
Desfile de la Victoria, año 2015. Imagen: Telesur.
Día de la Victoria: El pueblo ruso como ejemplo de dignidad antifascista. Antifascismo y memoria histórica como poesía necesaria para los pueblos.
Por suerte no somos izquierdistas ni-nis postmodernos, somos comunistas y por tanto siempre llevaremos en la memoria al Ejército Rojo de Obreros y Campesinos que vencieron al ejército de aristócratas prusianos y de la “raza superior”.
Estamos a pocos días del 9 de mayo que es el día en que en la Federación Rusa se conmemorara el 73 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Aunque espero para esas fechas poder escribir un artículo analizando el importante papel de la URSS en la derrota de Hitler, voy a utilizar este espacio que me cede La Comuna para comentar qué significa este día para el pueblo ruso y todos los pueblos que una vez formaron esa hermosa experiencia que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Durante la década de los 90 del siglo pasado Rusia pasó para mí uno de los períodos más negros de su historia reciente, desmantelada la Unión Soviética y gobernada por un borracho y siervo de los EEUU, prácticamente estuvo desaparecida de la escena internacional. Con el nuevo gobierno ruso de Vladimir Putin, de derechas pero con una fuerte connotación nacionalista, Rusia ha ido recuperando su propia autoestima y para ello se comenzó a partir de 2005 a promover la memoria histórica y el prestigio por el gobierno soviético durante la Gran Guerra Patriota (1941-1945) en la que más de 20 millones de ciudadanos soviéticos dieron su vida para librar al mundo del fascismo.
Yo que soy un poco friki de la historia y de estas cosas lo reconozco sin ninguna vergüenza, me encanta ver por RT en directo el desfile e incluso desde el año 2005 y en no pocas ocasiones me pongo los distintos vídeos que hay en Youtube, no solo del desfile sino de todos los conciertos que rodean ese día y sí, se me pone los pelos de punta al oír las hermosas canciones soviéticas como Kathyuska, la Guerra Sagrada y otras de cuyo nombre no me acuerdo ahora mismo. Y entre otras muchas razones lo hago porque lo que rodea este día y sus distintos actos es puro antifascismo y cuando vives en un Estado que es heredero directo de la única victoria militar del fascismo en Europa, la España de Franco, el ver a cantantes con uniformes del Ejército soviético y letras tan emotivas como “De pie enorme país, de pie hacia la muerte contra la oscura fuerza fascista, contra las hordas del mal” o “Que nuestra ira los azote como una ola. Es la Guerra del Pueblo, es una Guerra Sagrada” es algo hermoso y me hace sentir una sana envidia por un pueblo, como el ruso, que ha dado tanto por la libertad de Europa, del Mundo, de todos nosotros y nosotras y que hoy en pleno Siglo XXI sea la esperanza de pueblos como el sirio y ha emergido a dar un halo de luz a este mundo tan oscuro. Sí, tranquilos y tranquilas, ya sé que la Rusia actual no es la URSS, ya sé que Putin no es ni Lenin ni Stalin… pero solo ver como los asesinos imperialistas ya no pueden hacer con pueblos indefensos lo que les place es motivo más que suficiente para gritar bien fuerte: “Spasiba Rusia”.
El postmodernismo nos hace huir como de la peste de los Ejércitos, de los desfiles, de las victorias militares, de las epopeyas… Por suerte no somos izquierdistas ni-nis postmodernos, somos comunistas y por tanto siempre llevaremos en la memoria al Ejército Rojo de Obreros y Campesinos que vencieron al ejército de aristócratas prusianos y de la “raza superior” y estaremos en deuda histórica con aquellos y aquellas que hicieron posibles las epopeyas de resistencia del pueblo soviético en la Fortaleza de Brest, en Voronezh, en Sebastopol, en Stalingrado, en Kurks, en Jarkov,… Y sí, también nos emocionamos al ver desfilar la Bandera de la Victoria mientras suenan los hermosos acordes de la canción “Guerra Sagrada” por la Plaza Roja de Moscú. Esto es Memoria Histórica, ojalá algún día por La Castellana de Madrid se pueda recrear el desfile del Quinto Regimiento con la tricolor republicana y la estrella roja, el regimiento creado por el Partido Comunista de España y que fue la columna vertebral del Ejército Popular Republicano que se enfrentó al Ejército fascista del general Franco. Porque no nos olvidemos que la Guerra Civil española y la Gran Guerra Patria de la URSS fueron dos batallas muy similares, donde un ejército popular que defendía al campesinado y al proletariado se enfrentó a un ejército fascista que defendía a los capitalistas, burgueses y aristócratas. Por desgracia en el Estado español ganaron estos últimos y todavía estamos pagando las consecuencias, pero por suerte en 1945 los soviéticos acabaron con los nazis enviándolos al estercolero de la historia.
Mientras que por estas latitudes nos venden la idea que ni fascistas ni antifascistas, que los extremos son malos y se tocan y que en la centralidad del tablero está lo bueno, en Rusia un pueblo que no ha olvidado el enorme sacrificio de sus mayores celebrarán una victoria militar, un desfile que no solo sirve para rendir un merecido homenaje a los millones de ciudadanos y ciudadanas soviéticas que dieron su vida por acabar con Hitler, sino que también sirve para recordarle al imperialismo que Rusia ya no es ese país destruido y derrotado de los años 90 del siglo pasado sino que ha tomado la firme decisión de defender su soberanía nacional e integridad territorial.
Por desgracia la ola de contrarrevolución y revisionismo que envuelve Europa desde los años 90 hace que el fascismo vuelva a resurgir y la memoria de los soldados soviéticos, hombres y mujeres, se esté mancillando quitándoles monumentos o comparándoles de manera miserable con los nazis que tantos millones de muertos les costó vencer. Mientras que por estas latitudes nos venden la idea que ni fascistas ni antifascistas, que los extremos son malos y se tocan y que en la centralidad del tablero está lo bueno, en Rusia un pueblo que no ha olvidado el enorme sacrificio de sus mayores celebrarán una victoria militar, un desfile que no solo sirve para rendir un merecido homenaje a los millones de ciudadanos y ciudadanas soviéticas que dieron su vida por acabar con Hitler, sino que también sirve para recordarle al imperialismo que Rusia ya no es ese país destruido y derrotado de los años 90 del siglo pasado sino que ha tomado la firme decisión de defender su soberanía nacional e integridad territorial. Que mientras aquí vivimos en una estúpida rusofobia creada por los medios de comunicación el pueblo ruso celebrara entre la tristeza por el recuerdo del sufrimiento padecido y la alegría de la victoria final, que ellos sí derrotaron al fascismo.
Pablo Gartzia
@PabloGartzia
Autor
Subdirector y Responsable del Área de Geopolítica y Antiimperialismo de la Revista La Comuna
Informático, Consultor IT y en Ciberseguridad. Miembro del Equipo Coordinador de la Revista La Comuna. También miembro del Grupo de Investigación y Análisis "Geopolitikaz", nacido en 2019 alrededor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Mezclando su perfil profesional con su actividad en el campo de la geopolítica, actualmente se encarga de la investigación y divulgación sobre el ciberespacio en el contexto de la guerra híbrida. Principalmente en el terreno de la ciberinteligencia y de la ciberguerra.
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