Parte 2. La larga marcha hacia la Revolución
” Con la fundación del PCC, se inicia un hecho de principal trascendencia para la revolución china”
“< El movimiento revolucionario de los países atrasados de Oriente, sólo puede llevarse a cabo si se basa en la acción de las grandes masas campesinas >. China estaría a punto de demostrarlo”
“La guerra de liberación se configura como guerra revolucionaria que va construyendo una nueva realidad política dominada por el Ejército Popular de Liberación y el PCC”
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En la Plaza de Tiananmen (Pekín) se erige el Monumento a los Héroes del Pueblo. En sus cuatro caras podemos encontrar una serie de relieves que hacen alusión a 8 momentos de gran trascendencia para entender la historia del país y de su revolución. Cuatro de ellos ya los vimos en la primera parte de esta serie: 1) La confiscación del opio en 1839; 2) el comienzo de la rebelión de Taiping en 1851; 3) el inicio de la revolución de 1911; y 4) el movimiento del 4 de mayo de 1919. Los relieves restantes hacen referencia a cuatro acontecimientos que suceden entre 1919 y 1949, el periodo de tiempo que abordaremos en esta segunda parte. En ella, analizaremos cómo se forja la revolución socialista que desembocará en la creación de la República Popular China.
Un barco rojo a las afueras de Shanghai
El 3 de agosto de 1921, un barco turístico en un lago de Jiaxing será el lugar elegido para la fundación del Partido Comunista de China (PCC) (1). Fruto del hostigamiento policial, el Congreso fundacional del Partido hubo de suspenderse y trasladarse desde Shanghai hasta el “barco rojo”, en una localidad cercana. Con la fundación del PCC, se inicia un hecho de principal trascendencia para la revolución china, que es fundamental analizar. ¿Quiénes eran estos delegados, qué ideales tenían y cómo llegan a fundar el Partido Comunista chino? Comenzaremos diciendo que el PCC se funda en 1921 como resultado de dos fenómenos paralelos:
1) La revolución soviética de 1917. Aunque el pensamiento marxista y el socialismo como ideología habían penetrado en China desde finales del siglo XIX (2), siguiendo la famosa expresión de Mao, fueron “las salvas de los cañones de la Revolución de Octubre [las que] trajeron el marxismo-leninismo” (3) a China. Así, 1917 supone un punto a partir del cual la experiencia rusa, el marxismo y el comunismo comienzan a resonar en distintos foros de discusión del país. Las dos principales figuras en la divulgación y defensa del marxismo serán Chen Duxiu y Li Dazhao, a través de su influencia en la Universidad de Pekín (el primero era su Decano y el segundo su bibliotecario jefe) y del movimiento de la Nueva Juventud, que pretendía servir de altavoz para los ideales reformistas, nacionalistas y democráticos, enfrentándose al confucianismo. De ellos, cabe destacar que Li Dazhao (4), se puede considerar el padre del marxismo-leninismo en China al desarrollar planteamientos de gran trascendencia para el futuro PCC y el mismo Mao (5). Li será un importante agitador y defensor de la revolución bolchevique y del marxismo, ya desde 1918. Aplicando la teoría leninista del Imperialismo y sus tesis de la cuestión colonial y nacional, llegará a la conclusión de que el modelo para China es la revolución social-democrática de tipo rusa y alemana, debiendo recaer en el campesinado y el proletariado la iniciativa del movimiento revolucionario. En plena efervescencia social y política tras el movimiento 4 de mayo, realizará una defensa pública del marxismo como guía para la resolución de los problemas chinos, que tendrá gran trascendencia.
2) El movimiento del 4 de mayo de 1919. Como gran despertar nacional y anti-imperialista, este acontecimiento mostró a sectores estudiantiles, de trabajadores y campesinos humillados por décadas de imperialismo y por la traición del gobierno en las negociaciones de la Paz de Versalles, el poder de la organización y la lucha. En el contexto de estas movilizaciones, se recrudece el debate sobre el futuro de China y de qué manera podrían salir de su situación de subordinación. Frente a la posición de los intelectuales y políticos que veían el reformismo, la democracia y la industrialización como la única salida, en todo el país surgen como alternativa asociaciones de debate político revolucionario y de estudio del marxismo: Tientsin (donde tiene un papel central Zhou Enlai), Hupei, Pekín, Changsta (fundada por Mao) … Cabe destacar que en estas asociaciones participan no sólo marxistas, sino personas adscritas a distintas versiones del socialismo, sindicalistas, anarquistas, antimilitaristas o anticonfucianos.
Sobre la base de estos dos fenómenos, será en el año 1920 cuando se funden las primeras células comunistas locales, como evolución de las organizaciones y asociaciones anteriormente descritas, y bajo el impulso de la Internacional comunista (la Komintern) bajo la acción de sus dos enviados (6), quienes se entrevistan con Sun Yat-Sen, Li Dazhao y Chen Duxiu. Shangai es la primera en fundarse, en mayo, realizando tareas de agitación entre los obreros de la ciudad a través de su periódico -“Mundo Obrero”-, organizando sindicatos y realizando clases nocturnas de marxismo o idiomas. La célula de Pekín se funda en septiembre, realizando trabajo sindical entre los ferroviarios, organizando clases nocturnas y con tareas de agitación a través de la “Voz del Trabajo”. En Hunan Mao Zedong y Tsai Ho-Sen, convirtieron en septiembre el grupo de estudios marxistas en una célula comunista, que en diciembre tendrá ya una organización juvenil. Más tarde surgen las células de Cantón, Tokio o París, con líneas de acción similares.
El Congreso fundacional del partido, celebrado entre julio y agosto, reunión a 12 delegados de 7 células comunistas (7) y el representante de la Komintern, Maring. En este primer Congreso del PCC, cuyos documentos no se conservan, se estableció la organización, métodos y tareas del Partido. Quedando las posturas socialdemócratas en minoría, primaron las posturas comunistas tanto en lo relativo a los métodos y organización (tomando de ejemplo el partido bolchevique), como en las tareas del partido, que se centrarían en organizar y trabajar con el proletariado, como clase llamada a dirigir la revolución. Se eligió un comité central que estaría presidido por Chen Duxiu. A partir de entonces, el Partido crecerá de forma exponencial (en enero de 1924 contaba con mil miembros) y se dedicará a desarrollar sus tareas políticas en base al análisis de la realidad china.
Pinceladas de un análisis social y político de China
China, a lo largo de la década de 1920, se puede caracterizar por tres aspectos: a nivel social, se trataba de un país eminentemente campesino; asimismo, esta realidad se complementa con un capitalismo ascendente y el surgimiento de una clase obrera; por último, el país se hallaba en una guerra constante, dominado por los señores de la guerra e intervenido por el imperialismo.
Tomando la fotografía de 1927, China contaba con unos 470 millones de habitantes (8), de los cuales sólo 2 millones eran obreros industriales (9). La mayoría social, era un campesinado heterogéneo, ya que había campesinos propietarios de tierras, aparceros y campesinos pobres sin acceso a tierra. El tamaño medio de una finca fue bajando conforme avanzada el siglo: de una hectárea y media en la década de 1920, pasó a alcanzar una media de poco menos de 1 hectárea a mediados de siglo (10). El pequeño tamaño de las fincas, que no permitía el sustento de una familia, unido a la inflación, la tributación anticipada o las obligaciones militares obligaba a muchos campesinos a vender sus fincas y endeudarse, convirtiéndose en aparceros o jornaleros de los terratenientes. Las cifras hablan por sí solas: en 1918 el 50% de campesinos eran propietarios de sus tierras y el 30% aparceros; en 1927, el 25% eran propietarios y el 55% aparceros. El campo era una bomba de relojería.

Familia campesina en la década de 1920. Vemos como las mujeres llevan los pies vendados, cruel y terrible práctica que no será abolida hasta el triunfo de la revolución de 1949.
Esta realidad rural dominada por los terratenientes, los señores de la guerra y un campesinado empobrecido, se complementa con el desarrollo del capitalismo al calor de la injerencia imperialista desde finales del siglo XIX. Así, la mayor parte de la industria china se hallaba dominada por capitales extranjeros: para 1920, controlaban el 42% de la industria textil y el 51% de la producción de carbón mineral; mientras que el 100% de la producción de hierro era controlada por Japón. El resultado de este desarrollo industrial, a pesar de su debilidad y de que suponía una proporción ínfima de la economía china, fue el surgimiento de una clase obrera china concentrada en ciertos sectores y ciudades (Shangai, Tientsin, Tsingao, Wuhan y Cantón). Las nefastas condiciones de trabajo y vida, dio lugar a la aparición de un incipiente movimiento obrero, que ve la luz con las primeras huelgas en 1906 de los mineros de carbón de Anyuan, pasando por el ciclo de huelgas durante la Primera Guerra Mundial. Así, surgen los primeros sindicatos por ramas productivas o territorios (en los que tendrán cierta implantación los anarquistas hasta mediados de la década de 1920), así como sociedades secretas.
A nivel político, el intento de revolución democrática de Sun Yat-Sen se encontraba a comienzos de la década de 1920 en punto muerto. El país, que no había roto con las estructuras semifeudales en el campo, se hallaba dividido en distintos territorios controlados por camarillas militares y caudillos que no obedecían más que a sus propios intereses, los de los terratenientes y las potencias extranjeras. Así, su carácter de país semicolonial se refleja en el aumento de la influencia extranjera en China, sobre todo de EEUU, Gran Bretaña y Japón. Con el fin de asegurar sus intereses, cada uno apoyaba a distintos señores de la guerra: la camarilla de Zhili se alió con EEUU y Gran Bretaña; mientras que la de Anhui y, tras su caída, la de Fengtien, se aliarían con Japón.
La política del PCC: reflexiones en torno a la clase dirigente y la revolución nacional.
El PCC necesitaba abordar dos aspectos fundamentales a la hora de definir sus líneas de acción política: qué clase debía dirigir la revolución china; y el programa de mínimos para combatir el imperialismo y la previsible fragmentación de China bajo los señores de la guerra.
La cuestión de la clase dirigente de la revolución es un tema central en toda la década de 1920 y provocó ríos de tinta y debates en el seno del partido. En su Segundo Congreso, en julio de 1922, el PCC se definía como el partido político del proletariado chino, cuyo fin era organizar al proletariado y conseguir una dictadura política de los obreros y campesinos, abolir el sistema de propiedad privada y construir una sociedad comunista. Así, se retomaba la visión más ortodoxa marxista -y defendida por la Komintern (11)- de que el proletariado se erigía en clase dirigente de la revolución, debiendo apoyarse en sus aliados: el campesinado pobre, pequeños comerciantes y artesanos. Así, si bien había voces del partido que entendían que en un país con las características sociales como China era necesario integrar al campesinado como clase dirigente de la revolución -destacando en un primer momento Li Dazhao, quien consideraba al campesinado la fuerza esencial de la revolución-, es significativo que en 1923 Chen Duxiu cuestionaba el carácter revolucionario del campesinado y afirmaba su tendencia al conservadurismo.
Coherente con esta visión, desde su fundación, el PCC se lanzó a la organización de los distintos núcleos obreros del país, haciéndoles avanzar hacia cotas nunca antes vista de organización, combatividad y conquistas (12). Las reivindicaciones económicas -salariales, mejora de las condiciones laborales, derechos…- daban paso a las políticas de tipo anti-imperialistas y contra los señores de la guerra, organizándose huelgas masivas. Podemos destacar una primera oleada de huelgas obreras entre enero de 1922 y febrero de 1923: los marineros y transportistas de Hong Kong, los mineros de carbón de Anyuan y los trabajadores del ferrocarril Pekin-Hankow, en huelgas en las que participaron más de 300.000 trabajadores. Esta oleada fue frenada en seco por la represión: los británicos y los señores de la guerra dispararon a los huelguistas e iniciaron una serie de represalias con asesinatos selectivos de líderes sindicales, costando la vida de 40 trabajadores y cientos de represaliados. En estos meses, apenas vemos trabajo político entre el campesinado, exceptuando a Peng Pai, del que Mao dijo que era el “rey del movimiento campesino”.
Desde 1922, el PCC considera que, en las condiciones históricas de China, se debía señalar un programa de mínimos democrático revolucionario: 1) eliminar el conflicto civil, expulsando a los señores de la guerra y consiguiendo la paz interior; 2) desprenderse del yugo del imperialismo internacional y alcanzar hacia la total independencia del pueblo chino; 3) y unir China en una república democrática. Este programa se podía resumir en: “¡Abajo el Imperialismo!”, “¡Abajo los señores de la guerra!” y “¡Construyamos una república democrática!” (13). Para materializarlo, el PCC decide colaborar con el Kuomintang (KMT, en adelante), partido liderado por Sun Yat-Sen y que representaba a sectores de la burguesía nacional china. Desde el PCC se consideraba que Sun y su partido debían liderar la independencia nacional y la revolución democrática-burguesa, aplicando la concepción leninista de la alianza del proletariado con la burguesía democrática en los países coloniales y atrasados (14). Asumiendo la debilidad del movimiento obrero y comunista en el país, el PCC perseguía tener mayor impacto en las masas populares chinas a través del ingreso de la militancia comunista en el KMT a título individual. En el verano de 1923, en un contexto en que el KMT derrotó a los señores de la guerra de Guangdong, y estableció allí su gobierno, el PCC terminó por decantarse en la conformación del Frente Unido, aprovechando el mayor acercamiento del KMT con la URSS en búsqueda de alianzas internacionales. En enero de 1924, la presencia de comunistas en el Primer Congreso Nacional del KMT abre el periodo del Frente Unido.
Ascenso de la lucha revolucionaria. El primer Frente Unido
El Primer Frente Unido entre el KMT y el PCC inaugura un periodo de ascenso de la lucha revolucionaria en China que llegará hasta 1927. A nivel político, suceden dos hitos fundamentales: a) el tratado de amistad sino-soviética el 31 de mayo de 1924. Y b) la creación del Ejército Nacional Revolucionario (ENR), que permitirá al KMT mantener el gobierno de Guangdong y que terminará desarrollando la Expedición del Norte de 1926, lo que le permitirá controlar casi todo el país.
En paralelo, la mayor influencia de los comunistas les permite desarrollar de nuevo el movimiento obrero y el campesino. Al calor del fortalecimiento de los sindicatos, se suceden las huelgas obreras en Pekín, Cantón y Shangai, donde, en mayo de 1925, las ametralladoras japonesas dispararon contra los huelguistas chinos. La respuesta a esta masacre será el movimiento del 30 de mayo, organizándose huelgas en todo el país. Un grabado en el Monumento a los Héroes del Pueblo recuerda este suceso. Tras días de represión, detenciones y la toma del poder de los caudillos locales, consiguieron frenar las huelgas, pero se extendió por toda China el sentimiento anti-imperialista, que se manifestará en Cantón y Hong Kong donde el movimiento huelguístico, a pesar de la represión de las tropas francesas y británicas, mantendrá bloqueados los puertos durante más de un año.
En cuanto al movimiento campesino, como adelantamos, el “rey de la lucha campesina” será Peng Pai, quien fundó una asociación de campesinos en 1921 en la provincia de Guangdong, que en 1924 contaba con 100.000 miembros. En la provincia de Hunan también se establecieron organizaciones campesinas desde 1923. Tras el movimiento del 30 de mayo, se produce un ascenso de las organizaciones campesinas en todo el país, especialmente en el sur. Estas organizaciones iban conquistando derechos y aboliendo distintos malos usos en materia fiscal o de reclutamiento de tropas para los señores de la guerra. En la expedición del Norte del KMT, y conforme se iban liberando zonas, se va extendiendo el movimiento campesino. A principios de junio de 1926 existían en China cerca de un millón de campesinos organizados, algunos de ellos armados. A fines de 1926, la asociación de campesinos de Hunan, dirigidos por Mao, empezó a confiscar la tierra, constituyéndose en el órgano de autoridad en el campo: “Todo el poder para la Asociación Campesina”. Mao analiza esta realidad y la revolución campesina en un ensayo de gran trascendencia: “Informe sobre una investigación del movimiento campesino en Hunan”. En él, hace una defensa del campesinado y, especialmente, el campesinado pobre, como vanguardia de la revolución en el campo. Supone la plasmación de las reflexiones que se hacían en el seno de la Komintern desde 1922: “El movimiento revolucionario de los países atrasados de Oriente, sólo puede llevarse a cabo si se basa en la acción de las grandes masas campesinas”. China estaría a punto de demostrarlo.
La ruptura del primer Frente Unido y el cierre del ciclo revolucionario
Con el avance de las luchas revolucionarias obreras y campesinas, y la derrota de los señores de la guerra, desde sectores del KMT y con el apoyo de señores de la guerra y las potencias imperialistas, se gestará una contrarrevolución que terminará desatando un terror blanco contra los comunistas y las organizaciones obreras y campesinas. A la muerte de Sun Yat-Sen, se produce un ascenso de sectores contrarios a la influencia comunista en el KMT, como es Chiang Kai-Shek. El avance de la influencia comunista y de la izquierda del KMT hará que Chiang organice el Golpe de Cantón el 20 de marzo de 1926: detuvo a comunistas, expulsó a asesores soviéticos y limitó su presencia e influencia en órganos ejecutivos del partido y el ejército. A su vez, el avance militar de Chiang Kai-Shek en su Expedición del Norte le permitió erigirse como dictador de facto del área controlada por el KMT y el partido se rompe en dos: de un lado el ala derecha dirigida por Shek, que establecerá su capital en Nankin; y del otro el ala izquierda del KMT y los comunistas que establecerán su capital en Wuhan.
No obstante, la contrarrevolución estaba en marcha y desde el otoño de 1926 y fundamentalmente, la primavera de 1927, se inicia la represión a los comunistas y al movimiento obrero y campesino. La oleada de terror blanco se inicia en marzo (Kiangsi, Pekín, Changsta…), deteniendo y asesinando a comunistas y simpatizantes (como Li Dazhao, ejecutado el 28 de abril). Tendrá su punto álgido el 12 de abril con la masacre de Shangai. Esta masacre será la respuesta del KMT, la burguesía y caudillos locales al ascenso del movimiento huelguístico y de estudiantes, donde los líderes sindicales derrotaron al caudillo Xhili y tomaron el control de la ciudad. Más de 400 personas murieron en las jornadas de represión y terror que se sucedieron en Shangai. Además, la represión se extendió por otras provincias: miles de comunistas y simpatizantes fueron arrestados, ejecutados y desaparecidos.
Por su parte, en Wuhan, la alianza del PCC con el ala izquierda del KMT se disolvió tras el incidente del 15 de julio (15), extendiéndose la represión y el terror blanco contra los comunistas y sus aliados. Esto supondrá el final del Frente Unido y la desaparición, en la práctica, del ala izquierda del KMT, reconciliándose el gobierno de Wuhan y Nankin.

Masacres del 12 de abril en Shanghai
La República de China tras 1927….ni tan república, ni tan china
Tras julio de 1927, la situación en la República no podía ser más preocupante. A nivel político, China se dirigía hacia un régimen personalista dirigido por Chiang Kai-Shek, quien, una vez unificado todo el país en 1928 y apoyado por EEUU, saldrá victorioso de una serie de hasta 6 guerras civiles contra otros señores de la guerra de su partido. Con el ala izquierda derrotada, convierte al KMT en un partido oligárquico, representante de los intereses de los terratenientes y de la alta burguesía. Así, el país se convierte en un cortijo de las denominadas Cuatro Grandes Familias (Chiang, Soong, Kung y Chen) quienes controlan la economía, las finanzas y el gobierno del país. En paralelo, China se abre aún más a las potencias imperialistas, que monopolizan la minería, la industria siderúrgica, el ferrocarril y las finanzas. Además, este régimen oligárquico y pro-imperialista evolucionó rápidamente hacia posiciones filo-fascistas, lo cual se puede ver desde 1927 con la represión al movimiento obrero, campesino y a los comunistas. Tras la utilización de sociedades secretas y pandillas (16) para ejecutar la masacre de Shanghai, Chiang Kai-Shek potenciará la creación de grupos paramilitares como la Sociedad de las Camisas Azules, de signo fascista.
A nivel social, el país enfrentó una situación terrible. Con los sindicatos y las asociaciones campesinas diezmadas y desmanteladas, la clase obrera y campesina vio redoblada su explotación a niveles nunca vistos, revirtiéndose gran parte de las conquistas logradas. El movimiento revolucionario había sido derrotado y la represión y el terror blanco del KMT se ensañaba con todo atisbo de radicalidad. En 1928, un 80% de los obreros que participaron de las organizaciones y movilizaciones revolucionarias de 1927 fueron asesinados o despedidos. Por su parte, haciendo honor a su idea de “preferir matar a 1.000 personas inocentes antes que permitir que un solo comunista escapara con vida”, se calcula que el régimen de Chiang Kai-Shek asesinó a 300.000 trabajadores y campesinos entre 1927 y agosto de 1928, si bien la cifra podría ser mucho mayor.
La chispa que encendió la pradera (17)
A pesar de esta dura situación, la respuesta armada del PCC no se hizo esperar. Será el inicio de lo que se conoce en la historiografía como la Guerra Civil china; y lo que podemos considerar un nuevo ciclo revolucionario. En el PCC, el análisis y la valoración crítica de los sucesos de Shaghai, les hará no sólo destituir del cargo a Chen Duxiu, sino asumir la línea que afirmaba que la revolución agraria era la llave de la revolución democrática y que debían crear un ejército propio.
Todo comenzó el 1 de agosto, cuando se produjo el levantamiento de Nanchang. Más de 30.000 tropas del ENR bajo Zhou Enlai toman la ciudad y conforman un Comité Revolucionario. El alzamiento, si bien será finalmente derrotado, marca una nueva época: la del liderazgo del PCC en los levantamientos armados frente a la contrarrevolución.
Tras Nanchang, se sucederán otros levantamientos hasta abril de 1928, siendo todos derrotados. Sólo uno de ellos podrá, tras la derrota, conformar una base revolucionaria de gran trascendencia histórica. Nos referimos al Levantamiento de la Cosecha de Otoño en la provincia de Hunan. Liderados por Mao, el ejército se convertirá en Ejército Revolucionario de Obreros y Campesinos, o, como se le conocerá, Ejército Rojo. El fracaso del levantamiento les obligará a refugiarse en las montañas Chingkang en la frontera entre las provincias de Hunan y Jiangxi. A él se sumarán los restos de los ejércitos derrotados en el levantamiento de Nanchang. En octubre, se funda la primera base revolucionaria china. Era la chispa que provocaría un gran incendio. Logra resistir al acoso militar del KMT y consolidarse sobre la base de dos aspectos esenciales y característicos, tanto del pensamiento y la práctica de Mao, como de la propia revolución china: el ejército y la revolución campesina.
Para el mantenimiento de la base revolucionaria fue indispensable la victoria armada. Esta victoria se basaba en dos elementos: un ejército popular y una táctica de guerra. El Ejército Rojo, forjado en las derrotas de los levantamientos previos, se caracterizaba por su alto nivel de formación política, bajo el liderazgo del PCC. El Ejército Rojo tenía 3 tareas fundamentales: la lucha, el trabajo de masas y la recogida de fondos para la propia revolución. Por su parte, la táctica decisiva de lucha es la guerra de guerrillas, caracterizada por Mao: “Cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando el enemigo se detiene, hostigamos; cuando el enemigo se cansa, atacamos; cuando el enemigo retrocede, lo perseguimos”. Una guerra en la que la superioridad numérica o de equipamiento del enemigo se combaten con una serie de principios: el contraataque tras dejar que el enemigo penetre en tu territorio, la concentración de fuerzas, la guerra móvil o la aniquilación del contrario.
En estas bases revolucionarias se establece un gobierno democrático de obreros y campesinos, que llevaron a cabo la reforma agraria. En este periodo de revolución democrática, la estrategia del partido se basaba en aunar los intereses de jornaleros, campesinado pobres y medianos propietarios, frente a los terratenientes. De hecho, frente a una primera política de confiscación de toda la tierra para su reparto, en 1929 se decide repartir sólo la tierra pública y la de los terratenientes, con el fin de ganarse a los medianos propietarios en un contexto de dura lucha armada. Esta reforma supuso la consolidación del poder campesino en las bases revolucionarias.
Las bases revolucionarias y el Ejército Rojo fueron extendiéndose por diversas regiones chinas, llegando a crear 6 bases entre 1927 y 1931. La fuerza y superioridad militar y táctica del Ejército Rojo se demostró en la derrota de las tres primeras campañas de represión y cerco de Chiang Kai-Shek. Por su parte, en noviembre de 1931 se crea el Gobierno Central Democrático de Trabajadores y Campesinos: la conocida como República soviética de China, que desarrollará sus instituciones de gobierno y sus políticas: ley del trabajo, ley agraria y decretos de política económica. Cabe destacar que en estas bases revolucionarias y soviets tuvieron un importante papel las mujeres. En el Ejército Rojo existieron regimientos mixtos y de mujeres, en las cuales militantes del PCC tuvieron un papel destacado en su organización y mando: nos referimos a Zhang Qinqiu, única mujer comandante del Ejército Rojo durante la Larga Marcha; Cai Chang, quien realizó la Larga Marcha tras ser dirigente político del soviet de Juichin; o Kang Keqing, quien se unió al Ejército Rojo con 15 años, pudiendo estudiar y emanciparse en el soviet. Presidenta de la Federación de mujeres de China, es una figura de gran trascendencia en China.

Billete emitido por la República soviética china tras 1931, con el rostro de Lenin.
No obstante, estos soviets se encontraban asediados y atacados constantemente por la campaña de cercos de Chiang Kai-Shek, desapareciendo varios de ellos. El Quinto cerco se preparó con la ayuda imperialista y fue diseñado como una guerra total -militar, política, económica e ideológica- contra la base revolucionaria central en una campaña de verdadera aniquilación. Como respuesta, en octubre de 1934, se inicia la conocida como Larga Marcha. En diferentes rutas y columnas, 100.000 soldados del 1er Ejército Rojo logran rompen las líneas enemigas y avanzar hacia el oeste y el norte. En octubre de 1935, tras haber recorrido 12.500 km. en 370 días, y habiendo perdido el 90% de sus tropas, logran reunirse con el ejército del Norte. La Larga Marcha no sólo es un hecho inaudito en la historia de la humanidad, sino que supuso para la revolución china un antes y un después. Si bien debieron abandonar sus bases revolucionarias, salieron victoriosos al evitar la aniquilación total, además de con una gran influencia en el país. Como afirmaría Mao, fue a la vez un manifiesto, una fuerza de propaganda y una máquina sembradora.
El alto precio de la invasión japonesa
Mientras la experiencia soviética china se desarrollaba, China enfrentaba un nuevo peligro. El nacionalismo, militarismo y expansionismo imperialista japonés alimentado durante todo el primer cuarto del siglo XX, vive su auge tras 1927, con el impacto de las crisis económicas, derivando rápidamente en un régimen fascista. China, que venía siendo acosada y colonizada por Japón desde décadas atrás, será la primera víctima de este Japón protofascista. El 18 de septiembre de 1931 Japón inicia la invasión del norte de China. La inactividad e incluso complacencia de un Chiang Kai-Shek centrado en la lucha contra los comunistas, hace que en menos de 3 meses los japoneses ocupen toda Manchuria. En 1932 crean un estado títere, Manchukuo, del que será emperador desde 1934 Puyi (18). En 1933, los japoneses llegan a las puertas de Pekín.
Ante esta invasión y la pasividad del gobierno del KMT, surge un sentimiento y movimiento patriótico anti-japonés y anti-Chiang Kai-Shek que será fuertemente potenciado por el PCC y el gobierno de los soviets, que declaran la guerra a Japón en abril de 1932. Surgen los Voluntarios anti-japoneses, que logran crear un ejército anti-japonés con sectores del Ejército del KMT y consiguen expulsar a los japoneses de ciertas regiones del norte. En paralelo, asociaciones de comerciantes y empresarios chinos lanzan una campaña de boicot de los productos japoneses.
En este contexto, hay fuerte debate en el interior del PCC y con grupos trotskistas (19), en relación a qué camino debía tomar la revolución, si aliarse en una frente democrático y antijaponés a nivel nacional, o priorizar la revolución social. Ante una nueva ofensiva japonesa en el Norte, en otoño de 1935 el PCC llama públicamente a la resistencia contra Japón y la lucha por la salvación nacional, toda vez que ha conservado su Ejército Rojo en el Norte tras la Larga Marcha. En Pekín, los estudiantes se lanzan a la huelga contra Japón y la traición del gobierno. A pesar de la represión, a lo largo de 1936 se extienden por toda china las sociedades de salvación nacional frente al invasor.
Desde el PCC se propondrá la creación del Frente Unido nacional Antijaponés. A diferencia del primer frente unido, ahora el partido tenía miles de cuadros, una gran influencia y un Ejército Rojo forjado en años de lucha. Para convencer a Chiang Kai-Shek deciden modificar su programa de “república popular” por una “república democrática”, además de desmovilizar al Ejército Rojo, acabar con el reparto de tierra y acabar con la estrategia insurreccional. Un alto precio para salvar al país de la invasión y la colonización japonesa.
La Guerra de Resistencia y el segundo Frente Unido
El 7 de julio de 1937 el ejército fascista de Japón ataca el puente Marco Polo, 10 kilómetros al sur de Pekín. La guarnición china lograr resistir y lo que comenzó en 1931 como una resistencia anti-japonesa, ahora dará paso a una Guerra de Resistencia a gran escala.
El avance japonés tenía como objetivo tomar la capital, Nankin, para lo cual aplican el concepto de guerra relámpago. Más de medio millón de tropas japonesas desembarcan en las primeras semanas y en agosto caen Pekín y Tianjing. El 13 de agosto, amenazan Shanghai. Ante este rápido avance, que ponía en riesgo al gobierno del KMT, Chiang Kai-Shek firma al acuerdo de colaboración con el PCC, por el cual se conforma el Segundo Frente Unido. El PCC se legaliza y el Ejército Rojo se integra en el ENR. La URSS ayuda a China, mientras que Japón recibe ayuda de EEUU.
A pesar de la creación del Frente Unido, antes de final de 1937, la ola japonesa toma decenas de ciudades, entre ellas Shanghai y Cantón. Y, finalmente, en diciembre los japoneses entran en Nankín. La atrocidad del fascismo japonés en China tiene en la capital uno de sus episodios más brutales. Una vez tomada la ciudad por Yasuhiko Asaka, durante dos meses los 350.000 militares japoneses reciben vía libre para asesinar, violar y arrasar con la ciudad, en la conocida como masacre o violación de Nankín, que ha dejado una imborrable imagen en la memoria colectiva china. Para comprender el extremo de la brutalidad fascista japonesa, cabe destacar que Johan Rabe, miembro del partido nazi alemán en la ciudad, llegó a mandar una carta a Hitler pidiéndole que intercediera ante Japón para que cesaran las masacres en China.
Las víctimas civiles de Nankín, que se cuentan por cientos de miles, fueron sólo una parte de los millones de chinos que murieron en la guerra, que ascendieron a más de 20 millones. La brutalidad japonesa, se expresó no sólo en masacres de este calibre, sino en la acción del Escuadrón 731, que, bajo el mando de Shiro Ishii, el Josef Menguele japonés, experimentaba con prisioneros chinos armas biológicas y químicas, matando a más de 700.000 personas. A ello se sumó el destrozo de ciudades e infraestructuras que asolaron China.
La resistencia del Frente Unido ante la invasión y brutalidad japonesa marcó otro episodio heroico del pueblo chino que ocupa un lugar central en el Monumento a los Héroes. Y eso que debió enfrentar importantes reveses y contradicciones. El Ejército chino quedó dividido en la práctica en dos luchando contra un enemigo común: por un lado, aquel controlado por el KMT, que utilizaba tácticas de guerra regular y que sufrió importantes derrotas y retrocesos. Por otro lado, los dos ejércitos (el 8º ejército de ruta y el nuevo 4º ejército) controlados por el PCC, quienes aplican la teoría de la guerra de guerrillas, hostigando a Japón en su retaguardia y flancos. Tras una primera fase defensiva en la que Japón conquista grandes extensiones de terreno, entre 1938 y 1940 la guerra pasa a una fase de estancamiento en la que enfrenta la proliferación de guerrillas chinas.

Milicia comunista de mujeres portando lanzas rojas en Yan’an, 1938
A finales de 1939, emergen las contradicciones en el Frente Unido cuando Chiang Kai-Shek, presionado por Japón para capitular y ante el aumento de la influencia del PCC, inicia la primera campaña anti-comunista, mediante el ataque al ejército controlado por el PCC. No obstante, ésta no cumple su objetivo y el PCC llega a 1940 muy fortalecido: con un total de 800.000 miembros, sus ejércitos están bien nutridos, como puede verse en la Ofensiva de los 100 regimientos, que infringe una gran derrota a japoneses a finales de año. Tras ello, Japón se venga agudizando su política fascista de los 3 todos: matar todo, saquear todo y destruir todo. Las campañas anti-comunistas por parte del KMT en 1941 provocan la oposición de sectores del partido, que se escindieron y darán lugar a la Liga Democrática China.
Entre 1941 y 1942, la guerra de resistencia enfrenta sus momentos más duros, al recrudecerse los ataques japoneses. A nivel militar, fue fundamental la combinación del ejército regular, de la guerra de guerrillas y las milicias populares, que en las áreas liberadas contaban con una fuerza de 2,5 millones. Sólo de este modo se logran afianzar las zonas liberadas y consolidar un gobierno democrático anti-japonés, como coalición de comunistas y demócratas, llegando a producirse elecciones y con gobiernos y asambleas locales. Asimismo, en las áreas liberadas se llevan a cabo proyectos cooperativos y campañas de producción para implicar al país en su mantenimiento.
Desde 1943, en un contexto internacional favorable por la victoria de Stalingrado frente a los Nazis y la iniciativa de EEUU en la guerra en el Pacífico, se llevan a cabo contraofensivas parciales que fueron consiguiendo derrotar a los japoneses. La ayuda militar y financiera de la URSS y de EEUU, a ambos partidos del Frente Unido, fue determinante en ello. La rendición de Alemania -en mayo de 1945-, el avance aliado -que tiene como punto culminante la conquista de Manchuria por la URSS- y la feroz resistencia china, haría desmoronarse a Japón, que anuncia su rendición incondicional el 14 de agosto.
La partera de la historia: la guerra popular revolucionaria
China llega a agosto de 1945 como un país destrozado, exhausto por 14 años de guerra contra Japón, y otros tantos de guerras civiles, que habían sembrado con millones de muertos sus campos, ríos y ciudades. En distintas provincias, controladas por los comunistas o por la coalición anti-japonesa, se había avanzado en la reforma agraria y en estructuras de gobierno democráticas, y el PCC se erige como un partido de gran influencia y poder, sobre todo en el norte. El KMT, por su parte, controlaba la mayoría de zonas del país y disponían de un mayor ejército y apoyo estadounidense. En esta situación de división del país, el PCC y la Liga Democrática de China rechazan la dictadura del KMT y le exigen negociar para realizar un gobierno de coalición e iniciar reformas políticas. Tras varios intentos infructuosos, finalmente Chiang Kai-Shek y Mao, con la mediación de Zhang Lan -de la Liga Democrática-, se reúnen el 28 de agosto en Chongking.
Las conversaciones desembocan en los Acuerdos de los 10 puntos, por los que se acuerda iniciar una política del diálogo, rechazando la guerra civil y asumiendo los tres principios del pueblo de Sun Yat-Sen. El objetivo último era la convocatoria de una Conferencia Consultiva Política en la que discutir los términos de creación de una Asamblea Nacional que permita al país entrar en una fase de desarrollo democrático. No obstante, antes de que se convocara la primera reunión de la Conferencia, Chiang Kai-Shek incumple el acuerdo e inicia una persecución y acoso militar al Ejército Rojo, que se había renombrado como Ejército Popular de Liberación. Además, los acuerdos de la Conferencia que tiene lugar en enero de 1946 son incumplidos por el KMT al no integrar al PCC en el Senado, ni iniciar la reforma de la Constitución o convocar elecciones. La puerta a la república democrática volvía a cerrarse. Y sólo quedaba ya un camino: la guerra popular revolucionaria contra el KMT y sus aliados.
Chiang Kai-Shek lanzó una serie de campañas contra las áreas liberadas controladas por el PCC, confiando en su enorme superioridad militar, tanto en número de soldados, artillería y aviación, como en su alianza con EEUU. No obstante, una vez más la estrategia militar del PCC basada en la movilidad de las tropas (incluso abandonando las ciudades bajo su control) y en la aniquilación una a una de las unidades del ejército rival, fue fructífera al resistir a los ataques del KMT durante los años 1946 y 1947. En paralelo, las derrotas militares, la bancarrota económica y el descontento social en las áreas controladas por el KMT hicieron estallar motines, huelgas y manifestaciones obreras, estudiantiles y campesinas contra el gobierno y la injerencia de EEUU (20).
En esta nueva situación, la guerra cambia de signo y el Ejército Popular de Liberación comienza su ofensiva hacia la costa y los grandes valles de los ríos Amarillo y Yangtsé. La estrategia es siempre la misma: en cada zona liberada, se aplica la reforma agraria y se avanza en la reconstrucción del país y la producción agrícola (fundamental para la alimentación de los territorios y del ejército). De esta manera, la guerra de liberación se configura como guerra revolucionaria que va construyendo una nueva realidad política dominada por el Ejército Popular de Liberación y el PCC.

Tropas victoriosas del EPL en 1949
La victoria definitiva tendrá lugar a lo largo de 1949, tras las “tres grandes batallas”, entre septiembre de 1948 y enero de 1949: a la renuncia al poder de Shiang Kai-Shek, en enero de 1949, se sucede la toma de la capital, Nankin, en abril. Tras la conquista de la mayoría de ciudades en manos del KMT, en septiembre se lleva a cabo la primera sesión de la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino, en Pekín, con representantes del PCC, de partidos democráticos y diversas organizaciones. El 1 de octubre de 1949, Mao, como presidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva, proclama la fundación de la República Popular China.
Notas:
- Para conocer más de esta peculiar reunión fundacional. Pinche AQUÍ para enlace web.
- Se puede consultar este artículo donde se analiza el origen del marxismo chino. Pinche AQUÍ para enlace web.
- “Sobre la dictadura democrática popular”. Pinche AQUÍ para enlace web. (pag. 428).
- Para conocer más de Li Dazhao, se pueden consultar dos obras: M. Meisner (1967): Li Ta-Chao and the origins of chinese marxism. Harvard University Press. (Pinche AQUÍ para enlace web) y H. Sung-Kang (1965). Li Ta-Chao and the impact of marxism on modern Chinese thinking. Mouton & Co., Paris. (Pinche AQUÍ para enlace web).
- El mismo Mao hace referencia a esta influencia en sus narraciones a Edgar Snow en 1936, mientras trabajaba como su ayudante en la Biblioteca de la Universidad de Pekín entre los años 1918-1919. Se puede encontrar un pdf de su libro Red Star over China. Pinche AQUÍ para enlace web.
- Gregori Voitinski y Yang Ming-Chai.
- Nos referimos a las células de Hunan, Hupei, Shantung, Shangai, Pekín, Cantón y Tokio, que sumaban un total de 52 miembros, siendo dos de ellas mujeres: Cai Chang y Xiang Jingyu.
- Demografía en China. Pinche AQUÍ para enlace web.
- Según afirma Mao en su “Análisis de clases de la sociedad china”. Pinche AQUÍ para enlace web.
- Estos datos son estimaciones de las cuales las fuentes arrojan a veces diferencias. Para estas aproximaciones me baso en J. Ch’ên (1967: 125-127); y Fairbank, J. K. (1996). China, Una nueva historia. Ed. Andrés Bello. Pág. 195.
- En agosto de 1920, se afirmaba que “Sólo el proletariado urbano industrial, dirigido por el Partido Comunista, puede liberar a las masas trabajadoras del campo, del yugo del capital y de los terratenientes”.
- Entre ellas, cabe destacar la organización de las mujeres obreras por dirigentes como Xiang Jingyu, quien desarrolla la cuestión de la igualdad de la mujer y el hombre en el tercer Congreso del PCC, y la lucha contra la costumbre de vendar los pies a las mujeres.
- Una narración muy precisa de los debates y acontecimientos en torno a la fundación y primeros años del PCCh la encontramos en Ho Kan-Chih (1977): A history of the modern chinese revolution (1919-1956). Calcutta. Pinche AQUÍ para enlace web y en J. Ch’ên (1967): Mao y la revolución china. Oikos-Tau, Barcelona.
- Tal y como sería expuesta por el mismo Lenin en el Segunda Congreso de la Komintrn, en 1920.
- El octavo pleno ampliado de la Komintern emite una serie de órdenes el 1 de junio, la Directiva de Mayo, en la que se pedía que “los obreros y campesinos deben armarse inmediatamente, deben formarse destacamentos obreros y campesinos en el ejército, debe consumarse la revolución agraria”. El 13 de julio el líder del ala izquierda del KMT se entera de dicha Directiva y el 15 informa al KMT de esta estrategia comunista, que condena y por la que termina rompiendo con el PCC, expulsándoles de Wuhan.
- La más importante, la Banda Verde, de la que se decía que Shiang Kai-Shek era miembro; liderada por Du Yuesheng, tendrá un papel clave en la represión de las milicias obreras en Shanghai en abril de 1927.
- Idea contenida en el título de un conocido artículo de Mao, escrito en 1930. “Una sola chispa puede incendiar la pradera”. Pinche AQUÍ para enlace web.
- Se trata del emperador chino depuesto en 1912.
- Una revisión del trotskismo chino puede encontrarse en Liu Pingmei (2005). “Historia del partido trotskista en China”. Xinmiao Publishing House. Pinche AQUÍ para enlace web.
- La campaña “G.I.s fuera de China”, es decir, “soldados de EEUU, fuera de China”, movilizó a medio millón de estudiantes de todo el país en septiembre de 1946.
Autor
Nacido en Cádiz, en 1989, es Licenciado en Historia y doctor en Historia y Arqueología. Miembro de la Asociación Lumbre de Historia Social. Ha participado y militado en diversos espacios socio-políticos andaluces, especialmente de corte sindical y antifascista.
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