte de las personas, incluyendo funcionarios del mismo país, profesionales, amas de casa, extranjeros, transportistas, entre otros.
El sistema de transporte funciona a medias por varias razones, bloqueo para importar repuestos, restricción de los mismos para que las personas lo puedan comprar en zonas fronterizas, sumado a que los propietarios del transporte prefieren comprar el combustible y venderlo a Colombia sin necesidad de prestar el servicio de transporte a los ciudadanos.
El contrabando de carne, gasolina y medicamentos. A pesar de la crisis que se vive todavía sigue la extracción de productos. Con la carne: los venezolanos venden en Colombia el kilo a 12.000 teniendo más de la mitad de ganancias, igualmente pasa con los medicamentos y la gasolina.

Colas para la gasoolina
Poseer recursos mineros es sinónimo de sufrir una guerra
Ejemplo de ello es la guerra emprendida por Estados Unidos contra Irán, miembro fundador de la Organización Exportadores de Petróleo (OPEP) quien dispone de las segundas reservas mundiales de gas, después de Rusia, y de las cuartas reservas mundiales de petróleo —según datos de la AFP—. Otro en sufrir la guerra en nombre de la paz, fue Libia en el año 2011, la OTAN asesina a Muamar Gadaffi y se queda con el 80% de las reservas de petróleo ubicadas en la cuenca del Golfo Oriental de Sirte.
Siria enfrenta también un conflicto por no incluir a EEUU en dos megaproyectos, el primero, en la construcción de dos plantas de procesamiento de gas en Palmira y Raqqa; y posterior la construcción de un gasoducto con capacidad de 110 millones de metros cúbicos de gas al día; así, Siria es el único país con acceso al Mediterráneo —a través de Líbano— en el cual sólo participarán empresas rusas.
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