“No podemos comprender el éxito de Putin sin entender el fracaso de Gorbachov”
“De derechas o comunistas, la OTAN no encuentra aliados con capacidad de movilizar masas que puedan verdaderamente revertir lo que en realidad les preocupa: una Rusia soberana”
“Es una auténtica falacia señalar que el problema de EEUU o de los países europeos con la rusia actual sea la ideología conservadora de su presidente”
Estos días en relación con la muerte del último presidente soviético, Mijail Gorbachov, en los medios de comunicación han salido varios artículos criticando la actitud del pueblo ruso ante este suceso.
Lo cierto es que, si bien Gorbachov no solo recibió aplausos desde EEUU o los países de la Europa occidental capitalista, sino que además se convirtió en adicto a los mismos, creando un personaje que claramente se debía a su público; no ocurrió de la misma manera en su país natal y entre los pueblos que componían la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Lejos de intentar responder al porqué de esta situación encontramos artículos que señalan al pueblo ruso como responsable de una suerte de ingratitud o aún peor de no haber sabido usar la “libertad” que el ex presidente les otorgó. (1)
Lo cierto es que la caída de la URSS (2) fue una debacle social y económica para esos pueblos. Lo fue en sentido demográfico, con pérdidas de vidas humanas como si hubiese habido una cruenta guerra que nunca existió. Lo fue en pérdida de derechos sociales, de poder adquisitivo, en un aumento sin precedentes de la corrupción que generó mafias y oligarcas (sí esos mismos oligarcas que ahora señalan como monstruos, no son más que los monstruos creados tras la perestroika y la caída de la URSS). El auge de la prostitución en un país que había sido pionero en derechos de la mujer, del alcoholismo y la drogadicción de una sociedad devastada, fueron parte de la estampa de la “nueva” rusia que se había creado. (3)
Todos los países que componían la URSS, incluida Ucrania, padecieron estos mismos procesos. La destrucción como castigo por haber construido una alternativa real (es decir, no perfecta porque nada en la realidad lo es) al modelo capitalista.
La caída de la URSS también tuvo consecuencias en la esfera internacional. Los procesos de descolonización en el continente africano, aún en disputa y tratando de construir estados soberanos, se quedaron sin aliados y por tanto tuvieron que adaptarse aceptando la derrota que suponía una suerte de neocolonialismo del que aún tratan de liberarse. También la Cuba socialista quedó aislada y salió a flote como buena isla revolucionaria pese a un período especial muy duro. El bloque de los No Alineados dejó de tener ningún tipo de relevancia en la esfera internacional y también en la propia Naciones Unidas que pasó a encarnar, sin oposición, un organismo internacional en defensa de los intereses de la OTAN. Valga como ejemplo para entender el cambio geopolítico mundial lo ocurrido con la causa palestina. El 10 de noviembre de 1975 en Naciones Unidas, a petición del bloque de No Alineados con el apoyo de la URSS, se aprueba con 72 votos a favor la resolución 3379 (4), dicha resolución considera al sionismo como una forma de racismo y compara la situación del pueblo palestino con el apartheid sudafricano. Esta resolución sería revocada en 1991 y los acuerdos de Camp David, dejarán claro que el mundo ya es otro, y que en este “nuevo” mundo ya no va a haber bloques contrahegemónicos que hagan de contrapeso y den voz a pueblos sin voz, como los africanos aún desconolizándose o el propio pueblo palestino. Este escenario también abrió paso a la primera acción militar directa de la OTAN, una OTAN que había nacido bajo una supuesta amenaza de agresión soviética, pero que esperó a que la URSS se desintegrara para comenzar su verdadero plan expansionista. Los bombardeos en Yugoslavia servían para poner fin a los proyectos socialistas en el continente europeo. Y la OTAN siguió expandiéndose hacia el este, incumpliendo acuerdos, por si Rusia volvía a levantarse tener la seguridad de tenerla acorralada.
Pero volvamos a Rusia. Tras el inicio de la operación especial el 24 de febrero de 2022, desde los medios y las tribunas políticas de la esfera OTAN, se ha señalado a Vladimir Putin como un loco reaccionario que simplemente perdió la cabeza. Pero lo cierto es que, si bien muy pocos andan llorando a Gorbi, muchos son los rusos que llevan años apoyando a Rusia Unida y a Vladimir Putin. Podemos de nuevo mirar para otro lado, pero también podemos tratar de preguntarnos el porqué de este apoyo.
No podemos comprender el éxito de Putin sin entender el fracaso de Gorbachov. Vladimir Putin llegó al poder en esa Rusia vendida a pedazos e inició reformas al respecto. Reformas que devolvieron el control sobre determinados sectores estratégicos, que -sin pasarse- puso freno al robo sin control de los oligarcas (al menos de muchos de ellos) y que, además, pretendió sentarse en la mesa de los más poderosos y mirarlos de tú a tú. Esto trajo consigo cambios sustanciales para la población rusa, cambios sobre todo en su circunstancia económica pero también en la rehabilitación de una dignidad herida por la pérdida total de su soberanía. (5)
Sin embargo, es evidente que hay muchas cosas aún por solucionar en Rusia, muchas cosas que criticar al gobierno de Putin a nivel interno. Y es precisamente por esto que en los últimos años se ha visto una tendencia favorable hacia la auténtica oposición real de Rusia Unida que es el Partido Comunista de la Federación Rusa (6). Segunda fuerza política parlamentaria. ¿Por qué los que señalan a Putin como único responsable de una política internacional teóricamente disparatada no han reivindicado jamás a esta oposición real a Rusia Unida?
Pues es bastante sencillo. El Partido Comunista de la Federación Rusa no cuestiona en absoluto ni el papel internacional que está desempeñando Rusia como potencia fundamental del eje del multilateralismo, ni por supuesto el control a los desmanes producidos tras la caída de la URSS y la puesta en venta de ese país, y a pedacitos. Es decir, de derechas o comunistas, la OTAN no encuentra aliados con capacidad de movilizar masas que puedan verdaderamente revertir lo que en realidad les preocupa: una Rusia soberana. Es por esto que es una auténtica falacia señalar que el problema de EEUU o de los países europeos con la rusia actual sea la ideología conservadora de su presidente.
Es evidente, volviendo al principio, que los rusos saben mejor que los plumillas de los medios occidentales qué hacer con el legado de los tiempos de Gorbachov.
Notas:
(1). Rusia no supo qué hacer con la libertad de Gorbachov, y ahora no sabe cómo despedirle. Diario El Mundo. Pinche AQUÍ para enlace web.
(2). El fénix Ruso (1979-2019). Arturo Gallegos. Revista La Comuna. Pinche AQUÍ para enlace web.
(3). Un Fantasma recorre Europa… Tras la disolución de la URSS. Yuri Kulakov. Revista La Comuna. Pinche AQUÍ para enlace web.
(4). Resolución 3379: cuando la ONU equiparó al racismo y al sionismo. Carmen Parejo. Revista La Comuna. Pinche AQUÍ para enlace web.
(5) Rusia y la rusofobia. Entrevista a Asier Blas. Pablo García. Revista La Comuna. Pinche AQUÍ para enlace web.
(6). Resultados elecciones legislativas de la Federación Rusa en septiembre de 2021. Telesur. Pinche AQUÍ para enlace web.
La posición del PCFR al respecto de la guerra con Ucrania quedó reflejada a través de una contestación a los planteamientos que el Partido comunista griego (KKE) mantiene a este respecto. Pinche AQUÍ para enlace web.
Autor
Directora Revista La Comuna
Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Gestora cultural, escritora, poeta y analista internacional en distintos medios escritos o audiovisuales. Autora de la compilación poética “La Generación de la Sangre I” para Editorial Ultramarina Cartonera, a través de la Plataforma de Artistas Chilango-andaluza.
“Arquitecturas y Mantras” de la Editorial Bucéfalo fue su primer libro de poesía en solitario. A su vez, actualmente colabora en Hispan TV y otros medios internacionales en habla hispana analizando la actualidad política. Miembro de la Asociación Cultural Volver a Marx. Milita en Trabajadoras Andaluzas.
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