“Paz y piedad para la patria”
70 años del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán
Todos los años desde aquel oscuro 9 de abril de 1948 el pueblo colombiano recuerda la fatídica pérdida humana y política que conllevó el magnicidio del jurista, político, escritor y candidato a la presidencia por el partido liberal Jorge Eliécer Gaitán. Su vida terminó a manos de Juan Roa Sierra, contratado por la CIA, Agencia de Inteligencia de los Estados Unidos.
Han pasado 70 años de su partida física pero sus palabras siguen intactas en la mente de millones de colombianos que como él le pedían al gobierno de turno (Mariano Ospina Pérez. 1946-1950) “hechos de paz y civilización” para evitar que la sangre siga derramándose y, para que las leyes se cumplan. Esas palabras que aún resuenan, siguen siendo la expresión de la conciencia general. La misma petición la siguen haciendo en la actualidad la mayoría de compatriotas para que el agonizante gobierno de Juan Manuel Santos o el nuevo jefe de Estado -que será electo en 27 de mayo de 2018- generen políticas públicas “donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.
Eso implica tener humildad, ser autocríticos y reconocer que debido a las desacertadas políticas públicas implementadas por los gobiernos colombianos en distintos contextos han conducido a la población a organizarse en diferentes movimientos guerrilleros como la única forma de exigir la reivindicación sus derechos. Sería muy torpe que el nuevo inquilino de la Casa de Nariño repita la misma fórmula a sabiendas que sigue siendo una guerra donde la gran mayoría de colombianos pierden, y por ende afecta a las naciones vecinas (desplazamiento interno, refugiados, incremento de asesinatos, recepción económica entre otros).
Como lo dijo en su momento Gaitán, señores gobernantes, “paz y piedad para la patria” no es mucho pedirles, impedid la violencia, “queremos la defensa de la vida”, esa misma proclama está hoy viva; hay un pueblo que clama y anhela la paz, hay un pueblo que pide cumplir lo pactado en el Acuerdo de Paz, y que espera un avance continuo en los Diálogos de Paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Es tiempo de buscar alternativas de desarrollo para escribir la principal historia que deben crear los pueblos del mundo, la equidad social como base fundamental para la PAZ.
Es aplaudible el esfuerzo (por la presión permanente de intereses económicos internos y externos) realizado por el presidente Santos en firmar, el 26 de septiembre de 2016, el Acuerdo Final para la Terminación del conflicto con la ex guerrilla de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) pero, no fue suficiente, porque “para la práctica de la virtud se necesita un mínimo de bienestar”. Bienestar del que carece la mayor parte de la población: en tiempos de paz continúan la estigmatización, la criminalización, la persecución y la muerte que siguen bañando las calles de esta nación.
“Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Colombia”
Como también decía Jorge Eliécer Gaitán “Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Colombia”. Bajo esa convicción, son más de 437 líderes sociales: 205 del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, 182 de la Organización Nacional Indígena de Colombia y 50 Defensores de Derechos Humanos (miembros de las FARC y Fiscalía General de la Nación) que han defendido con sus vidas la reivindicación de sus derechos sociales.
“Colocar la economía como base fundamental de la sociedad de la cual depende la democracia, la justicia, la igualdad y la libertad”
Todo esto demuestra que hablar de paz no es solo silenciar una parte de los fusiles que hacen vida en el territorio colombiano, hablar de paz, como lo decía Gaitán en su proyecto político, “es colocar la economía como base fundamental de la sociedad de la cual depende la democracia, la justicia, la igualdad y la libertad”. Una economía que no puede depender solamente de la extracción de los recursos mineros sino en la producción de recursos agrarios, utilización y expropiación (compra del Estado a los latifundistas) de latifundios que generen en la población espacios laborales y de autodesarrollo productivo.
“No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su estructura política” J. C. Mariategui.
Gaitán propuso una reforma educativa basada en la gratuidad de la educación a todo nivel de escolaridad para los colombianos, y el fomento de carreras técnicas donde se alterne el trabajo con el estudio. Él sabía la importancia de descolonizar el pensamiento y recodificar una perspectiva en formar rebeldes competentes que construyan alternativas con equidad social; esto conduce al respeto ilimitado de y por los demás.
El Bogotazo
El sonido de tres disparos silenció la voz de Gaitán a la una de la tarde en la carrera 7 de la capital de esta nación; apenas respirando lograron llevarlo a la clínica Central donde falleció media hora después. La hora del bogotazo había llegado con su muerte, este hecho dividió al país. Se desató la violencia, el descontrol y un rechazo inminente de la situación por sus seguidores, quienes no aceptaban la pérdida física de su líder.
La multitud buscaba enfurecida a Juan Roa Sierra quien estaba reguardado por la policía en una esquina donde la droguería Granada; una escuadrilla de limpia botas a golpes de cajón se lo arrebataron a los guardias y lo remataron a patadas, lo arrastraron por la carrera 7 hacia la Plaza de Bolívar, el cadáver desfigurado a golpes iba dejando girones de ropa y partes de su ya inerte cuerpo en el empedrado de la calle.
Consecuencias
El magnicidio de Gaitán fortaleció en 1959 los núcleos revolucionarios provenientes de las organización popular de 1948 (campesinado) que dieron como fruto en 1964 la fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que duró en armas 53 años.
Con esta pugna, surge el Ejército de Liberación Nacional el 4 de julio de 1964 cuando un grupo de estudiantes que habían viajado a Cuba becados por el entonces presidente Fidel Castro, formaron la Brigada pro-liberación José Antonio Galán, basándose en la corriente de Fidel y la teología de liberación del padre Camilo Torres. Hasta la actualidad, la guerrilla más grande del país.
Autor
Colombiana, periodista venezolana, colaboradora en diferentes medios internacionales de forma crítica y equilibrada, para darle libertad a la verdad.
El conflicto interno que vive su país natal, hizo que se dedicara a escribir sobre los procesos de paz.
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