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Yemen

La lucha de Yemen por su soberanía, parte 1: Antecedentes históricos.

El actual Estado de Yemen nace de la fusión en 1990 de la República Democrática Popular de Yemen del Sur y de la República árabe de Yemen del Norte. Estos dos Estados han tenido procesos históricos diferentes. La historia de Yemen del Norte remonta a más de diez siglos de presencia de los zaiditas (variante chií) en la región del norte, logrando la independencia como Estado respecto del imperio otomano en 1919, bajo la forma de una monarquía feudal. En 1962, al calor de los movimientos panárabes y nacionalistas, antimonárquicos y antifeudales, impulsados con la era Nasser, se proclama la República. Pero los EEUU, Reino Unido, Arabia Saudita y el Sha de Persia envían mercenarios para apoyar a los elementos reaccionarios del antiguo régimen feudal e impedir que se consolide la República. El conflicto desemboca en una dura guerra, con miles de víctimas y que dura desde 1962 a 1970. Finalmente, el gobierno republicano no es derrotado pero sale debilitado del conflicto. No tiene los medios de democratizar completamente el país, de iniciar una revolución cultural ni de industrializarlo. Yemen del Norte se estanca en el estado feudal y la revolución republicana no ha podido tener su verdadero desarrollo.

Yemen del Sur tiene un proceso diferente. En el siglo XIX, es colonizado por los británicos para bloquear la expansión de los franceses que se han hecho con Yibuti y de los rusos que se extienden hacia Asia Central. Forma parte de la conquista de una serie de zonas estratégicas en el Cuerno de Africa y en torno al paso de Ormuz y en el camino a la India. El núcleo central de lo que será Yemen del Sur es la ciudad portuaria de Adén construida por el Imperio Británico, para quien desempeñará un papel importante. Por otra parte, todas las personas que el Reino Unido juzga peligrosas en su colonia india –nacionalistas o comunistas- son enviadas en exilio a Aden. Así, Adén se convirtió en un centro de difusión de ideas progresistas que se extenderán por el mundo árabe y por el Cuerno de Africa. Desde la ciudad portuaria se extiende y desarrolla un movimiento independentista, anticolonial y marxista que conducirá mediante una lucha de guerrillas a la expulsión de los británicos y a la creación en 1967 de la República Democrática Popular de Yemen.

Estará gobernada por el Partido Socialista Yemeni, como coalición de diversos elementos progresistas heredados en parte de los prisioneros de Adén. Hay comunistas, nacionalistas, liberales y baasistas alineados con Siria o Irak. Yemen del Sur se convierte entonces en el Estado árabe más progresista de la región y conoce los mejores años con una reforma agraria, igualdad de sexos, más cultura, y toda una serie de medidas progresistas y solidaridades internacionales con movimientos revolucionarios, pero no logran crear una base industrial. Los comunistas encuadran el partido y mantienen una cierta cohesión, pero cada vez que hay que hacer frente a una situación complicada saltan las contradicciones como consecuencia de las diversas corrientes en presencia y la ausencia de un proletariado con peso.

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Yemen del Norte y Yemen del Sur hasta su unificación.

Estas contradicciones van a conducir a guerras internas importantes y al debilitamiento del partido. Esta debilidad y quizá la perspectiva de la caída de la URSS que fue un gran apoyo de Yemen del Sur, llevó a lo que Samir Amin calificó como un suicidio, es decir a la unificación con el Yemen del Norte tribal de Saleh –en el poder desde 1978-. En ese sentido se expresa el que fuera el último presidente de Yemen del Sur antes de la unificación en 1990 y luego, vicepresidente del Yemen unificado desde esa fecha, Ali Salem al-Said. Viene a decir que los acuerdos de unificación no fueron cumplidos por Saleh, que no se pudo realizar un referéndum de confirmación de la unificación con el Norte, que no se instauró una sociedad laica como se había acordado, que el esfuerzo y la aportación económica del Sur fue mucho mayor, que se fue desmontando la reforma agraria y que el Sur quedó inmerso en una gran pobreza. Por todo lo cual, Ali Salem al-Said dimitió de la vicepresidencia y tuvo que exiliarse.

En 1994, el Sur frustrado por la negativa experiencia de la unificación, se rebela e intenta separarse, lo cual condujo a una brutal guerra entre el Norte y el Sur. O más bien a una invasión en toda regla del Sur por parte del Norte para liquidar todos los vestigios del socialismo, con importantes matanzas de militares y civiles, expulsando a miles de funcionarios y militares de sus puestos de trabajo y privatizando de nuevo las tierras que habían sido requisadas. Sin embargo, Saleh, para poder salir victorioso de esta contienda tuvo que echar mano de todas las fuerzas reaccionarias de la región, como Arabia Saudita, y las fuerzas imperialistas con EEUU a la cabeza, y tuvo que reactivar el yihadismo integrista nacional e internacional forjado en la guerra de Afganistán, de la mano entre otros, de destacados militares como el hermanastro de Saleh, Ali Mohsen al-Ahmar, y el carismático líder militar Tariq al-Fadhli.

Un proceso de transición frustrado y sus protagonistas (2011-2015)

El conflicto de 2011 que condujo tras un largo tira y afloja a la dimisión forzada del presidente Ali Abdullah Saleh, se venía forjando desde hacía tiempo. Llevaba 33 años en el poder (desde 1978) y su gobierno fue un gobierno corrupto, ineficaz, represivo y dictador, que sumió al país en la mayor pobreza y falta de perspectivas, y en la que el dictador que se acaparaba todo para sí, fue creándose muchos enemigos, incluso dentro del ejército, siendo asimismo abandonado por sectores de las clases dominantes a los que fue marginando. Saleh, sin embargo, siempre tuvo como aliados estrechos e incondicionales a los EEUU y a Arabia Saudita.

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Al comienzo del levantamiento, el cuarenta por ciento de la población de Yemen vivía con menos de $ 2 por día.

Sus mayores enemigos se encontraban por una parte en el Norte, los hutíes, y por otra en el Sur, donde había todo un conglomerado de partidos y grupos, más o menos ligados a la tradición de izquierdas del Sur y en alguna manera al partido Socialista de Yemen del Sur, constituyendo lo que se ha venido en llamar el “Movimiento del Sur” o Al-Hirak, que se venía estructurando desde 2007, aunque años antes ya se venían practicando manifestaciones de protesta, en forma de atentados, contra el Estado central y en pro de la secesión. Entre sus líderes se encontraban antiguos dirigentes de la República Democrática Popular de Yemen.

La mala experiencia vivida tras la unificación de Yemen en 1990, la brutal guerra de 1994 contra el Sur y la situación de dependencia y pauperización posteriores, hacen que gran parte de los sectores del “Movimiento del Sur” apuesten por la secesión como mejor alternativa.

El zaidismo del Norte, una variante chiita que tiene sus orígenes en el siglo VIII, ha tenido muchas tensiones y guerras con el poder central de Saleh –hasta seis guerras- puesto que les ninguneaba a sus practicantes, les marginaba del poder y de la economía, y mantenía una actitud sectaria y poco abierta con sus creencias y sus prácticas religiosas.

Hussein al-Houti, fundó en 1992 un movimiento para renacer el zaidismo. En 2003, el movimiento pasó abiertamente al terreno político, organizando protestas contra EEUU por la invasión de Irak. En 2004, Saleh ordenó el arresto de Hussein, y el movimiento respondió lanzándose a una rebelión abierta contra el Gobierno. Las autoridades mataron a Hussein, pero el movimiento zaidista lanzó una insurgencia intermitente contra el gobierno, liderado por su hermano menor Abdul Malik al Houthi hasta que en febrero de 2010, el Gobierno y los rebeldes hutíes acordaron un cese el fuego. En 2011, los hutíes se unieron a las protestas contra el Presidente Saleh.

A partir pues, sobre todo desde el entorno de 2004, el zaidismo fue adquiriendo una vertiente política antiimperialista, democratizadora y participativa, abierta a otras corrientes, reivindicativa de las necesidades económicas y sociales de la sociedad de su entorno, pero con una decisión firme que se traducía en estructuras políticas y militares muy eficaces, en una tenaz resistencia armada, adoptando el nombre de hutíes derivado del que tenía el fundador de este movimiento, Hussein Al-Houthi y estructurados en el movimiento llamado Ansarulá (Ansar Allah)

La conjunción del malestar de todas las fuerzas democráticas, del Norte y del Sur, incluido el de sectores de las clases dominantes marginados por Saleh e importantes sectores del ejército, también descontentos, condujo en 2011, a crear una fuerte presión contra Saleh, para que se produjeran importantes cambios democráticos, económicos y sociales. En lo que respecta al ejército, la Guardia Republicana, dirigida por el hijo de Saleh, siguió básicamente leal al presidente, pero cuando se suponía había de proteger el palacio presidencial, una parte de ella es la que atacó al presidente el mes de junio de 2011, dejándolo gravemente herido, por lo que tuvo que abandonar el país para curarse de sus heridas antes de volver a ocupar el poder. La Primera División Blindada también se posicionó del lado de los manifestantes, y asimismo por ejemplo, la milicia de una de las principales federaciones tribales, la de la tribu de los Hasid, dirigida por Sadiq al-Ahmar, apoyó el movimiento de la revuelta. Es interesante destacar también, el papel crucial que desempeñó un destacado líder militar de Saleh, Tariq al-Fadhli, que se posicionó en su contra y en defensa del Movimiento del Sur.

La historia de este militar condensa en cierto modo la del propio Yemen. Así, su padre fue un administrador de lo que fue la colonia inglesa de Aden, poseedor de grandes tierras en ese sur del Yemen. Cuando se produjo la revolución que condujo a la República Democrática Popular de Yemen del Sur, las tierras de su padre fueron requisadas. El todavía era pequeño. Pero cuando tuvo 18 años fue voluntario con la Yihad a luchar contra los comunistas rusos en Afganistán como venganza por la expropiación de los comunistas yemeníes de las tierras de su padre. Terminada la guerra de Afganistán, cuando Saleh se enfrentó en 1994 con los comunistas de Yemen del Sur, al-Fadhli reclutó fuerzas yihadistas que eran excombatientes en Afganistán, para ir en auxilio de Saleh, jugando un papel importante en esa contienda. Pero 15 años después, desengañado con la política de corrupción y concentración de riquezas de Saleh, se volvió en su contra y se posicionó con el Movimiento del Sur, lo que supuso un importante refuerzo para este movimiento.

La arrogancia de Saleh y el apoyo de sus incondicionales (Arabia Saudita entre otros) lo mantuvieron un cierto tiempo todavía en el poder, reprimiendo violentamente a las manifestaciones pacíficas. Pero al final, tratando de evitar lo peor, sus incondicionales le forzaron a dimitir, pero asegurándole total inmunidad y un proceso de transición controlado. Así, tras la dimisión de Saleh en febrero de 2012, le sucedió quien había sido su ministro de la Guerra en 1994 y responsable directo de la represión contra Yemen del Sur durante este año, y a su vez su vicepresidente desde el mismo año, Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, y que será el nuevo presidente en funciones.

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La propuesta de Hadi para abrir supuestamente un proceso constituyente nuevo fue la de la Conferencia de Diálogo Nacional(CDN) a realizarse entre las distintas fuerzas políticas. Esta Conferencia se realizó a lo largo de los meses entre marzo 2013 y enero 2014, pero no resolvió ninguno de los problemas pendientes en Yemen. La falta de consenso sobre una nueva estructura federal era uno de los mayores problemas. En septiembre 2013 se creó un subcomité de 8 representantes de cada parte, del Norte y del Sur, que fue el encargado de buscar una solución al problema. Se llegó a un acuerdo absolutamente ambiguo, como era que la República de Yemen, un estado unitario con 21 gobernaciones, se debería convertir en una entidad federativa, pero sin concretar nada más. De hecho el Comité 8+8 no logró ponerse de acuerdo sobre el número de nuevas regiones federales (dos, cinco o seis) o de sus límites. En lugar de ello, el comité subcontrató estas decisiones a otro comité bastante poco representativo, elegido a dedo y presidido por el presidente Hadi, que se dedicó a estudiar los parámetros de un sistema federal. Este comité de 22 miembros, llamado Comité de las Regiones, delimitó en menos de dos semanas 6 nuevas regiones federales. La mayoría de los principales movimientos políticos como el partido Socialista de Yemen, el salafista Rashad, el Movimiento del Sur (Herak) y los hutíes rechazaron la propuesta, porque se hacía un reparto desigual de los recursos y las riquezas, porque no respondía a la historia de Yemen y porque en última instancia se hacía una distribución en función de intereses caciquiles prosauditas.

Yemen

Mapa de la propuesta de regiones federales de Yemen rechazada por la mayor parte de partidos.

Los hutíes, con una gran potencia y experiencia militar, hartos de la situación sin salida en que se encontraba el país, y en el contexto de una gran subida de los precios de los carburantes que agudizaba la crisis del país, en septiembre 2014, tomaron militarmente la capital Sanáa, y emplazaron al presidente Hadi a realizar cambios democratizadores, modificar el borrador de Constitución y federar Yemen en dos, Norte y Sur. Tuvieron conversaciones con otros grupos políticos para buscar una salida y recibieron un importante apoyo popular. El presidente Hadi, dijo que estaba dispuesto a aplicar las reformas pedidas por los hutíes, firmando un Acuerdo de Paz y Reconciliación en ese sentido, acuerdo que no será cumplido.

El 20 de enero de 2015, en vista del incumplimiento del Acuerdo de septiembre 2014, los hutíes se apoderan del palacio presidencial de Sanáa, haciéndose formalmente con el poder.

Al de unos días realizan en el palacio presidencial, con la presencia de importantes fuerzas y diversas personalidades, una Declaración Constitucional, donde plantean la creación de una Asamblea Nacional transitoria de 551 miembros que reemplazaría al disuelto Parlamento, la creación de un Consejo Presidencial compuesto por 5 miembros que cumpliría la función de la presidencia de la República, la realización después, de elecciones presidenciales y legislativas y una política exterior basada en el principio de buena vecindad y no injerencia en los asuntos internos de otros países.

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Hutíes en armas en Yemen.

A finales de enero 2015 el presidente Hadi dimite. Los hutíes presionan a los grupos políticos para llegar a acuerdos y pone un plazo, cumplido el cual, si no había acuerdos impondría su propia solución. De hecho, la mayoría de las organizaciones políticas yemeníes acuerdan, a primeros de febrero 2015, crear un Consejo presidencial interino para gestionar el país durante un año, para intentar sacar al país de la crisis, agravada con la reciente dimisión del presidente Hadi, Así, 9 partidos y grupos, incluida una facción del grupo independentista de sur Herak, acuerdan la constitución del citado Consejo presidencial de cinco miembros y que estará encabezado por Ali Naser Mohamed, uno de los presidentes de Yemen del Sur antes de la unificación de 1990. El Movimiento del Sur, partidario en su mayoría de la secesión, siempre ha visto los sucesos del país como desde cierta distancia. Los grupos que no entran en dicho acuerdo son los Hermanos Musulmanes (al-Islah) y otros grupos salafistas y sunitas radicales y prosaudíes, que siempre jugarán la baza del imperialismo y Arabia saudita.

A finales de febrero de 2015 el dimitido presidente Hadi escapa de la capital  Sanáa a la segunda ciudad más importante, Adén, ciudad que declaró la capital de facto.

El 14 de marzo de 2015, los hutíes y otras fuerzas rechazan las conversaciones que quieren realizar en Riad, Arabia Saudita y los países del Consejo de Cooperación del Golfo para tratar de los problemas yemeníes. El 21 de marzo, al día siguiente de dos atentados con bomba contra dos mezquitas en Yemen que mataron a al menos 142 chiitas, el movimiento revolucionario yemeni Ansarula anunció una movilización pública y pidió al Ejército y a las fuerzas de Seguridad que hicieran frente al terrorismo takfiri.

Las fuerzas rebeldes, hutíes y fracciones del Ejército posicionadas a favor del cambio, avanzan rápidamente hacia el control del Sur, tomando primero la tercera ciudad de Yemen, Taiz y luego Adén, el 23 de marzo de 2015, de donde Hadi huye a Arabia Saudita.

Las fuerzas contra las que se enfrentan son los sectores suníes de los Hermanos Musulmanesal Islah– y salafistas muy relacionados con Arabia Saudí, fuerzas de Al Qaeda y seguidores del militar islamista y fanático ultra, Ali Mohsen al-Ahmar, uno de los principales represores de los hutíes, pero que tras su derrota frente al avance de éstos en las inmediaciones del Palacio presidencial, se exilió en Arabia Saudita. De hecho los hutíes señalaron por su parte, que el motivo detrás del avance no era dominar el país, sino unir al país contra Al Qaeda y el ISIS que poseen un considerable poder en la región suroeste del país, liquidar el poder de Hadi y plasmar la Declaración Constitucional, logrado lo cual se retirarían al Norte.

Iñaki Urrestarazu.

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Economista y Analista Internacional especializado en Asía Occidental y Norte de África. Histórico militante antiimperialista vasco.