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Gernika bombardeada por los fascistas, igual que anoche Damasco bajo fuego atlantista. De ahí salen los refugiados y desplazados, colonialismo salvaje. IMAGEN Javcho Savov.

Bombas y mentiras sobre Siria. Cascos Blancos, “ataques químicos”, manipulación mediática y consecuencias.

Cuando yo era un chavalillo en mi casa mi aita tenía un libro titulado Bombas y mentiras sobre Guernica, escrito por Castor de Uriarte Aguirreamalloa quien era Arquitecto Municipal de Gernika durante la guerra. En el libro el autor denunciaba las mentiras y manipulaciones que el franquismo y el revisionismo conservador británico estaban lanzando sobre aquel crimen de guerra. Hoy este artículo lo quiero titular Bombas y mentiras sobre Siria aunque en el siglo XXI las bombas han sido sustituidas por misiles “inteligentes” que cuestan varios millones de dólares y la aviación italogermana ha sido sustituida por la marina y aviación de la OTAN, las mentiras siguen siendo las mismas y los autores también.

Hace varias semanas el Ejército sirio junto con sus aliados sobre el terreno ha estado lanzando una operación militar a gran escala para liberar lo que se conoce como Ghouta Oriental, donde miles de sirios y sirias llevaban años secuestradas por grupos radicales islamistas cercanos a la órbita de AlQaeda y del wahabismo saudí y qatarí. Durante el trascurso de esa operación militar la inteligencia rusa y siria alertaban de que esos grupos terroristas preparaban un ataque químico de falsa bandera para acusar a Damasco de ser el responsable y de esa manera presentarle una justificación a la “comunidad internacional” (las potencias occidentales imperialistas) para un ataque o incluso la invasión terrestre de Siria.

El miércoles 4 de abril la prensa se hacía eco de una orden lanzada por el presidente de los EEUU, Donald Trump, al Pentágono para que preparase la retirada de las tropas estadounidenses de Siria. Esas tropas que están ilegalmente en Siria, ya que no cuentan con la autorización del Parlamento sirio, se encuentran situadas en varias bases militares en la zona controlada por las autodenominadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) al norte del país y en la orilla Este del río Éufrates. Al día siguiente Arabia Saudí y Francia pidieron públicamente a la administración estadounidense que diera marcha atrás a esta decisión, que junto a las propias luchas internas de poder entre POTUS (Trump), su administración y el complejo Industrial-Militar del Pentágono hicieron que se retirase tal orden de retirada de las tropas de EEUU en Siria.

En medio de esta lucha de poder entre el sector más intervencionista y el más aislacionista del poder estadounidense se produce el pasado domingo 8 el anuncio por los llamados “Cascos Blancos” de un ataque químico en la zona de Douma cerca de Ghouta Oriental. A partir de este momento se activó la campaña de histeria mediática a la que nos tiene acostumbrada la maquinaria de propagada de las potencias occidentales; radios, televisiones, periódicos,twitter,… empezaron a difundir el comunicado de los “Cascos Blancos” sin contrastarlo de ninguna manera y ocultando las informaciones rusas y sirias que negaban la responsabilidad sobre el ataque.

Bombas y mentiras: ¿Quiénes son los Cascos Blancos?

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Cascos Blancos haciendo su labor “humanitaria”. Captura RT.

El primer dato que tenemos que tener encima de la mesa para entender todo este follón es saber quiénes son esos “Cascos Blancos”, la autodenominada “Protección Civil Siria”. Dato número uno, los llamados “Cascos Blancos” solo actúan en la zona controlada por los llamados grupos rebeldes, lo que es más, actúan principalmente en las zonas controladas por los grupos “rebeldes” que son afines o han jurado lealtad a AlQaeda, con este dato ya tendría que hacernos saltar la primera alarma sobre su fiabilidad. Dato número dos, los llamados “Cascos Blancos” son creados por un señor llamado James Le Mesurier que aunque nos parezca francés es un antiguo militar británico, sigue el ruido alrededor de ellos y esto nos debería seguir alertando de que “algo huele a podrido en Dinamarca”. Dato número tres, ¿Quién financia a los llamados “Cascos Blancos”? Pues en marzo de 2015 el Ministerio de Asuntos Exteriores británico en su web oficial afirmaba que entre los donantes estaba EEUU, Dinamarca y Japón y en 2016 Boris Johnson, Secretario de Relaciones Exteriores del gobierno británico anunciaba 32 millones de libras para la supuesta ONG. Dato número cuatro, hay una cantidad enorme de pruebas graficas que relacionan a miembros de los “Cascos Blancos” con acciones terroristas, vamos que a la mañana se van con el AK47 a matar soldados sirios y a la tarde se ponen el casco blanco para “salvar” personas.

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Imagen basada en el estudio de varios investigadores y periodistas sobre la procedencia, financiacion y origen de los white helmets

Los ataques químicos:

Otro dato importante a tener en cuenta es que entre 2013 y 2014 Naciones Unidas certifica que Siria se ha deshecho de todo su arsenal químico. Sí, el arsenal químico sirio existía y era su arma de disuasión estratégica frente a la amenaza nuclear israelí. Israel y Siria siguen en estado de guerra.

Con todo esto nos situamos en el lunes y martes pasados, por un lado tenemos a la prensa occidental creyéndose sin cuestionarse nada lo que dice una más que dudosa ONG llamada “Cascos Blancos” y a los gobiernos de EEUU, Gran Bretaña y Francia realizando una escalada de amenazas militares contra Siria que nos hacía temer lo peor, la reedición de “Irak 2003” con una invasión ilegal terrestre del país con decenas de muertos, mientras Rusia, Irán y Hezbollah anunciaban que no iban a dejar solo al pueblo de Siria y que cualquier ataque sería contestado debidamente. El mundo se pone al borde de la III Guerra Mundial y la gente de occidente vive como si tal cosa lo cual demuestra lo bien que hacen su trabajo los medios de comunicación al servicio del imperialismo, la ciudadanía occidental vive encerrada en un enorme campo de concentración mediático.

En medio de la escalada de tensión bélica el curioso presidente Trump se pone desde su cuenta personal de Twitter a lanzar mensajes como un adolescente tipo: te voy a lanzar unos misiles que lo vas a flipar, para al poco rato escribir algo como: hacemos las paces y nos llevamos bien. Demostrando la falta de moralidad y seriedad de los dirigentes occidentales, a parte de lo peligro que es jugar con estas cosas, vivimos en un mundo donde hay miles de armas nucleares.

Y tras varios días de espera, ayer sábado 14 de abril, barcos de guerra de EEUU, Gran Bretaña y Francia han lanzado más de 100 misiles en un ataque ilegal contra un país soberano reconocido por la ONU. Hemos retrocedido tanto ideológicamente desde que en 1999 se atacase también ilegalmente Yugoslavia ante el silencio cómplice de una gran parte de la izquierda occidental, que los términos “ataque ilegal” y “país soberano” han perdido todo valor es la escena internacional. Mientras en febrero del 2003 millones de ciudadanos europeos salíamos a la calle para decir “No a la Guerra” semanas antes de la invasión de Irak, hoy esos millones de ciudadanos están ausentes, perdidos ideológicamente, la mayor parte de la izquierda ni está ni se la espera… Mientras el pueblo de Siria que ya resiste más de 7 años de guerra hoy ha salido a la calle primero a celebrar que la mayor parte del ataque a fracasado y segundo a realizar vida normal, como hemos podido comprobar en las imágenes del presidente Al-Assad entrando en el Palacio Presidencial.

Bombas y mentiras siguen cayendo sobre Siria…

Pablo Gartzia. 

Autor

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Subdirector y Responsable del Área de Geopolítica y Antiimperialismo de la Revista La Comuna

Informático, Consultor IT y en Ciberseguridad. Miembro del Equipo Coordinador de la Revista La Comuna. También miembro del Grupo de Investigación y Análisis "Geopolitikaz", nacido en 2019 alrededor del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Mezclando su perfil profesional con su actividad en el campo de la geopolítica, actualmente se encarga de la investigación y divulgación sobre el ciberespacio en el contexto de la guerra híbrida. Principalmente en el terreno de la ciberinteligencia y de la ciberguerra.