fascismo

Cartel de la Defensa de Madrid tras el fallido golpe de estado fascista y el comienzo de la guerra.

El fascismo que nunca se fue pero resurge.

El 1 de abril de 1939 las fuerzas fascistas del General Franco alcanzaron sus últimos objetivos militares y la República vencida y cautiva calló para siempre. En esa fatídica fecha un manto negro cubrió eso que se conoce como España o Reino de España, un Estado cárcel de pueblos, cementerio de milicianos y milicianas y sobre todo asesina del progreso, la libertad y la fraternidad.

El 20 de noviembre de 1975 el General fascista Francisco Franco muere plácidamente en su cama, no porque no hubiera resistencia antifascista como nos quieren vender sino porque la represión fue tan frutal, tan atroz y tan criminal que dejó las tierras de eso que se conoce como España o Reino de España llenas de sangre y lágrimas durante la década de los años 40, 50, 60 y 70. Porque el fascismo español nunca dejó de torturar y asesinar, si en los últimos años lo hizo en menor medida no fue porque fuera más benevolente sino porque la resistencia era más débil hasta que un 27 de septiembre de 1975 segó la vida de 5 jóvenes luchadores antifascistas.

El 22 de noviembre de 1975 un señor llamado Juan Carlos de Borbón y Borbón, educado en los últimos años por el fascismo español, fue nombrado Rey de España por deseo explícito del General Franco. La legalidad fascista nacida el 1 de abril de 1939 tenía sucesor en la figura de Juan Carlos I Rey de España por la Gracia del Generalisimo Franco. Y sobre unas pequeñas reformas y una gran claudicación de las grandes fuerzas de izquierda, PSOE Y PCE, nacía lo que actualmente se llama la España Constitucional. Y pasaron los años 80, y los años 90 y la primera década de este nuevo siglo XXI, años no exentos de violencia del Estado, asesinatos parapoliciales y torturas en las comisarias y en los cuartelillos.

Mientras todo esto ocurría dentro de las fronteras de eso que se llama España o Reino de España, se producía el derrumbe del campo socialista europeo con la URSS a la cabeza consecuencia de las políticas revisionistas comenzadas en los años 60 y el abandono del Marxismo-Leninismo. También dio comienzo una era de ofensiva imperialista con EEUU como una superpotencia. Los trabajadores del mundo entero empezamos a sufrir una campaña de desideologización e individualismo tremenda, campañas que muchas veces venían de organizaciones amigas o de lo que se suponía que era nuestro propio entorno político e ideológico. Y así hemos llegado a la actualidad donde una gran parte de trabajadoras y trabajadores renuncia de su propia clase social y a sus propios derechos sociales y políticos en nombre de una supuesta sociedad moderna en libertad, nos han desarmado ideológicamente que es el peor desarme posible, porque puedes tener otro tipo de armas, pero si nos desarman ideológicamente es cuando nos han vencido para siempre.

Y así es como hemos llegado a 2018, con una izquierda parlamentaria mas preocupada por el “ellos, ellas y elles” y la atomización de la lucha obrera y mil y unas pequeñas luchas sectoriales inconexas entre sí. Abandonando el lenguaje revolucionario por un supuesto lenguaje trasversal que la mayoría veces no dice nada, cediendo espacios históricamente pertenecientes al movimiento obrero y revolucionario a la extrema derecha, con una aptitud clasista propia de la burguesía del siglo XIX o de principios del Siglo XX donde el origen familiar o los títulos universitarios pesan mas que la formación política e ideológica.

Y en esto apareció VOX. Que sí, que ya se que solo fueron 10.000 personas a Vista Alegre y otras 3.000 estuvieron fueran en la calle, que en una concentración de Castellers hubo muchas más, pero ese discurso de subestimar las fuerzas de un fascismo que se ha renovado en lo estético pero que en lo ideológico es lo mismo de siempre, es algo muy peligroso. Pero sobre todo es muy peligroso porque mientras en los años 30 del siglo pasado había un movimiento comunista fuerte para hacerle frente, en 2018 lo que se considera comunista en eso que se llama España o Reino de España es un tipo llamado Pablo Iglesias y otro llamado Alberto Garzón.

El fascismo español siempre ha estado, ha estado en la judicatura, en los altos mandos de las FFAA, en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en el poder legislativo, etc… La diferencia es que ahora ya han perdido los complejos y salen a la calle a gritar “Arriba España” o “Sieg Heil” sin ningún pudor y no lo hacen una pandilla de vejestorios nostálgicos del anterior régimen, ahora lo hacen chavales y chavalas de 20 años.

Y parece bastante claro como se combate esto. Primero y fundamental, la reconstrucción de organizaciones comunistas y revolucionarias fuertes y hago énfasis en lo de comunistas y revolucionarias, que ya vendrá alguno a decir que si IU, que si PODEMOS… Segundo, salir a la calle en los barrios obreros a escuchar a las personas que allí viven, sus problemas, sus inquietudes y luchar por cosas del día a día. La revolución rusa comenzó con un lema tan simple como el de “Pan, Paz y Tierra”, algo tan sencillo como Electricidad y alquileres baratos” puede darnos una idea de por donde hay que dirigir el discurso y la lucha. Manda huevos, como diría el otro, que en un Estado tan rico como el español no se haya planteado una lucha conjunta entre la calle y las instituciones para que el precio de la vida no sea prohibitivo y que una persona que trabaja por ejemplo en un Telepizza se pueda permitir pagar un alquiler.

Las calles deben volver a llenarse como en 2011, 2012 y 2013 y aquellos que crean que la lucha solo está en las alfombras de los parlamentos hay que recordarles que la lucha esta en el barro de las calles.

Pablo Gartzia.

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Subdirector y Responsable del Área de Geopolítica y Antiimperialismo de la Revista La Comuna

Informático, Consultor IT y en Ciberseguridad. Miembro del Equipo Coordinador de la Revista La Comuna. También miembro del Grupo de Investigación y Análisis "Geopolitikaz", nacido en 2019 alrededor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Mezclando su perfil profesional con su actividad en el campo de la geopolítica, actualmente se encarga de la investigación y divulgación sobre el ciberespacio en el contexto de la guerra híbrida. Principalmente en el terreno de la ciberinteligencia y de la ciberguerra.